Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Tráfico, polución y calor: los expertos alertan sobre los tres parkings de los cines de verano

Cine Olimpia, uno de los tres que incluiría un aparcamiento subterráneo

Aristóteles Moreno

4 de julio de 2025 20:05 h

0

La iniciativa empresarial que planea construir aparcamientos subterráneos en tres cines de verano del casco histórico de Córdoba (Delicias, Fuenseca y Olimpia) podría transgredir puntos esenciales de la normativa municipal, según se desprende de una lectura atenta de los documentos y alertan expertos de la administración pública. El plan, además, va en la dirección contraria de la nueva concepción peatonal y sostenible de los conjuntos antiguos en todo el mundo.

Los tres parkings, que sumarán entre 300 y 500 plazas, según las últimas estimaciones, inducirán nuevos flujos de tráfico motorizado a un entramado protegido de calles estrechas, con el consiguiente impacto en términos de polución ambiental y contaminación acústica. Los cines perderían también su condición de pulmones urbanos en el conjunto histórico y la sustitución de tierra transpirable por forjados de hormigón contribuiría a elevar la temperatura en una ciudad particularmente amenazada por el calentamiento global.

“No se puede meter ni un motor más en ningún centro histórico del mundo”, proclama José Luis Cañavate, prestigioso urbanista y experto en movilidad sostenible, autor de innumerables planes de accesibilidad en Europa, África y América. El especialista subraya que los cascos antiguos son piezas sensibles donde se desarrolla la vida social, cultural y microeconómica de las ciudades. Y, por lo tanto, son incompatibles con una utilización masiva del vehículo privado. “Eso es algo que ya nadie discute en el mundo”, reafirma en conversación telefónica desde Granada, sede de la consultora Contorno que dirige.

En el urbanismo moderno es una prioridad recuperar una forma de entender los “microequipamientos” que potencian la vida social, cultural y económica de los vecinos, como es el caso de los cines de verano. Solo hay una excepción, a juicio de Cañavate, que justifique la creación de nuevas plazas de aparcamiento en el interior de los cascos viejos: una necesidad acuciante de los residentes y en casos muy justificados. “¿Realmente la angustia vecinal para aparcar sus coches es tan brutal que requiera crear un área para 400 vehículos”, se pregunta el especialista.

Antonio Amil, junto a los herederos de los cines Fuenseca, Delicias y Olimpia

Su dilatada experiencia como director de planes de movilidad muestra que el uso del vehículo de residentes en los cascos históricos es notablemente inferior que en el resto de la ciudad. “La relación de usuarios habituales del automóvil es de 1/7 respecto a otras áreas urbanas”, explica el experto. “Por lo tanto, si dimensionamos la necesidad de generar aparcamientos para vecinos, estoy seguro, y sin conocer las cifras actuales de Córdoba, que son muy bajitas”.

Quiere decirse que los tres aparcamientos, con toda probabilidad, aunque se conciban inicialmente para residentes, pronto correrían el riesgo de convertirse en rotatorios para atender una demanda mercantil creciente: los pisos turísticos. Y ahí Cañavate es tajante: “Si lo que se pretende es orientar la economía del casco histórico a base de meter más coches en el centro, eso me parece una barbaridad”.

Cañavate ya participó en 2007 en la redacción del Plan de Accesibilidad del Conjunto Histórico de Córdoba, que se diseñó sobre un principio elemental hoy puesto en duda: “Máxima accesibilidad, mínimo tráfico”. La idea fundamental entonces era reducir todo lo posible la penetración de vehículos en el casco viejo sin perturbar las necesidades de movilidad de los residentes. Se suprimieron todos los itinerarios transversales para disuadir a los conductores de atajar por el centro y se diseñaron varios aparcamientos rotativos en los “bordes” del casco histórico y nunca en su interior.

No se puede meter ni un motor más en ningún centro histórico del mundo

José Luis Cañavate Experto en movilidad sostenible

Así lo expresó claramente el Plan de Aparcamientos de Córdoba, redactado en 2010 por Vimcorsa: “El parking de frontera entra dentro de los denominados disuasorios, de uso público o mixto, si bien tiene la función específica de contener los automóviles para que no penetren a un recinto de preferencia peatonal, como el centro histórico”. Los aparcamientos previstos en los cines de verano rompen radicalmente con esa dinámica.

Con el marco normativo en la mano, y a falta de un pronunciamiento firme municipal, los tres estacionamientos propuestos encontrarían un difícil encaje legal. “El Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico se pensó para evitar el tráfico en el casco, dejar los coches fuera en la medida de lo posible y ubicar los aparcamientos en los bordes. Ese era el espíritu”, advierte un experto con larga experiencia en la administración pública que prefiere mantenerse en el anonimato.

La fuente consultada está convencida de que esta iniciativa empresarial va enfocada hacia la “explotación turística pura y dura”. Y pone como ejemplo el caso del estacionamiento público de la Ribera, junto a la Cruz del Rastro, que se planificó pensando en los residentes y ha terminado convirtiéndose en un aparcamiento rotativo con un alto índice de flujo motorizado para uso turístico.

El estudio previo de los tres parkings está en manos de la Gerencia de Urbanismo desde el pasado 22 de abril, según informa ABC Córdoba. Con una inversión global de 5 millones de euros, la previsión de sus promotores es ejecutar los equipamientos antes de junio de 2028. El número de plazas quedó reducido a 311 entre los tres enclaves, según precisaron los promotores, y todas ellas se adjudicarán en régimen de venta, con prioridad para los residentes.

El Consejo de Distrito Centro ya ha manifestado su oposición frontal al proyecto. Mientras tanto, el Ayuntamiento guarda silencio. “Estamos a la espera del informe de la GMU [Gerencia Municipal de Urbanismo]”, respondió escuetamente por WhatsApp una fuente municipal. Los tres cines son propiedad de los herederos de Martín Cañuelo, fallecido en 2023, que se han asociado con el empresario Antonio Amil para explotar comercialmente las salas de proyección y promover los aparcamientos en el subsuelo como fuente de ingresos complementaria. “No hago declaraciones a Cordópolis”, manifestó secamente a este periodista.

Necesitamos 'revegetar' las ciudades por el cambio climático. Y eso es absolutamente incompatible con meter una forja de hormigón en los cines de verano

Gaia Redaelli Arquitecta

La arquitecta Gaia Redaelli fue directora general de Vivienda de la Junta de Andalucía entre los años 2012 y 2015. Su visión también es claramente contraria a la ejecución de un proyecto de esta naturaleza. “Es un despropósito”, sostiene. Los planes de movilidad diseñados para Córdoba ya preveían que los aparcamientos se ubicaran en el perímetro del casco histórico. “Muchos se diseñan para residentes y terminan siendo rotativos, que lo que hacen es atraer tráfico exterior al centro. Es el caso, por ejemplo, del parking de la calle Málaga”, recuerda.

Desde el punto de vista urbanístico tampoco tienen mucho sentido, agrega Redaelli. Los cines de verano están catalogados como equipamiento cultural y deportivo, de forma alternativa. “Y eso es todo lo contrario de lo que significa su uso como aparcamientos subterráneos”, argumenta.

El impacto ambiental, en su opinión, es el más preocupante. “La perspectiva ecológica es la más dramática”, razona la arquitecta. “Hablamos de espacios que eran tradicionalmente huertos en el casco antiguo y por eso se trata de superficies porosas. Si necesitamos ‘revegetar’ las ciudades por el cambio climático, no solo en Córdoba sino en todo el mundo, para hacerlas más transpirables y permeables, es absolutamente incompatible con colocar una forja de hormigón en el suelo de los cines”, objeta con rotundidad.

Estamos, por tanto, y a juicio de la experta, ante un “modelo anacrónico” que ya se abandonó en Europa a finales de los noventa. Las nuevas tendencias en movilidad amable trabajan en lo que Cañavate califica como “ciudad de dos velocidades”. Se diseñan una serie de corredores en forma de malla urbana. Por esos pasillos circula todo el tráfico y en el interior de las mallas se restringe la circulación de forma tajante. “Ahí no entra ni Dios. Solo los vecinos que disponen de aparcamiento y punto”, explica. Las cuadrículas liberadas tienen una superficie de entre 1,5 y 2 kilómetros.

El resultado de este nuevo concepto de organización espacial nos conduce a una filosofía urbana ya conocida. “Hemos tardado 30 años en llegar a la conclusión de siempre: los barrios hay que protegerlos”, proclama el director de Contorno. Y en su interior hay que limitar el tráfico a lo estrictamente necesario. “¿Qué es lo estrictamente necesario?”, se pregunta el propio Cañavate. “Pues los vecinos y los servicios de urgencia. Punto”.

Etiquetas
stats