Juan González: “Los jugadores del Córdoba CF tienen que vivir y sentir Córdoba”
Todo el mundo le gustaría ser, al menos, profeta en su tierra, sobre todo si tu profesión tiene que ver con el ámbito deportivo o con alguna labor que te obliga a estar expuesto al público. Muchos niños piensan que ser futbolista, jugador de baloncesto o, qué sé yo, corredor de la Fórmula 1 le puede dar todo lo que buscan en la vida: amor, dinero o fama. Da igual en qué lugar triunfen o dónde puedan desempeñar su actividad, hay más que eso. El reconocimiento de las personas que te rodean, el orgullo de ir paseando por tu ciudad y simplemente que te den una palmada en el hombro o que te agradezcan lo que has conseguido por tus colores, es simplemente magnífico. Los elegidos se pueden contar con los dedos de la mano porque la exigencia que te da el ser de un sitio y enfundarte la elástica que siempre has soñado pues es muy alta, además de la carga de responsabilidad que tú mismo te impones, pero hay historias que merecen tener un final feliz. Siempre.
30 de agosto de 1998. El Córdoba CF visita territorio sevillano para enfrentarse al Écija Balompié con motivo de su decimosexta participación lejos del fútbol profesional tras su descenso en 1983. Ahí, la entidad blanquiverde quería, como mínimo, asegurar un play off que había traído consigo unas malas experiencias para una institución califal que había intentado ascender hasta en cuatro ocasiones, pero en todas ellas se llevó una decepción enorme. Deportivo de La Coruña B, Levante UD, Mensajero o Racing de Santander fueron partidos clave con nota negativa donde el club califal no consiguió la promoción deseada. En las tres primeras estuvo Juan González, un cordobés que lo dio todo porque Córdoba volviese a ocupar una plaza en Segunda División, algo que iba a costar en demasía.
Aquella temporada, la irregularidad fue la nota predominante en un inicio de Liga que cambió gracias al 7-0 ante el Isla Cristina. A partir de ahí, el Córdoba CF solo conoció la derrota en dos ocasiones en el tramo regular, quedándose a tan solo tres puntos del liderato y entrando a un ritmo impresionante a un play off que no pintaba del todo bien merced a las derrotas frente a la Cultural y Deportiva Leonesa y Racing de Ferrol. Solo una gesta memorable separaba a los califas del ascenso y gracias a las victorias ante la Cultural y Cartagonova en El Arcángel se empezó a creer. 30 de junio de 1999. Diez meses después. Los blanquiverdes llegaban a territorio murciano con la obligación de ganar, y ahí aparecieron los goles de falta de Óscar Ventaja y Juan Carlos Ramos para que Córdoba estallase de la emoción. Unas lágrimas que sentía su capitán, Juan González que había conseguido lo que tanto ansiaba: devolver al equipo de su tierra a Segunda División.
Juan González, más conocido como Juanito o Gran Capitán, es uno de los jugadores con más partidos jugados en la historia del Córdoba CF, superando los 300 con 11 goles repartidos en nueve temporadas, disputadas todas ellas de manera consecutiva. Una etapa que comenzó después de una cesión efímera en el CD Estepona en la 1993-94, pero, a partir de ahí, su relación con el blanco y el verde fue eterno. Es por ello que a día de hoy siguen reconociéndolo en la calle, y no tanto por su etapa como concejal en el Ayuntamiento de Córdoba o por su trabajo como procurador en los Juzgados. No. El fútbol le cambió la vida, sobre todo aquel 30 de junio de 1999 donde consiguió un ascenso a Segunda División que hoy domingo se conmemora su 25º aniversario, justo después de que los chicos dirigidos por Iván Ania lograsen volver al fútbol profesional. Es por ello que Juanito atendió a la llamada de Cordópolis, siempre predispuesto a todo lo necesario, con una sonrisa y con la crítica constructiva como bandera, porque hay cosas a mejorar aunque toques el cielo en Las Tendillas.
PREGUNTA: Bueno, Juanito, llegas a la entrevista después del ascenso del pasado domingo a Segunda División, algo que tú ya viviste en su momento. ¿Cómo te sentiste este domingo?
RESPUESTA: Hombre, cada vez que el Córdoba consigue un logro, las personas que somos referentes en el Córdoba no tenemos más remedio que alegrarnos. Y yo, personalmente, porque lo que yo he vivido con el Córdoba y el cariño que le tengo al Córdoba Club de Fútbol es espectacular. Lo más grande me lo ha dado el Córdoba Club de Fútbol y la afición. Entonces, cada logro que consigue es una alegría fantástica, pero este año mucho más, de verdad. Porque ya vengo diciendo que el Córdoba puede aprovecharse de un cambio generacional. Ya tuvimos un cambio generacional el año que entró Rafael Gómez, pasando de los 2,000 aficionados de la época de Campanero a los 12.000 que trajo Rafael Gómez. Hubo otro cambio cuando llegó el ascenso a Primera con Carlos González, a pesar de las críticas, no se puede obviar que pasó a 16.000 personas. Este año puede haber un cambio generacional en el cual ya están incorporados niños pequeños, niñas pequeñas, gente de mediana edad y gente de la tercera edad, tanto hombres como mujeres. Hay un cambio generacional y el Córdoba debe aprovecharlo y llegar a los 20.000 aficionados como mínimo. Creo que el Córdoba puede llegar a esos 20.000 abonados si no hace una campaña agresiva en precios, si hace una campaña moderada, con precios asequibles, no digo que los regale, no quiero hacer demagogia aquí, pero precios asequibles y facilidades de pago. Creo que el Córdoba puede tener ese cambio o relevo generacional y eso le permitirá, en un futuro, ser un equipo consolidado en Primera División. Sé que hablar de ascender a Primera cuando recién hemos ascendido a Segunda puede parecer prematuro, pero en el fútbol siempre tienes que vivir el presente mirando al futuro. Nunca puedes quedarte mirando al pasado. Entonces, creo que ese relevo generacional existe y ahora mismo el club, los dirigentes del club, tienen un elemento importante para que cuando entrevisten a Juanito dentro de 20 años, se hable de una nueva reforma del estadio y de un nuevo relevo generacional que ya nos haya llevado a los 30.000. Puede parecer exagerado, pero no es tan descabellado. Creo que esos 20.000 deben consolidarse y, de hacerlo, el Córdoba podría ser un equipo estable en Primera División.
El Córdoba CF puede aprovecharse de un cambio generacional
P. Si es verdad lo que dices, ese cambio generacional se ha vivido sobre todo en el último mes. Parece que la ciudad se ha volcado, tanto la provincia como el equipo.
R. Bueno, yo lo he visto durante toda la temporada, porque ojo a una cosa, el Córdoba ha hecho unos números espectaculares, lo que pasa es que el Castellón ha hecho unos números súper espectaculares y aun así, el Córdoba ha estado ahí. Pero hay algo que observo y que me encanta: ves a la gente por la calle con la camiseta del Córdoba, como quien lleva un polo de Ralph Lauren o de cualquier marca famosa. La llevan no solo el día de la celebración, sino por la calle. Ayer estuve en Madrid y veía gente con la camiseta del Córdoba, y oye, eso es bonito. Ese cambio lo tiene que aprovechar el Córdoba, ese sentimiento y ese cariño. Y sobre todo, no olvidemos que quienes deciden por el futuro del Córdoba Club de Fútbol son los dirigentes. Este año el Córdoba ha tenido la suerte y la fortuna de vivir un ascenso en su casa, con un estadio lleno, con los alrededores del estadio llenísimos. Eso hará que todos aquellos que estuvieron allí, entre los que había niños pequeños, niñas pequeñas, personas de mediana edad, adultos y ancianos, se sientan parte de este momento. Yo salí encantado porque creo que el Córdoba tiene una oportunidad rotunda para dar ese salto y eso debe basarse en una política de precios. Además, no olvidemos que el fútbol se vende y necesitas tener una figura representativa. Este año, quizás esa figura ha estado más en el banquillo que en el campo. La gente ha dado más reconocimiento a Iván Ania que a los jugadores individualmente, lo cual no está mal. Pero las figuras representativas deben estar en el campo, del 1 al 11, vistiendo la camiseta blanquiverde y jugando, aunque el entrenador también es importante. Para enganchar a la gente muchas veces necesitas acertar con los fichajes o incorporaciones. Siempre que hay cambios de categoría vienen nuevas incorporaciones y el Córdoba debe acertar con ellas. No digo que necesiten muchas, pero en algunos puestos sí se necesitan refuerzos para competir en LaLiga Hypermotion que es bastante fuerte. Este año la he seguido bastante y no es una liga fácil.
P. ¿Te imaginabas cuando debutaste en el Córdoba que el club pudiese meter a 21.000 personas en Segunda División B y que tenga la afición que tiene ahora?
R. Bueno, sí. Nosotros ya metíamos esa cantidad de gente en nuestra época. De hecho, un año fuera de casa fuimos al campo de Elche en un famoso desplazamiento. El estadio estaba lleno solo con aficionados cordobeses. Siempre me lo he imaginado. En determinados partidos se metían veinte, veintitantas mil personas. Cuando fuimos al Calderón también, medio estadio del Calderón eran cordobeses. Pero consolidar 20.000 aficionados no es fácil. Siempre he pensado que el Córdoba tiene dos potenciales grandísimos: uno es la ciudad en sí, de cara al futbolista que viene de fuera. Córdoba es una ciudad encantadora, acogedora, fácil de vivir. Y la otra es la afición. Que se metan 25.000 personas en un estadio es impresionante. Hay equipos de Primera División que han jugado Champions, yo he ido a verlos y había 4.000 o 5.000 personas. Pero es que el pueblo tiene 20.000 o 30.000 habitantes y están en Primera División. Córdoba tiene esos dos grandes potenciales que pueden explotarse para atraer jugadores. Cuando estás a esos niveles profesionales, te digo que los futbolistas miran varias cosas: el nivel económico, los años de contrato, la estabilidad familiar y una gran afición. Sentirte futbolista. Esas son las cosas que mira un futbolista. Siempre he dicho que el futbolista es una persona egoísta que mira por encima de todo. Por eso yo decía que en el fútbol el interés colectivo debía prevalecer sobre el interés individual. La sensación que he tenido del Córdoba este año es que ha valorado la cuestión colectiva sobre el interés individual de algunos jugadores. Y eso es lo que debe aprovechar el Córdoba para ser un equipo consolidado y fuerte.
El Córdoba CF puede consolidar 20.000 abonados
P. Ese interés colectivo también primaba en la 99, ¿no?
R. Sí, sí. Bueno, el interés colectivo empezó a primar a partir de media temporada, porque tuvimos bastantes problemas al principio y afortunadamente se resolvieron. A Cartagena llegamos como una piña absoluta y con un interés colectivo sobre el individual. De hecho, en el partido concreto, el último, hubo algún jugador que era titular indiscutible y que había sido referente nuestro, pero salió después más tarde y estaba ahí apretando como los demás. Incluso fuimos todos, los convocados y los no convocados. En ese momento éramos una piña. Cierto es que tuvimos la gran suerte de contar con una generación de futbolistas de cantera que, en mi opinión, es la mejor que ha tenido el Córdoba Club de Fútbol en su historia.
P. Te quería preguntar sobre todo por aquel año. Este domingo hace 25 años de ese ascenso, y yo, en particular, tenía un año. ¿Cómo le explicarías a un joven, como esos niños o niñas que están empezando a seguir al Córdoba ahora mismo, ese ascenso? Está considerado como uno de los más importantes de la historia del Córdoba Club de Fútbol.
R. Le diría que viera el partido Córdoba Club de Fútbol-Barça B en el que se jugaba el ascenso, y a partir de ahí le explicaría cómo se asciende o qué se siente al ascender fuera de casa. Es muy difícil de explicar, sobre todo por lo dramático que fue. Era otro momento, pero a Málaga le pasó algo similar el sábado. Se encontró con un ambiente súper hostil y apenas les dejaron ir a los aficionados de Málaga. La diferencia es que nosotros dominamos el partido. Es difícil hacerle entender a un joven de ahora, de diez años, que el Córdoba estuvo en el ostracismo durante veintitantos años y que en el Antiguo Arcángel a veces solo iban mil personas. Pero bueno, con el tiempo, si el Córdoba sigue con esta trayectoria y maneja bien los tiempos, cuando esté consolidado en un futuro en Primera División, esos jóvenes comprenderán lo que significó ese ascenso. Verán que el Córdoba estuvo en Segunda B, ascendió y se consolidó. Es difícil explicarlo, pero el tiempo hará que lo entiendan.
P. ¿Te acuerdas de todos los detalles de ese día?
R. Prácticamente de todos.
P. ¿Cómo fue desde que te levantaste ese día hasta que finalmente ascendiste?
R. Es que eso fue muy largo, porque mira, ese partido fue un partido denominado de riesgo, de alto riesgo. Entonces, el día anterior había jugado la final de la Copa del Rey, creo que fue Atlético Madrid-Real Madrid, y esa mañana llegaron los antidisturbios, los que habían estado en Madrid. Llegaron allí, cogieron toda la parte baja, pero es que la noche anterior tuvimos un pequeño problema. Nosotros en Córdoba siempre íbamos a hoteles de 4 o 5 estrellas, íbamos a un hotel muy bueno. Pues estábamos a cuarenta y tantos grados y dio la casualidad que se rompió el aparato o al menos nos dijeron que se había roto el aire acondicionado. Toda la noche estuvimos pasando calor, imagínate. Pero es que encima de todo, abrimos las ventanas y alguien prendió fuego a unos cubos de basura, y el humo nos entraba a las habitaciones, de tal manera que tuvimos que volver a cerrar, porque si no, nos íbamos a asfixiar. O sea, imagínate la noche. No pegamos ojo, las cosas como son. Y bueno, ya nos levantamos por la mañana, y bueno, estábamos ahí, veíamos los antidisturbios, y charlábamos con ellos. Al cabo de un rato, nos dimos cuenta de que ya era hora de ir al estadio. Normalmente los equipos de fútbol llegan dos horas antes. Entonces llegamos dos horas antes y el campo ya estaba lleno. Pero es que estaba lleno porque, allí, el recibimiento de El Arcángel que hubo el pasado fin de semana, pues fue en contra nuestra. De hecho, nos tiraron una piedra al cristal del autobús y lo rompieron. Yo recuerdo que subieron los antidisturbios y nos dijeron: “todos puestos, con el chándal, chaqueta puesta, chaqueta hasta arriba, con la cabeza baja y en fila”. Y yo pensaba que no íbamos a llegar, pero efectivamente fueron súper efectivos. En 30 segundos habíamos cruzado casi 200 metros. Y bueno, ya salimos al campo y, cuando normalmente hay poca gente o está vacío, ya estaba lleno. Ellos estaban haciendo lo que el Córdoba hizo aquí en los aledaños con la fan zone, pero lo estaban haciendo en el mismo estadio. Y claro, se daban por ascendidos y demás. Y al final eso les creó mucha presión porque empezaron ganando, y rápidamente les remontamos y se pusieron muy nerviosos. Desde el empate ya empezaron a ponerse nerviosos, la gente muy nerviosa porque se veían ascendidos y se daban cuenta de que en el fútbol puede suceder de todo, incluso que te ganen en tu propia casa.
La afición le ha dado más reconocimiento a Ania que a los jugadores
P. ¿Qué sentiste cuando ascendiste ese día?
R. Pues mira, es curioso, yo que soy una persona de muchas emociones y además las demostraba, era el primero que iba, cogía a mi compañero y celebraba. En ese momento, lo típico, se vinieron rápidamente los compañeros, mi hermano Jesús, que entonces jugaba con nosotros también, rápidamente a abrazarme. Y cuando ascendimos allí, hubo 20 o 40 valientes que los dejaron entrar, fuimos a agradecérselo y cuando entramos a la caseta, empezaron lo típico, a mantear al entrenador. Me senté y dije: “coño, ¿y ahora qué?” Cuatro años después, porque yo había jugado ya cuatro promociones consecutivas.
P. De hecho, tú también viviste la del Deportivo de La Coruña B, ¿no?
R. Efectivamente, yo la viví. Claro, esa fue una de ellas. Viví la del Deportivo, la del Elche, la del Sestao, la del Baracaldo, todas esas de la era Gómez, todas las viví. Y claro, me senté y me decían: “pero, ¿qué te pasa? ¿Qué te pasa?” Y claro, dije: “bueno, ¿ahora qué? Ya he ascendido, ¿qué pasa? ¿Crecí 10 metros, soy más fuerte?, ¿ahora qué?” Y realmente, bueno, estaba muy contento, muy alegre, pero como no habían organizado nada, pues hicimos noche allí para esperar, porque nosotros no sabíamos la magnitud que tuvo aquel ascenso. La gente se tiró a Las Tendillas, y a nosotros nos decían por móvil que sí, que había mucha movilización, pero no lo vimos hasta que no llegamos al día siguiente, que ya nos tuvieron preparando la entrada a Las Tendillas. Ahí sí nos dimos cuenta de la magnitud del ascenso, porque desde que entramos por la avenida de Cádiz, todo estaba lleno, lleno por todos lados. Y ya cuando llegamos, cuando todo eso se podía entrar en autobús, ahí nos dimos cuenta de la magnitud del ascenso y de lo que habíamos conseguido. Pero eso fue lo primero que pensé.
En los últimos cinco años, el Córdoba CF ha sido un desastre
P. ¿Y en qué pensaste primero?
R. Siempre te acuerdas de tu familia, que son quienes más te apoyan. Mi madre, mi hermana, pues son las personas que más te han visto sufrir. Es que yo, vuelvo a repetirte, venía de cuatro intentos de ascenso, además de temporadas espectaculares. Entonces la frustración era grande, y veía que de un año para otro, de los 20 compañeros, 25 compañeros que has tenido, 24 los habían echado, y eran una plantilla nueva. Y encima esto de Córdoba, porque yo siempre he sido de Córdoba y he vivido Córdoba, para lo bueno y para lo malo. Yo recuerdo que tuvimos un delantero que jugó en Primera División y que vino aquí. Yo me peleaba mucho con el entrenador. Estaba en Sevilla y iba a venir en el AVE, y dije: “no, no, este tiene que vivir aquí en Córdoba, que si perdemos, que vaya a comprar pan y el panadero le diga, ¿qué pasa, tío? ¿No te dio la gana de correr, no?” Tienen que vivir aquí en Córdoba, tienen que vivir y sentir Córdoba. Y bueno, con todo eso, yo soy de los más afortunados, porque conmigo la afición se ha portado espectacular. No he tenido problemas, la afición siempre me ha reconocido. Pero claro, es lo que yo pensaba: “¿y ahora qué? ¿Ahora la gente estará tan alegre como la gente que se cabreó cuando no ascendimos?”. Eso fue algo que yo me preguntaba. “¿Veremos allí gente?” Y cuando vinimos aquí, ya lo que te dije, esto fue espectacular.
P. ¿Qué significa ser cordobés, jugar en el Córdoba Club de Fútbol, ascender a Segunda División, jugar en Segunda, estar más de nueve temporadas, más de trescientos partidos... qué significa eso?
R. Soy el que más partidos jugó en la historia, junto a José Luis Navarro. La verdad es que lo que te voy a decir puede sonar un poco raro, pero yo voy todavía por la calle y la gente me reconoce. Nos hacemos una foto, hablamos del Córdoba actual, y nos reconocen. Para que tú veas, eso es algo generacional, que ya llegará un momento en el que conocerán a Juanito, nada más que por vosotros, porque me tenéis mucho cariño, me dais un trato muy especial en los medios de comunicación, las cosas como son. Eso hace que a día de hoy todavía tenga un reconocimiento social muy importante, el cual constantemente agradezco. Por eso me sirvo para todo lo que queráis, para vosotros los medios de comunicación, que al fin y al cabo, yo siempre lo decía, o si no, pregúntale a tus compañeros. Yo era muy defensor vuestro, pero no porque me pusieseis bien ni mal. Yo seguía la NBA, estaba la época de los Lakers de Magic Johnson, Michael Jordan, y los entrevistaban recién salidos de la ducha, allí en la taquilla, con los compañeros al lado. Y los medios de comunicación allí puestos. Llegábamos aquí al Córdoba, un equipo de Segunda B, y llegaba el entrenador: “¡oh, esto es un santuario, aquí no entra nadie!” Claro, aquí los medios de comunicación fuera, y maltratados, y cada vez que había una rueda de prensa, contra los medios de comunicación. Y yo decía: “vamos a ver, creo que estamos equivocados en esto. Aquí hay que tratarlos bien”, y yo por lo menos así lo hice. Los medios de comunicación lo que hacen es escribir a fin y al cabo lo que va desarrollando, y cuanto mejor, más repercusión social tenga el equipo, pues más repercusión social tendrá ese medio de comunicación, y más repercusión social tendrán todos los profesionales que trabajan para esos medios de comunicación. Entonces, pues bueno, yo siempre con vosotros he tenido ese concepto. No un trato preferencial ni nada, es que yo he tenido ese concepto, creo yo por mí. Y ahora fíjate, ya lo están haciendo en el momento que pagan entran en la caseta. Al fin y al cabo hay que contar todo, y hay que atraer al consumidor, al público, al aficionado, hay que darle todos los detalles. No pasa absolutamente nada, que el profesional se debe a esto, y si se equivoca el profesional, pues ahí está la afición para castigarlo o no castigarlo. Y en ese sentido, me siento muy agradecido. La importancia que ha tenido el Córdoba Club de Fútbol en mi vida, no solamente el fútbol, el Córdoba Club de Fútbol ha sido lo más grande que yo he vivido a nivel profesional.
El Córdoba CF tiene dos potenciales grandes: la ciudad y su afición
P. Eso te iba a decir, porque como tú bien has dicho, hay a lo mejor gente de 30 o 40 años que no conoce a ningún jugador de la plantilla actual, pero, por ejemplo, a ti sí. ¿Cómo es eso? ¿Cómo es ser un jugador histórico para el Córdoba CF?
R. Sí, yo creo que eso va en el valor de cada persona. Y bueno, yo de futbolista tenía unas características que gustaban, de sentimiento, de no dar un balón por perdido, defender mucho el escudo blanquiverde. Y después, yo tenía una cosa, y es que dentro de esto que te he dicho, de que había que acercar a todo el mundo al cordobesismo, yo durante toda mi época, me llamaban las peñas, Juanito iba allí con su coche, y eso lo agradece la gente. Me llamaban los colegios, la jornada de que hace falta una profesión, Juanito iba. Pues claro, yo me prestaba a todo eso, porque, al fin y al cabo, no deja de ser un producto de marketing. Y yo creo que eso hacía que el chiquillo que yo había ido a su clase, que le había hecho tres regates, le había contado lo que era la trayectoria de un futbolista profesional, la vinculación con los estudios, porque eso sí es verdad, siempre he tenido la vinculación, tengo dos carreras, he estudiado además de jugar al fútbol, cuando en mi época no era fácil, porque quien jugaba fútbol no solía estudiar. Entonces esa vinculación, claro, te iba el niño y decía: “papá, pues este domingo quiero ver fútbol”. Y claro, pues te animaba el chiquillo, porque te había visto, te había tocado. Y después los logros que he conseguido durante muchos años, muchos partidos, yo jugaba una media de treinta y tantos partidos al año. Eso también me ha dado el conocimiento social.
P. Y eso ahora se ha perdido. Córdoba ahora mismo no lo tiene.
R. No lo tiene. El otro día le dieron la camiseta de cien partidos a Carlos Marín. Los porteros pueden aguantar más, date cuenta, cien partidos, son tres temporadas prácticamente, y a partir de ahí no duran más. Yo sé que también, es verdad que no sacan jugadores de la cantera. El trabajo con la cantera no está siendo todo lo beneficioso que debería. Creo que no están acertando mucho, porque no acaban. Y fíjate que hoy en día el fútbol es más fácil para la cantera, ves jugadores con dieciséis años jugando europeos, y son buenos. ¿Por qué? Porque hoy en día se protege mucho más al futbolista. Antes te pegaba un recorte de esos y te ponían patas arriba y cuando bajabas te remataba el otro. Hoy en día ya el fútbol está muy protegido, y eso hace que gente joven tenga capacidad para entrar en los equipos. De hecho, el Málaga el otro día, el ascenso se lo dan dos chavales de 16, 17 años. Yo creo que el Córdoba tenía que ascender, pero ahora tiene que ilusionar, pero también tiene que mirar de reojo y empezar a hacer una cantera que empiece a nutrirse, porque, al fin y al cabo, eso te da después pulmón económico para esforzarte en determinados fichajes, hacer un esfuerzo económico en determinados fichajes. Y eso te lo da tu propia cantera, ese es el pulmón económico.
P. Como el caso de Mati, ¿no? Esta temporada llegó del filial y se ha asentado en el equipo.
R. Sí, se ha asentado. Y eso tiene que suceder al cabo de la temporada con cuatro o cinco jugadores, o por lo menos dentro de los quince que siempre suele manejar el entrenador. Un partido sí, otro no, pero tiene que haber cinco jugadores mínimo que vengan del filial, cinco o seis, porque esos te dan el pulmón económico. Lo tienen que mirar más; yo lo miraría más como fútbol base, pero también tienen que verlo como una cuestión económica, porque te dan el pulmón.
P. Hablando ya un poquito de futuro, ¿cómo ves al Córdoba en un futuro a corto plazo?
R. Es muy difícil ahora mismo. Yo lo he visto muy sólido en la Primera RFEF, pero es que no es fácil. Ya de por sí, es un grupo para competir muy bien en LaLiga Hypermotion. Ahora, yo creo que le hace falta, de cara a una temporada, ciertos refuerzos en determinadas zonas, que le den ese plus añadido. Sí, le hace falta. Entonces, hasta que no se conforme la plantilla, no sabría decirte porque sería como coger algo al aire. Primero, por mi parte, no sería muy profesional. Y segundo, porque no tengo una bola de cristal para poder verlo. Para poder dar un juicio con suficiente valor, tengo que tener elementos, hechos, de los cuales pueda reaccionar y, en base a lo que creo, formar mi opinión propia. Pero ahora mismo sería muy difícil decirte. Sí te puedo decir que, normalmente, los equipos que ascienden de Segunda B o de Primera RFEF a Segunda A y mantienen el grupo fuerte, suelen mantener la categoría. No sé lo que van a hacer.
La noche de antes del ascenso en Cartagena prendieron fuego a cubos de basura en nuestro hotel
P. ¿Y como club? ¿Cómo lo ves en general después de estos cinco años desde la posible desaparición?
R. Bueno, el club ha sido un desastre, completamente. Hemos cambiado de presidente, de consejo o cabeza visible, como quieran llamarlo, constantemente. Estabilidad cero. No hay una estabilidad que permita trabajar a seis años vista. Aquí se trabaja para el año siguiente y a ver si sigo. Tal y como está, el club, a nivel institucional, es un desastre. Año por año no tiene una visión clara de lo que quiere, no interpreta cuál es el fútbol que quiere. Yo creo que el Córdoba tiene una fórmula de juego que Iván Ania ha interpretado perfectamente, pero lo ha hecho él, no el club. Las categorías base no juega como Iván Ania quiere. Si mañana no está Iván Ania y viene otro, implementará otra fórmula. Ese es el concepto que tiene que tener. Tienes que fichar jugadores conforme a esta ciudad, a esta afición y al juego que queremos. ¿Para qué queremos un jugador de renombre si su puesto no encaja? ¿Para qué queremos un lateral eminentemente defensivo si necesitamos uno ofensivo? Por mucho que sea internacional, por ejemplo. ¿Para qué queremos ciertos tipos de jugadores? ¿Para qué queremos un portero bajo y rápido si ahora se quiere un portero alto, ágil, y que juegue bien con los pies? Fichar a un portero que no juegue con los pies es difícil de ver. El equipo estaría muerto, porque la salida la plantea prácticamente con los dos centrales abiertos y el portero es quien le da salida a la pelota. Ese tipo de planteamiento hace tiempo que no lo vemos en el club.
P. ¿Crees que esa estabilidad se conseguirá con el paso de los años?
R. Esta pregunta me la han hecho durante 24 años y llevo respondiendo 24 años lo mismo: lo dudo. Pero siempre vendrá alguien que diga que lo duda. Si ascendemos a Primera algún día, ascenderemos. Pero estabilidad cero, porque cuando ascendimos hicimos más el ridículo todavía ese año. Por eso, lo dudo. Ahora, el día que lo vea, seré el primero en salir a la palestra y dar la enhorabuena a quien lo consiga, porque creo que ese es el camino de los clubes. El camino de los clubes ya no es el de antaño, año a año. Tiene que ser en base a una consolidación y para eso los profesionales necesitan trabajar. Y para trabajar necesitas estabilidad, y la estabilidad te la da un cierto tiempo. Esa es la cuestión: elegir a los profesionales a quienes quieres darle tu estabilidad.
P. Y ya la última, Juanito. Es una pregunta que siempre suelo hacer. ¿Dónde te ves tú dentro de cinco años?
R. La jubilación todavía no me llega (risas). No lo sé. Estoy bien, en mi actividad profesional y personal. Ahora mismo no me planteo dónde voy a estar dentro de cinco años. Sé en qué momento estoy ahora. Y ahora tengo una gran estabilidad laboral. El despacho funciona fantásticamente bien. A nivel personal tengo el reconocimiento, no solo de los medios de comunicación, sino de toda la gente aficionada en Córdoba. Es una de las cosas más bonitas que me ha pasado: ser futbolista. No sé. Me veo contigo, al lado, comentando partidos.
El pulmón económico del Córdoba CF debe ser su cantera
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