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Así votó Córdoba: 1979

Así votó Córdoba en 1979

Rafael Ávalos

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El 28 de mayo, los cordobeses están llamados a las urnas. De nuevo, tras cuatro años casi exactos, eligen a sus alcaldes o alcaldesas. O mejor dicho, deciden cómo van a quedar conformados los distintos ayuntamientos, en la capital y en cada uno de los municipios de la provincia. Porque después, en la hora de la política, pueden definir los diferentes gobiernos los pactos entre partidos. En cualquier caso, los ciudadanos se encuentran ante otras elecciones municipales, las decimosegundas del actual sistema constitucional. Una trayectoria democrática que, en el ámbito local, comenzó en 1979, después de más de cuatro décadas sin acudir a los colegios por este motivo.

Fue el 3 de abril de ese año, 1979 en efecto, cuando definitivamente se estableció la democracia en España. Esencialmente porque entonces llegaron las votaciones a un nivel más popular, por así decirlo. Lo cierto es que a los primeros comicios municipales los precedió una convocatoria general, al Parlamento es esto. Y este hecho marcó, en cierto modo, la campaña. También llevó a una perspectiva errónea sobre resultados posibles. Equivocada, como se demostró ese día, porque no podían extrapolarse los datos de las elecciones a Cortes con las destinadas a configurar consistorios. Ocurrió al menos en Córdoba capital, donde la victoria no la obtuvo quien sí lo hizo poco más de un mes antes. De hecho, la logró la tercera formación en las generales. Ésta fue el Partido Comunista de España (PCE).

Triunfo ajustado de Anguita y gobierno de concentración

La cita del 1 de marzo, que fue cuando tuvieron lugar las elecciones a Cortes, terminó con la Unión de Centro Democrático (UCD) como partido más votado en la capital con un 27,18%. Mientras, el PCE acabó por detrás también del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con un 20,52% del escrutinio. Esta circunstancia provocó que en la fuerza liderada por Adolfo Suárez se pensara que la victoria en Córdoba sería suya. Sin embargo, se produjo un vuelco que otorgó el máximo favor de la ciudadanía a los comunistas. Quizá hubiera otros motivos, pero importante fue el hecho de que Julio Anguita, el candidato de estos últimos, hiciera una campaña a pie de barrio y las otras formaciones apostaran menos por ello.

Además, hubo un cambio de alcaldable en el PSOE que también afectó, en teoría, al resultado de dicho partido. Su cabeza de lista debía ser Joaquín Martínez Bjorkman, pero tras un acuerdo de alianzas municipales con el PCE se escogió a Antonio Zurita. Sea como fuere, la formación comandada por Santiago Carrillo a nivel nacional se hizo con el mayor porcentaje de los votos el 3 de abril de 1979. Obtuvo un 28,04% de las papeletas en la capital, lo que le aportó ocho concejales. No obstante, el triunfo estuvo muy ajustado, ya que la UCD y los socialistas consiguieron 7 ediles, con un 25,93% y un 23,59% del escrutinio respectivamente. Pero el pleno tenía 27 asientos por asignar. ¿Para qué fuerza o fuerzas fueron los cinco restantes?

Pues en las primeras elecciones municipales de la capital tras el franquismo accedió con ímpetu al Ayuntamiento el Partido Socialista de Andalucía (PSA). O lo que es lo mismo, el Partido Andalucista (PA), como se conoció a partir de 1984. La formación regionalista convenció a un 17,16% de los cordobeses y logró cinco concejales. Fue la única vez en que hubo representación andalucista en el Consistorio… Tal panorama llevó a Julio Anguita a abogar por un acuerdo común para hacer gobernable la ciudad: conformó una corporación local con áreas para los cuatro partidos con presencia. Esto fue, lo que se suele llamar, un gobierno de concentración. La idea fue positiva en su funcionamiento, si bien entrada la legislatura se abrieron grietas -como es normal, por otro lado-. Por cierto, la participación fue de un 64,57%.

UCD vence en la provincia y manda en la Diputación

Curiosamente, a nivel provincial tampoco venció, en cómputo global, el partido que lo hizo en las generales del 1 de marzo. Ese día, el PSOE encontró un mayor respaldo en Córdoba, aunque fue muy ajustado. Tanto que contó con tantos diputados como la UCD, tres cada formación. El PCE obtuvo el restante de los siete a elegir. Pues poco más de un mes después fue la fuerza del Gobierno la que se alzó triunfadora en la totalidad de los municipios cordobeses. Terminó con un 30,71% de los votos, con casi cuatro puntos de ventaja respecto de los socialistas, que fueron segundos con un 26,74%. Por su parte, el PCE acabó en tercer lugar con un 24,25%.

De entrada, la provincia registró un mejor dato de participación que la capital pues la cifra fue de un 68,12%. El caso es que los tres partidos mencionados, los principales en este inicio democrático, también a nivel local, no fueron los únicos que obtuvieron al menos uno de los 925 concejales que se designaban mediante urnas entre todos los municipios de Córdoba. Más de un tercio se los llevó la UCD, que alcanzó los 334. El PSOE, como es lógico, le siguió con 258 y el PCE quedó con 183. Y aunque el PSA consiguió 32 ediles en la globalidad del territorio cordobés, el cuarto lugar no fue para una formación concreta. Hasta 75 representantes públicos fueron independientes. También tuvieron sus porciones la Coalición Democrática (CD) y el Partido del Trabajo de Andalucía (PTA), con 26 y 17 respectivamente.

Vista la generalidad de los datos, ¿qué sucedió con la Diputación Provincial? Pues ésta quedó en manos de la UCD, que con 14 diputados obtuvo el control por mayoría. Eran 27 los asientos por asignar, para que las cuentas queden claras. La presidencia recayó en Diego Romero, que se convirtió, igual que Julio Anguita en el primer alcalde electo de Córdoba tras el franquismo, en el primer regidor provincial tras elecciones. Él fue, por cierto, el candidato de la fuerza de Gobierno para la Alcaldía de la capital. Los restantes 13 escaños se los repartieron el PSOE, con ocho, y el PCE, con cinco.

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