Flor de mayo, Virgen de Fátima
Más que intenso es en el ámbito cofrade el fin de semana que comienza a escapar. En el que es el mes por excelencia de la ciudad, la Virgen cobra protagonismo desde el principio hasta el final. Porque mayo también es el período de María. Ya sea en San Francisco, en la plaza de Capuchinos o, como sucediera el sábado, en San Lorenzo. También en uno de los barrios que cierran el casco urbano, donde la claridad gana la partida cada año por estas fechas. Devoción intensa, Nuestra Señora de Fátima vuelve a recorrer las calles que se reúnen en torno a la parroquia a la que da nombre. En esta ocasión lo hace de manera más significativa si cabe dada la conmemoración del centenario de las apariciones de la Virgen.
Flor de mayo es la Virgen de Fátima en su barrio, donde centenares de personas se congregaron una vez más en el exterior del templo en el que la talla recibe culto. La hermandad de Gloria de la que es titular no faltó a su cita con una salida procesional que fue el punto culminante a un domingo de veneración a la imagen. No en vano, fue este mediodía cuando la corporación celebró su misa de regla. La blancura de María resultó resplandeciente, como siempre, bajo el cielo azul de Córdoba. Un cielo que no palideció hasta mucho más tarde. Tras el paso, al que precedieron como es habitual niños y niñas de Primera Comunión, marchó con sus sones la Banda de Cornetas y Tambores Coronación de Espinas.
Caminó Nuestra Señora de Fátima por las calles de su barrio, que dejó de nuevo estampas plenamente reconocibles. Como lo es la subida por Historiador Jaén Morente o el propio retorno de la comitiva a su templo. La imagen, que estuvo en todo momento acompañada por numerosos fieles y cofrades en general, anduvo con el gran sello de la formación de la Merced, que cumplió 20 años tras la talla. El segundo fin de semana de mayo se va de manera intensa, tal y como transcurrió, gracias a las hermandades de Gloria.
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