Rechazo unánime del Consejo de Distrito Centro al plan de aparcamientos bajo los cines de verano de Córdoba

El Consejo de Distrito Centro de Córdoba ha rechazado este martes por unanimidad el proyecto de construcción de un aparcamiento subterráneo bajo los cines de verano promovido por el propietario y el gestor de los cines de Esplendor Cinema (Delicias, Fuenseca y OIimpia).
Según fuentes del Consejo de Distrito Centro, la oposición al plan fue rotunda, con el respaldo de todas las asociaciones vecinales, culturales y ciudadanas convocadas, en una sesión marcada por el análisis técnico, la defensa del patrimonio y la preocupación por el futuro de los históricos cine.
Una reunión en la que el gestor de los cines, el empresario Antonio Amil, expuso los detalles de su plan para construir medio millar de plazas de aparcamiento bajo los tres cines de verano que son propiedad de Ángel Cañuelo, empezando por el Delicias. Tras su exposición y la de otros colectivos -entre ellos, el Foro Abrir los Cines de Verano en 2024 (FAC24)-, se procedió a la votación de un dictamen.
El documento aprobado por unanimidad, no solo incluyue el rechazo total al aparcamiento, sino que recoge tres acuerdos adicionales. El primero exige a la Gerencia Municipal de Urbanismo que aclare de forma inmediata su postura y actúe conforme a la legalidad del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico. “No puede seguir alimentando falsas expectativas”, ha advertido el Consejo, que ve inviable el proyecto desde el punto de vista urbanístico y patrimonial.
El segundo acuerdo plantea una alternativa directa: que el Ayuntamiento adquiera los cuatro cines, incluidos los del Coliseo San Andrés, y los incorpore a la programación del IMAE, asegurando así su conservación y uso cultural. “Lo que pedimos es que se garantice que este verano habrá cine de verano, y que el futuro de estos espacios no quede a expensas del interés privado”, se señaló durante la sesión.
El tercer punto aboga por reactivar la tramitación para que los cines sean declarados Bien de Interés Cultural (BIC). Aunque se trata de una medida valorada por el Consejo, se matiza que el verdadero objetivo es “mantener viva la actividad cinematográfica”, más allá de la protección arquitectónica.
Desde el Consejo se remarca que el problema no es solo el uso del subsuelo, sino el modelo de gestión y la amenaza que se cierne sobre unos espacios que forman parte esencial de la vida cultural del casco histórico y de la que, según las fuentes consultadas, en estos momentos sólo se está valorando en base a su rentabilidad económica y no en base a la rentabilidad social y cultural.
El documento
El dictamen votado este martes esgrime los siguientes motivos urbanísticos para oponerse al plan de Antonio Amil y Ángel Cañuelo:
• La protección especial de los espacios libres: Los espacios libres de los Cines de verano gozan de una protección especial
• Su carácter bioclimático: Estos espacios constituyen un recurso bioclimático único y muy relevante. La mayor parte de ellos (4.000 m²) son suelo transpirable, lo cual es necesario en la isla de calor que representa el Casco Histórico dentro de la isla de calor de la propia ciudad. La ínfima ocupación actual del subsuelo, nunca bajo el espacio libre, ha permitido mantener el equilibrio bioclimático. El Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico (PEPCH) identifica en el Cine Delicias el “Espacio libre interior, con tratamiento blando y vegetación existente” como un elemento de interés a proteger. En el Cine Fuenseca, señala el “Espacio libre con vegetación” como elemento de interés. Y en el Cine Olimpia, el “Carácter del espacio libre”.
• Conflicto con la ordenación del PEPCH: El PEPCH establece una ordenación de conjunto que distribuye de manera equilibrada los usos (incluidos aparcamientos) y ordena la movilidad en el Casco Histórico. Propone edificios de aparcamientos en ámbitos específicos con mayor capacidad de asumir tráfico.
• Dificultad de acceso y afección al tráfico: La configuración de la trama urbana en los tres Cines, especialmente en el Olimpia y el Fuenseca, hace que un acceso cómodo y fácil a los supuestos aparcamientos sea casi imposible. Además, este proyecto contribuiría a “machacar” las vías de entrada y salida y el tránsito de personas por ellas. La idea de aparcamientos subterráneos distintos a los planteados por el PEPCH contradice el desarrollo futuro de la ciudad y provocaría un aumento de la afluencia e intensidad de tráfico de vehículos.
• Viabilidad limitada para residentes: Dada la escasa densidad poblacional del Casco, unos aparcamientos dedicados solo a residentes tendrían pocos compradores probables, ya que su utilidad disminuye con la distancia entre vivienda/trabajo y el aparcamiento. Su venta o alquiler solo tendría sentido en un mercado de apartamentos turísticos.
Además de los argumentos urbanísticos, se mencionan otros puntos de oposición y preocupación:
• El proyecto contradice la naturaleza del Cine de verano, cuyo atractivo combina el frescor del suelo y las plantas con la proyección fílmica.
• Existe una propuesta alternativa para crear una sala de exposiciones aprovechando el patrimonio relacionado con el cine, particularmente en la trasera de la pantalla del Fuenseca, que es parte del patrimonio industrial de Córdoba. Se cuestiona la compatibilidad de esta propuesta con un posible uso hostelero mencionado.
• Existe una gran incógnita sobre la actitud de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) y cómo se atenderá a las normativas existentes (PGOU, PEPCH, Carta de Riesgo Arqueológico, plan de Aparcamientos). No están claros los plazos y autorizaciones para los Estudios de Detalle o Innovación del PEPCH.
• El proyecto podría comprometer la virtualidad del nuevo PGOM en elaboración, especialmente en movilidad y lucha contra el cambio climático en el Centro Histórico.
• Existe el riesgo de que el proyecto, si recibe autorizaciones e inversiones pero luego encalla por demoras, condiciones imposibles o imprevistos (económicos, judiciales, subsuelo), deje a la ciudad sin capacidad de gestión y sin Cines de verano.
• Se reclama que la GMU, el Ayuntamiento Pleno y el Alcalde atiendan a las demandas ciudadanas y a la participación, más allá de los aspectos legales o los intereses privados.
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