Los ladrones de metal ya no respetan ni los cementerios ni las tumbas
El robo de metal es una de las plagas a la que se enfrentan tanto empresas como instituciones o particulares. Incluso, los familiares de los difuntos. Y es que los ladrones ya no respetan ni los cementerios ni las tumbas. Un problema así se ha sufrido en el cementerio de la Salud, el camposanto en activo más antiguo de Córdoba.
Este mes se ha presentado al menos una denuncia ante la Policía Nacional por la sustracción de las argollas de un panteón familiar situado en el mismo cementerio. El denunciante señalaba que no solo su panteón había sido atacado, sino también uno contiguo, al que asimismo le faltaban piezas de metal de su arquitectura.
En el caso de los denunciantes no era la primera vez que sufrían ataques semejantes. Años atrás ya comprobaron cómo habían arrancado las letras de bronce que conformaban los nombres de los difuntos presentes en el panteón. Finalmente, debido a la persistencia de los ladrones, la familia optó por labrar la piedra con las inscripciones en vez de reponer las piezas desaparecidas.
Entre tanto, en el cementerio de la Salud se está procediendo a la rehabilitación de elementos funerarios que forman parte del patrimonio histórico-cultural, como es el caso del Panteón de la Marquesa Conde de Salazar, construido en el año 1873 por el arquitecto Amadeo Rodríguez
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