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Así votó Córdoba: 1995

Así votó Córdoba en 1995

Rafael Ávalos

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El 28 de mayo, los cordobeses están llamados a las urnas. Eligen ese domingo, tanto en la capital como en el resto de municipios, a sus alcaldes o alcaldesas. Bueno, en realidad decidirán el reparto de concejales de los distintos ayuntamientos pues luego los pactos pueden resultar determinantes. Casualmente, se repite la fecha en relación con unas de las primeras elecciones municipales del presente período democrático. Tal día como ése pero de 1995 la ciudadanía vivió su quinta jornada de comicios en ámbito local tras el franquismo. Como ocurrió en anteriores, en esta ocasión tampoco hubo coincidencia en año con el proceso al Parlamento, que se dio antes en 1993 y después en 1996. De todas formas, como ya se vio, lo que sucediera a nivel nacional no podía extrapolarse al término más próximo.

Sí, el 28 de mayo de 1995 hubo nueva cita electoral para configurar los consistorios de todo el país. En Córdoba capital estuvo precedida por unos meses convulsos y una campaña un tanto extraña. Sobre todo por la situación que atravesaba la formación que había gobernado siempre desde 1979. Ésta era Izquierda Unida-Convocatoria por Andalucía (IU-CA), sucesora del Partido Comunista de España (PCE). Unos meses antes, en febrero, dimitió el alcalde, Herminio Trigo, por una polémica judicial. Él quiso continuar y ser candidato de nuevo. Tenía el respaldo de sus concejales e incluso de la coordinación provincial y andaluza. Pero no de Julio Anguita, entonces líder nacional de la coalición. Tras su marcha, Manuel Pérez tuvo el bastón de mando, pero rehúso ser el cabeza de lista. Todo ello ayudó a un cambio al frente del Ayuntamiento.

El PP logra su primer triunfo… y la Alcaldía

En el citado contexto, el Partido Popular (PP) supo encontrar el camino hacia el triunfo a través del convencimiento de un hombre que antes recibió la aprobación pública de Rafael Campanero. Se trataba de Rafael Merino, que compitió por ser el regidor de la capital con María José Moruno y José Mellado. La primera fue la candidata designada finalmente por IU-CA. El segundo lideró la propuesta del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), con un recorrido ya amplio en política local y provincial. Fue alcalde de Fuente Obejuna entre 1983 y 1991 y también miembro de la Diputación entre 1983 y 1994. Pero la batalla por Córdoba era distinta siempre para su formación, que jamás llegó siquiera a los diez ediles hasta ese instante -tampoco lo hizo después-.

Así estaba el panorama de cara a unas elecciones municipales que terminaron con un resultado histórico. Básicamente porque se producía la referida variación en torno a IU-CA -y PCE con anterioridad-. También en cuanto al favor ofrecido por la gente a las izquierdas y las derechas. Aunque esto último sólo de manera relativa. Por bloques, como se suele ver ahora el asunto, el primero obtuvo mayor respaldo. Sin embargo, la victoria fue para el PP. El partido entonces ya presidido por José María Aznar se alzó al lugar preferente de los cordobeses con un 41,52% de los votos. Un porcentaje que le otorgó 13 concejales de los 29 a elegir. Es decir, Rafael Merino estuvo muy cerca de la mayoría absoluta, pero no la consiguió. Había que esperar para ver si esas cifras le permitían o no ser alcalde.

Por cierto, antes de continuar, la participación creció más de nueve puntos respecto de 1991: se pasó de un 53,47% a un 62,91%. Otra muestra de que la abstención… Al menos en Córdoba, donde IU-CA perdió, con un 37,70% del escrutinio, dos representantes para situarse en 11 y el PSOE (17,64%) cayó de nueve a cinco. La suma entre ambos concedía la posibilidad de que las izquierdas continuaran al frente del gobierno municipal, y más concretamente, por número de ediles, la formación que en todo momento estuvo al mando. Pero el acuerdo se tornó imposible debido a la confrontación entre ambas fuerzas más allá de la ciudad, en ámbito regional es esto. De esta forma, Rafael Merino se convirtió en el primer regidor de la capital del PP y, por ende, de partido de derechas.

Pierde fuerza, pero el PSOE no cede en la provincia

Donde nada cambió en las elecciones municipales de 1995 fue en la provincia. Porque el PSOE continuó con su hegemonía, iniciada en 1983 y que sólo se discutió en 2011. Si bien ese hecho se dio en lo que se refiere a la Diputación Provincial pues el Partido Socialista logró también entonces más votos y más concejales en el cómputo global de la totalidad del territorio cordobés. De vuelta al año revisado en estas líneas, la fuerza de izquierdas perdió poderío en el escrutinio y en el recuento de ediles pero no cedió la victoria. Se impuso mínimamente en cuanto a papeletas, con un 31,83% de éstas frente al 29,44% del PP, que se situó por primera vez como la segunda formación más apoyada en el conjunto de las localidades de Córdoba -se incluye la etapa de Alianza Popular (AP), que le precedió-.

Con estos datos, no obstante, el PSOE mantuvo una grandísima diferencia en lo que a concejales se refiere. Acumuló 405 de los 909 que se elegían -y otra vez se produjo una disminución-, mientras que el PP consiguió 216. Relegada al tercer lugar quedó IU-CA en estos comicios a nivel provincial, con un 28,20% de los votos y 188 ediles. Al tiempo, el Partido Andalucista (PA) todavía contaba con un interesante respaldo en la globalidad de Córdoba: se hizo con 54 representantes públicos. Independientes y tres formaciones, cuando menos peculiares, completaron el reparto de miembros en los distintos ayuntamientos. Esos tres partidos fueron el Partido Andaluz del Progreso (PAP), la Federación de la Plataforma de los Independientes de España (PIE) y la Unidad Popular Andaluza (UPAN).

A todo esto, la participación en la provincia creció hasta su tercer mejor registro hasta la actualidad: un 71,88% de los ciudadanos cumplieron con su derecho a voto. Dicho esto, el PSOE siguió al frente de la Diputación Provincial, aunque no pudo hacerlo con mayoría absoluta. Los socialistas tuvieron 12 diputados, por siete del PP y de IU-LV-CA -con la suma de Los Verdes- y uno del PA. Un acuerdo de izquierdas hizo posible que el partido en el gobierno de la institución desde 1983 prosiguiera como tal. Y el presidente esta vez fue José Mellado, que, en efecto, fue el alcaldable y era portavoz de su partido en la capital.

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