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Los guías turísticos gratuitos desatan la guerra en el sector (también en Córdoba)

Dos turistas en la Puerta del Puente | MADERO CUBERO

Marta Jiménez

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El turismo ha acabado tal y como lo conocemos. Y en Córdoba también. La ciudad se está convirtiendo en uno de esos destinos desbordantes de turistas y, por tanto, el sector en una jungla en la que luchan profesionales con años de experiencia y tarifas regladas frente a guías más jóvenes que abrazan el modelo de la economía colaborativa. Una realidad por la que la Asociación Provincial de Informadores Turísticos (APIT) lleva poniendo “denuncias masivas” desde hace más de un año ante la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía.

“Tenemos presentadas denuncias por intrusismo a punta pala”, explica Luis Álvarez, presidente de APIT. Por ahora, tan solo poseen los acuses de recibo de esas denuncias y ninguna respuesta. “Doy por hecho que se están instruyendo esos expedientes”, confiesa optimista, “aunque ahora existe más intrusismo que nunca”.

APIT apunta directamente a los conocidos como Free tours, comunidades online la mayoría, aunque en algunos casos también negocios físicos, que conectan a viajeros con guías locales que ofrecen rutas turísticas sin un coste fijo, ya que es el propio cliente el que decide cuánto paga en función de la experiencia vivida. A esta libertad para elegir el precio es a lo que realmente hace referencia el término free, que a menudo lleva a confusión al traducirlo por “gratuito”, algo que no ven con buenos ojos los informadores turísticos. “El guía libre y gratuito nos desagrada porque supone una degradación de la profesión y además es engañoso porque, en realidad, no son gratuitos”, asegura.

Free tours

En Córdoba existen siete empresas que se dedican a este turismo free, algunas ofertando actividades de pago también. “Suelen ser visitas panorámicas, más light y enfocadas a economías que no se pueden permitir otros tours”, explica una guía perteneciente a una de estas empresas cordobesas que prefiere mantenerse en el anonimato. “Esas personas suelen irse con buen sabor de boca de la ciudad y si quieren ver de forma guiada un monumento concreto, pues contratan”.

Plataformas como Freetour.com ofrecen ahora mismo nueve tours “gratuitos” junto a otros de pago. Entre los free están el Tour Leyendas y Misterios de Córdoba, operado por Paseando por Europa S.L,; Free Monumental Walking Tour of Cordoba, operado por Córdoba a Pie o Mosaico de Pueblos del Sur de Córdoba, operado por Galatea. Según la guía consultada por este periódico, el precio de las propinas o retribuciones en Córdoba suele estar “entre tres y cinco euros; hay veces que te sorprenden y otras que no”, explica.

En estas plataformas también se ofrece la posibilidad de llegar a ser guía local. “Conviértete en guía local. Podrías empezar ganando desde 106 euros a la semana mostrando tu ciudad”, puede leerse en una invitación a diseñar “tu propio tour”, tanto gratuito como de pago. De forma similar actúa la polémica plataforma GuruWalk, creada en Valencia y aspirante a convertirse en el Airbnb del turismo. En Córdoba esta plataforma ofrece ocho free tours y en ella asegura mayores ingresos: entre 300 y 500 euros diarios con jornadas de cinco horas. Según el tutorial de esta plataforma, “cada turista suele aportar entre 8 y 12 euros por una visita de en torno a dos horas y media”, así que para acercarse a esos 500 euros habría que hacer al menos dos tours diarios y en cada uno de ellos reunir a unas 20 personas.

“Sería lícita la actividad si ese señor tuviera un carnet de guía de acuerdo con la legislación vigente”, denuncia Álvarez, que asegura que entre un 90 y un 95% de las personas que ejercen como guías en estos tours no lo son. Curiosamente es el mismo porcentaje que ofrece la guía que prefiere mantenerse en el anonimato. “He hecho mucho free tour aquí y en el extranjero y el 95% son guías oficiales de turismo, en Córdoba también, no entiendo por qué se piensa que no lo somos”, se queja.

La cuestión fiscal

Los informadores turísticos demandan que no solo la formación de los profesionales se realice conforme a la Ley sino también la cuestión fiscal. “Si hay retribución, se devengan impuestos: o impuesto de donaciones o IRPF + IVA. En ningún caso, el prestador de servicios está exento de tributar. Además, como todo trabajador, habrá de estar dado de alta en Seguridad Social, en el régimen general o en el de autónomos”, demanda Álvarez. La guía anónima asegura que en su empresa todos los guías están “contratados y dados de alta y se declaran a Hacienda todos los ingresos”.

Aunque la guía apunta a que en muchas ocasiones, cuando se tira de trabajadores autónomos para cubrir una mayor demanda de turistas, sí suele ser una pauta en Córdoba que prefieran hacer su trabajo “sin factura” y así lo pidan. Cabe suponer que si lo que se cobra es únicamente la voluntad en el caso de los free tours, podría fomentar la economía sumergida. Y sin facturas, no se declaran los impuestos reglamentarios.

“¿Por qué no existen médicos o abogados 'free'?”

La pregunta se la hace Luis Álvarez, presidente de APIT, a quien no le “entra en la cabeza” que los profesionales turísticos se publiciten de esa manera, algo impensable en otros sectores. Para la guía consultada por este periódico lo único que ellos intentan “es trabajar” y denuncia cómo los guías “tradicionales” les han hecho fotos sin permiso y han tenido comentarios para desacreditar su trabajo delante de turistas. Una guerra que, al parecer, se juega sobre el suelo del casco histórico de Córdoba.

“Llevan mal la liberalización del sector”, explica esta profesional. “Se trata de una nueva manera de conocer las ciudades. Todo ha cambiado y lo que deben intentar es ser buenos en su terreno. Muchos no están metidos en estas denuncias porque no lo necesitan”, apostilla. Para el presidente de APIT, quienes aluden a una supuesta “liberalización profesional”, esta no existe, ya que la directiva de servicios europea conocida como Directiva Bolkenstein mantiene la profesión de guía de turismo como regulada. “Lo único que establece es la posibilidad de que los ciudadanos de los países de la Unión Europea puedan acceder a las profesiones, en todos los países miembros, en igualdad de condiciones con los nacionales de cada país”.

En España, la profesión de guía de turismo existe desde 1928. Y en Córdoba está atestiguado desde mucho antes, ya que en julio de 1880 un vecino llamado Antonio Castuera pidió autorización al Cabildo catedralicio “para enseñar a los forasteros la Catedral y poder, por este medio, proporcionarse recursos con que acudir a su subsistencia”. Y el deán lo autorizó. Lo mismo que ocurre casi un siglo y medio después, que el Cabildo expide un carnet “a guías y no guías”, según señalan ambas partes, para poder enseñar la Mezquita. Dentro del templo no existen free tours. Por ahora.

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