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Emanuel Santoro: “Nosotros nos debemos a Córdoba y al Córdoba Patrimonio”

Entrevista N&B a Emanuel Santoro, entrenador del Córdoba Patrimonio

Jesús Ventura

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Desde pequeños, lo normal es que tengas sueños ambiciosos o que, al menos, sean muy difíciles de conseguir. Si son relacionados con el deporte, lo mayoritario es ser jugador de fútbol profesional, parecerte a tus ídolos, pero es un camino muy duro donde el trabajo y una pizca de suerte son fundamentales. Por tanto, son muy pocos los que se alzan para tocar este objetivo, los elegidos por una varita como diría aquel, aunque eso no significa que sea imposible. Es por ello que miles y miles de niños en todo el mundo luchan frente a frente por alcanzar dicha meta e incluso hay veces que ese camino te obliga a tomar otra dirección en la que, finalmente, te dedicas a lo que realmente te gusta.

Es por ello que no todo en el mundo deportivo es ser protagonista, sino que entrenar es una profesión igual de bonita que enfundarte las botas o las zapatillas. Un caso parecido le pasó a Emanuel Santoro, actual técnico del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, que comenzó queriendo ser jugador de fútbol sala, pero al no ser técnicamente una maravilla -palabras suyas, ojo- quiso probar con la aventura desde la banda. “A mí me decían que era un entrenador dentro de la pista”, y no se equivocaban porque 20 años después de dejar a un lado el intentar ser futbolista, ahora tiene la oportunidad de ser primer técnico en un equipo de una de las mejores Ligas de todo el mundo.

Emanuel Santoro es un técnico de 38 años que sustituirá a Josan González al frente del banquillo del Córdoba Patrimonio de la Humanidad a partir de la próxima temporada en Primera División. A pesar de su juventud, como ya se ha comentado anteriormente, tiene una experiencia de 20 años entrenando a equipos, empezando por el Club Atlético Banfield, Kimberley AC y Gimnasia y Esgrima La Plata, así como por las selecciones sub-14 y sub-16 albicelestes. Todo ello en su país, Argentina, antes de dar el salto a España donde ha sido segundo entrenador en Córdoba Patrimonio dos campañas y una en el Noia Portus Apostoli. Ahora tiene la oportunidad de volver a comandar un barco en solitario y atiende a Cordópolis con una sonrisa y la alegría que le caracteriza, en las entrañas del Palacio Municipal de los Deportes de Vista Alegre.

Como entrenador, trato de que todos disfruten de lo que hacen

PREGUNTA: Bueno, Emanuel, ya después de tanto tiempo en el Córdoba Patrimonio de la Humanidad, si no me equivoco has estado ya dos temporadas, ya por fin das el salto a ser el primer entrenador, tu primera experiencia en este cargo en España. ¿Cómo te sientes ya a prácticamente un mes de empezar la pretemporada siendo técnico de un equipo de Primera División?

RESPUESTA: A ver, la verdad que muy feliz y muy ilusionado, pero también muy enfocado en el trabajo que tenemos por delante. Desde el día uno trabajando acá, preparando las cosas, cuerpo técnico, plantilla. Si bien hay una continuidad de trabajo, hay muchos cambios porque hay muchos jugadores nuevos, hay muchos integrantes del cuerpo técnico nuevos. Entonces, enfocado en eso, no nos podemos quedar durmiendo en los laureles, de quedarnos festejando, de tomarnos vacaciones. Es un verano especial, es una temporada especial por el hecho de que hay Mundial, de que empezamos más tarde, pero nosotros desde el día uno ya estamos trabajando. Es mi primera experiencia en España; en Argentina había trabajado varios años como primer entrenador. En cuanto a la dinámica de llevar grupos y demás, me siento preparado, pero sí, obviamente, es un desafío diferente porque es la mejor Liga del mundo.

P. Has hablado también antes de la entrevista de esa complicación entre idiomas, también en una plantilla tan variopinta como la del Córdoba. ¿Cómo se gestiona eso?

R. A ver, nosotros hablamos un idioma universal que es el de fútbol sala y trabajamos día a día para que ese idioma, con una mirada, con un gesto, con un movimiento de pizarra, lo podamos hablar. Va a haber un cambio en cuanto a la estructura: va a ser mayoría de españoles este año y eso también quizá es la gran diferencia con respecto al año pasado. Serán 6 españoles, 3 brasileños, 3 sudamericanos. Entonces, desde ahí también, el idioma no es la única complejidad, si son muchos jugadores nuevos, son 8 jugadores nuevos, 8 jugadores de pista. Desde ahí es aprovechar esos 2 meses de pretemporada para que lleguemos al inicio de la Liga de la mejor manera.

P. Al menos esa pretemporada más larga puede beneficiar.

R. Sí, obviamente va a beneficiar. Los 3 chicos que están en el Mundial son 3 chicos que vienen de la temporada pasada, que son Arnaldo, Damián y Mico. Ojalá que les vaya muy bien en el Mundial, pero que también los tengamos lo antes posible con nosotros trabajando. Sí, el gran desafío de nuestro equipo como entrenador y el grupo de trabajo como cuerpo técnico es ensamblar esas fichas, que son muy buenas, que todo encaje en el puzle para que el resultado al momento salga a la pista.

P. Hablando un poquito más de tu trayectoria personal, ¿cómo empezaste en el mundo del fútbol sala allí en Argentina?

R. Bueno, mi vida sin el fútbol sala no la recuerdo. Yo en el año 97, que tenía 11 años, jugaba en una escuela de fútbol y vino una persona a decir que había un deporte que era el fútbol sala, si queríamos jugar. Y un poquito sin saber dónde nos metíamos, pues empezamos a jugar. Era la segunda categoría, como si te dijera cadetes y benjamines, que en Argentina sería más séptima, y empecé como jugador, y fui subiendo, lo compaginaba con el fútbol, lo compaginaba con los estudios, hasta que, bueno, en un momento, teniendo 18 años, el que era mi entrenador del primer equipo me dijo: “Te veo que te interesa, que te involucras mucho, ¿no te interesa dirigir una categoría?” Y empecé a dirigir chicos de la edad que tenía cuando empecé, y así fui empezando, un poquito como hobby, un poco a ver de qué se trataba. Me empecé a formar y saqué los cursos de entrenador, y cuando me di cuenta estaba dirigiendo una categoría sub-17. Y bueno, yo siempre responsabilizo a ese grupo, que era la camada 92-93, de que yo me retiré por culpa de ellos, porque llegó un momento que yo sentía que ellos eran mejores que yo, y tenía 17 años. Entonces un verano le dije a mi entrenador: “Mirá, me parece que hasta acá, mi rol es más válido de la línea para afuera.” Y bueno, ese año me dediqué directamente ya a entrenar lo que sería sub-20, y nada, siendo muy joven, con 21-22 años, dejé de entrenar. Y bueno, fui subiendo, hasta que llegó el momento de trabajar en un primer equipo, y a los 28 me tocó ser primer entrenador, y entrenar a muchos jugadores que eran mayores que yo. Entonces, quizás ya estoy acostumbrado, y por más que sea relativamente joven para ser entrenador, llevo 20 años entrenando, y nada, lo disfruto, es mi pasión, es mi vocación, pero también es mi modo de vida.

Hoy por hoy, en el fútbol sala tienes que trabajar cada detalle

P. ¿Qué estilo de jugador eras?

R. Sería difícil encontrar un jugador como yo, era muy limitado técnicamente, no nos vamos a engañar, no voy a decir que me retiré por una lesión ni nada de eso, pero era muy aplicado en lo táctico, en lo que era balón parado, en lo que era poner otro jugador. Entonces, un poco en broma, mi entrenador me decía que yo era un entrenador dentro de la pista. Bueno, llegó un momento en que pasé a ser un entrenador fuera de la pista, pero era ese tipo de jugador muy sacrificado, muy genética argentina, de que lo que no podía hacer regateando con finalización, intentaba suplirlo con ganas y con empeño.

P. Prácticamente tu equipo es como un reflejo de ti en la pista, ¿no?

R. No, espero que no, espero que no, espero que sea un equipo un poquito más vistoso de lo que era Santoro en la pista, y lo digo de verdad. Me hubiese encantado tener las cualidades que tienen muchos de los chicos que entrenamos acá día a día, pero bueno, soy consciente de mis limitaciones y trato de esconder mis dolencias y de potenciar mis virtudes, y creo que como entrenador trato de llevar lo mismo a un equipo: de ser sólido defensivamente, de ser vertical en ataque, de dar pocas transiciones, de ser efectivo, pero que también el jugador se sienta cómodo, que se involucre con el modelo de juego, y que se identifique sobre todo. Que uno disfrute lo que esté haciendo, y que diga: “Nosotros jugamos de esta manera, nos gusta jugar así, nos identificamos con jugar así.” Hoy por hoy en la liga tenés que trabajar cada detalle, no existe el equipo defensivo o el equipo ofensivo, o el equipo que solamente hace balón parado, tenés que dominar todas las fases de juego y prepararlo semana a semana porque cada rival es diferente y te demanda esa exigencia.

P. ¿Para ti qué significa ser entrenador?

R. Es la manera de vivir, es un modo de vida, estar las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Mis amigos son los del fútbol sala, mi familia está 100% involucrada con mi profesión, entonces es eso, es un modo de vida. Tengo la suerte y el privilegio de poder vivir de lo que me apasiona, de lo que me gusta, ojalá que sea por muchos años más, de disfrutar de estar acá. Yo disfruto estar en la pista, disfruto estar en la oficina, disfruto mirar partidos. Si hay un sano vicio que tengo es mirar partidos. Lo potencié obviamente en los meses de confinamiento, mirando ligas de la segunda de Ucrania o de un sudamericano sub-20 asiático. Ahora trato de ser un poquito más selectivo porque no tengo tanto tiempo, pero yo disfruto mucho de ver partidos, más en vivo. Pero bueno, también eso me permite conocer diferentes mercados, tratar de rastrear, escautear a algunos jugadores que no son tan conocidos. Pero bueno, hay muchas horas de trabajo atrás y quizá de uno que seleccionamos hay 150 que quedan afuera.

P. Ya que la figura del entrenador ha evolucionado, ahora tienes que ser multiusos.

R. Bueno, a ver, todo acá se ha masificado y se ha globalizado, y los entrenadores cumplimos muchos roles. Somos entrenadores, somos formadores, somos docentes, tenemos nuestra parte de psicólogo, nos tenemos que involucrar en la preparación física para poder, junto con el preparador físico, gestionar bien las cargas. Al mismo tiempo tenemos que controlar el tema de lo que son las redes sociales, los medios, las declaraciones, hay un montón de facetas que tenemos que hacer, y bueno, más estando en este lugar donde la exigencia es máxima y no podemos dejar ningún detalle librado al azar.

No hay que perder el espíritu amateur de por qué llegamos a esto

P. ¿Qué les dirías tú a los jóvenes entrenadores que están empezando ahora?

R. A ver, en primer lugar les diría que nunca pierdan de vista por qué empezaron a hacer esto. A veces, eso lo digo a los jugadores, que esto lo hacemos porque es un juego, que nos gusta, que nos apasiona, que nos gusta compartir, que nunca ir a entrenar tiene que ser una carga, o viajar a un partido tiene que ser un peso. A veces, charlando con colegas o con amigos que están en la disciplina, se quejan de los viajes o de las concentraciones en el hotel, y yo realmente lo disfruto mucho. Juntarme con mi equipo a una sesión de video, o estar comiendo y estar pendiente de otro resultado, mirando el partido, yo lo disfruto. Creo que es importante no perder ese pequeño espíritu amateur de por qué llegamos a esto. Y después, por otro lado, entender que el camino es larguísimo, y que realmente somos muy pocos los que tenemos el privilegio de llegar a trabajar en la élite, e intentar mantenernos, que es el otro desafío. Que entiendan que es paso a paso, que es un progreso, que quizá por más que uno haga todo bien, a veces los resultados no acompañan, o el equipo no termina de ensamblarse, y que tengan paciencia y que confíen en su trabajo. Yo creo que, en definitiva, lo que te marca y lo que te lleva a donde estás es tu trabajo, es tu día a día, es lo que te involucras, es lo que le dedicas, y si uno está tranquilo de que hizo todo lo que tenía posible a su alcance, después puede apoyar la cabeza en la almohada tranquilo.

P. ¿Cuándo te diste cuenta de que podías llegar a esa élite y profesionalizarte?

R. A ver, creo que uno nunca se para y dice: “Bueno, voy a apuntar a esto, llegué a esto”. Sí, ahora, quizá porque tengo muchas notas y entrevistas, digo: “Bueno, estoy en la mejor Liga del mundo”, pero para mí era un sueño venir a trabajar a España. El día que José me llama por teléfono y me hace la propuesta de venir a trabajar con él, para mí es un sueño cumplido. Yo era de los que se levantaba a las seis de la mañana y buscaba una página pirata para ver los partidos de España. Y ahora venir acá, y el día que venís, y a un entrenador que fuiste a sus clinics, que seguiste sus charlas, que fuiste a ver sus entrenamientos, lo enfrentás y le das la mano antes de empezar un partido, para mí estoy cumpliendo un sueño y lo disfruto mucho. Después, obviamente me gusta competir, pero más me gusta ganar. Entonces, después toda esa admiración y todo ese deseo de llegar pasa a un segundo plano, porque yo quiero que a mi equipo le vaya bien y quiero que a mi club le vaya bien. Desde ese lado, todavía tengo muchas metas por cumplir, entonces no es que llegué hasta acá y listo, ojalá que me queden muchos años más en la élite y que pueda seguir avanzando.

P. ¿Qué te dijo tu familia cuando dijiste: “Me voy a España. Me han llamado desde Córdoba y me voy a España”?

R. A ver, sabían que era un deseo mío ir a trabajar al extranjero. La realidad es que la situación económica en Argentina está complicada y eso hace que la Liga haya perdido un poco de calidad, porque los mejores jugadores están jugando en el extranjero, en España, en Italia, en Asia. Entonces, cualquier entrenador aspira a llegar a trabajar en la mejor Liga y la realidad es que justo durante los meses de pandemia, de confinamiento... Sabemos que el verano y el invierno en Sudamérica están cruzados. Nosotros veníamos de un confinamiento larguísimo en 2020, en 2021 volvimos a parar la Liga, a volver a estar encerrados y ahí me llegó esa propuesta y sinceramente ni lo pensé. Tenía alguna otra propuesta para venir a Europa, pero yo quería trabajar en la liga española y dejé de lado ciertas partes deportivas o económicas apostando por venir a trabajar en España.

P. ¿Qué significa para ti Josan? Porque si no me equivoco, antes de la oferta del Córdoba Patrimonio, ya lo conocías y ya tenías un vínculo con él.

R. A ver, Josan, en primer lugar, es un amigo y un compañero de trabajo, y eso no se va a perder por más que estemos ahora a un montón de distancia, él en Asia y yo aquí en España. Yo estaré siempre agradecido con él porque me abrió las puertas de acá cuando era prácticamente un desconocido. Para la liga española muy poca gente sabía quién era Emanuel Santoro. Yo en 2018 hice un viaje por mi cuenta de un mes para recorrer entrenamientos, para visitar clubes. Estuve una semana en el Barça, una semana en Inter, una semana en ElPozo y una semana en Ribera Navarra. Y esa semana que estuve en ElPozo, que fui a visitar a Diego Giustozzi, coincidí con Josan, nos conocimos y a partir de ahí tuvimos interacciones por redes sociales. En la época de la pandemia, que había mil charlas, mil clínics, empezamos a conversar un poquito más y después en esa temporada, que fue la 2020-2021, a la distancia íbamos comentando cosas sobre los partidos, sobre los entrenamientos, intercambiando tareas. Sucedió justo que Fernando Tienda sale como segundo entrenador y él me hizo la propuesta de venir acá. Por más que no estemos juntos ahora trabajando, siempre estaré agradecido con él. Creo que hicimos una buena sociedad y nos potenciamos mutuamente. Ojalá que él pueda decir lo mismo de mí, que confío que es así. Los dos sacamos lo mejor de cada uno; somos muy diferentes pero también muy complementarios, y creo que ojalá pueda continuar su legado porque la vara quedó muy alta.

Llegar a España para mí es un sueño cumplido

P. ¿Y cómo vas a sustituirlo ahora?

R. Bueno, obviamente es un proyecto de continuidad, pero cada uno tendrá su impronta personal. El primer desafío nuestro, el primer objetivo es, como te digo, componer un buen grupo y un buen equipo. Poder ensamblar esas fichas nuevas que vienen. Por suerte, muchos jugadores de los que vienen ya los conozco. Con Pablo del Moral estuvimos el primer año que estuvimos en Córdoba. Con Lluc, que estuve el año pasado, y otro chico como Álex Bernal, que también estuvo en su etapa de juvenil y me tocó compartir muchos entrenamientos aquí. A Echavarría lo conozco desde haberlo enfrentado en la Liga Argentina. Son jugadores que hemos enfrentado o hemos compartido, entonces ese primer desafío es sumar a nuestro modelo de trabajo a la gente nueva que se incorpore y tratar de igualar y mejorar lo que había anteriormente.

P. Este es tu primer desafío a modo individual en España, pero ¿cómo fue tu primer desafío con Josan González en el banquillo en esa primera temporada como segundo?

R. A ver, el desafío primero era, a mí me lo dijo un gran amigo argentino: “No trates de entender a los españoles con cabeza argentina”. Entonces mi primer desafío fue, culturalmente, entender. Y acá, qué es un vestuario que tiene muchas culturas, o sea, hay un chico musulmán que quizá le toca hacer el ramadán, o hay un chico brasileño que tiene otras costumbres, es tratar de encontrar el patrón común que nos unía para poder llegar a la fibra de cada jugador. Ese fue mi primer desafío. Y después, obviamente, aquí en el grupo de trabajo me recibieron como uno más, con los brazos abiertos, nunca me pusieron ninguna jerarquía ni nada. Entonces tuve una gran ventaja, que en el grupo de trabajo desde el primer día estuve adentro y no tuve que hacer ningún proceso de adaptación ni nada. Sigo, obviamente, con los jugadores trabajando de esa manera. En Argentina había dirigido al 99% de los jugadores argentinos, en algún momento me había tocado algún colombiano o algún chileno, pero estaba acostumbrado a trabajar con gente de mi nacionalidad. Entonces era abrir un poco la cabeza y entender que hay otras costumbres, que hay otros hábitos, y desde ahí no perder uno la esencia, que es lo que le permitió llegar hasta aquí.

P. Y de por sí, ya que Córdoba es una ciudad multicultural, te encontraste con una ciudad muy diferente a lo que es España de por sí.

R. A ver, yo creo que Andalucía tiene algo de latino, parecido a lo que somos los sudamericanos. Obviamente con sus matices, pero no es lo mismo Cataluña, Galicia, Asturias que Andalucía. Creo que es muy cercano, que la gente está en las calles, que la gente está en los bares. Tuve la suerte de hacer mi grupo de amigos extra-equipo, entonces yo estoy muy cómodo aquí. Mi DNI, y me acento, nunca me van a dejar ser cordobés, pero sí siento esta ciudad y este club como mi casa. Entonces, desde ese lado, la adaptación fue muy buena. Estoy muy contento y muy cómodo en la ciudad, que es hermosa, que su gente es súper cálida, y ojalá pueda estar muchos años aquí.

P. Una temporada más tarde, te fuiste a Noia. ¿Cómo fue también ese cambio? Porque del sur al norte...

R. A ver, yo soy nieto de gallegos, entonces algunas cosas de gallego las tenía. Mi abuela era de Lugo, mi abuelo de Pontevedra. Fue una experiencia súper enriquecedora, una manera de trabajar con sus matices, pero obviamente súper profesional. Y nada, lo mejor de ahí, saqué muchas enseñanzas, dejé muchos amigos. Hace poco los fui a visitar cuando hice el Camino de Santiago. Y nada, es un pueblo pequeño, pero súper acogedor y con gente muy apasionada por el fútbol sala.

La Liga española está partida en dos y hay que ser realistas

P. ¿Cómo fue aquella temporada en Noia?

R. Bueno, la verdad que era un club que había acabado de subir a Primera, que tenía un desafío por delante de asentarse, y creo que los resultados acompañaron. Muchos de esos jugadores eran de Palma cedidos y salieron campeones de la Champions este año. Y yo los veía y decía: “Estos estaban conmigo hasta el año pasado”. Neguiño, Marcelo, Bruno. Había muchos chicos argentinos también que ya estaban ahí hace varios años. Fue una temporada muy buena.

P. Y ya, volviste a Córdoba para seguir como segundo de Josan y te encuentras con un club que está más que consolidado en Primera División, pero ahora quieres dar ese salto por conseguir cosas más ambiciosas.

R. Yo creo que hay que ser realista de que la Liga Española está partida en dos. Vos tenés siete equipos que, a nivel presupuesto y a nivel de estructura, están muy por delante del resto. Son los tres grandes: Barça, ElPozo e Inter, y después tenés cuatro que están muy por delante del resto, como Cartagena, Jaén, Palma y Valdepeñas. Creo que los otros nueve equipos buscan luchar por meterse en esa octava plaza, que este año fue Manzanares, que el año pasado fue Noia, o intentar buscar que alguno se despiste y pasarlo. Este año Valdepeñas quedó fuera de la Copa de España y se metió Xota. Creo que desde ahí lo primero que tenemos que intentar nosotros es posicionarnos en el pelotón de arriba de esa segunda parte de la Liga. Ser realistas. Lo dijimos al principio de la entrevista, si uno no es consciente de sus limitaciones, de las cosas para mejorar, termina pecando de vanidoso. Me parece que desde ahí es entender el rol que tiene el equipo en la Liga, las cosas que tiene que mejorar y ojalá sea el año del salto, ojalá siga esa pendiente hacia arriba de crecimiento del club, esa curva creciente. Pero entender dónde estamos y saber el lugar que tiene nuestro club y que no puede despistarse porque si no, se termina complicando todo abajo. Lo que tenemos nosotros es tener una buena temporada, una temporada tranquila y que permita al aficionado soñar con cosas grandes, pero partiendo del lugar que tenemos en la Liga y siendo conscientes de que cada partido para nosotros es una final, cada minuto es el minuto más importante, cada balón es el último, y si tenemos esa mentalidad competitiva, nos va a permitir soñar en esas 30 jornadas.

P. Lo que es cierto es que parece que al Córdoba Patrimonio le queda ese saltito, porque se ha quedado muy cerca muchas veces de la Copa de España, se ha quedado prácticamente a un partido de la final four de la Copa del Rey... Parece que queda un puntito, parece que queda ese algo.

R. Eso fue en el mismo día. Me acuerdo, yo estaba acá, nosotros jugábamos con Industrias en cuartos de final de la Copa y al mismo tiempo estaba jugando Inter con Xota, que necesitábamos un resultado para poder clasificar a la Copa de España. Y el mismo día nos quedamos sin Copa de España y sin final four, y fue durísimo. Pero la realidad es que para llegar a esa instancia es porque estuvimos peleando. Entonces creo que si hay un salto positivo para remarcar es que hasta el final llegamos peleando, hasta el final estuvimos ahí pendientes de poder alcanzar ese sueño, ese objetivo que tenemos todos bien claro, que es que el club esté en las grandes competencias. Tenemos que tener esa meta de hasta el final dejar todo para poder intentar llegar a esos objetivos y saber que si nos mantenemos en esta línea de trabajo, va a llegar. Porque por decantación el trabajo te va a acercar a los objetivos.

P. Y lo bueno es que, a excepción de una o dos temporadas, sobre todo al principio, el Córdoba no ha sufrido tanto para mantener la plaza en Primera, y eso también es meritorio para lo que tiene el club.

R. A ver, no tenemos que despistarnos nunca de eso. José García, que es el presidente del club, de quien estoy súper agradecido por la confianza, siempre dice que el primer objetivo es buscar dos peores que nosotros en la tabla. Lo dice un poco en broma, pero tiene mucho de verdad esa frase. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es ese pequeño colchón de puntos que nos permita estar tranquilos, no estar mirando para abajo, porque cuando uno entra en una mala dinámica, después vienen las lesiones, las expulsiones, la falta de confianza. Tuvimos la suerte este año de tener un buen arranque, la temporada anterior que estuve yo también, tuvimos ese pequeño arranque, ese pequeño mote de equipo revelación al inicio de la Liga. A nosotros lo que nos gusta es tener una tranquilidad y que ya tenemos esa pequeña base de puntos, que si después tenemos un mal momento, que va a pasar en algún momento de la Liga, donde tenés una dinámica negativa, tengamos esa pequeña espalda, ese ahorro bajo el colchón. Para mí, es importante eso, no despistarnos de decir que por querer mirar arriba, nos descuidamos de abajo. Ir partido a partido preparándolo como si fuera una final y con todo el empeño de que ningún partido en nuestra Liga es fácil.

Si uno no es consciente de sus limitaciones, termina pecando de vanidoso

P. ¿Cómo ha sido reestructurar el vestuario después de las numerosas bajas que ha habido al final de esta temporada?

R. Bueno, tenemos una gran ventaja que el vestuario es súper sano, que el grupo es muy bueno, que tenemos un capitán como Fabio que es ejemplar en lo deportivo y en lo humano. Entonces, creo que desde ahí lo que buscamos es encontrar esas piezas para reemplazar las salidas que hubo e intentar mejorar ciertas cosas que vimos que este año quizá nos faltaron. En algunos momentos nos faltó el perfil zurdo o cierto equilibrio defensivo. Desde ahí, la búsqueda de la plantilla estaba confeccionada ya hace varios meses, habíamos sondeado varios jugadores y tuvimos la suerte de que prácticamente a finales de mayo ya estaba la plantilla cerrada. Quizá otros años, por salidas o entradas de último momento, siempre estuvimos más pendientes y este año, con un poquito de anticipación, lo pudimos resolver.

P. Prácticamente hoy es de los equipos que más rápido han confeccionado su plantilla.

R. Bueno, porque te digo, desde prácticamente navidades con Josan y con Juanda, con el anterior cuerpo técnico, ya estábamos mirando jugadores, continuamente observando, sabiendo quién termina contrato, quién se adapta al presupuesto de Córdoba. Es parte de nuestro trabajo, además de planificar los entrenamientos y los partidos, tener en la cabeza si éste se va, quién va a venir, cómo va a ser el partido. La directiva se movió rápido para resolverlo y dentro de los cambios que hay, que sea con la mayor previsibilidad posible.

P. ¿Cuántos miembros de la plantilla esperas tú del primer equipo?

R. Vamos a ser 14. Son 6 del año pasado y 8 nuevos que se incorporan, 7 y la vuelta de Álex Bernal de la cesión. En total, son 8.

P. Entonces, si no me equivoco, se han anunciado 7 fichajes, queda 1, ¿no?

R. No te voy a decir nombres, no te voy a dar nombres, pero... Bueno, no me voy a meter en el trabajo de otra área, que es el jefe de prensa. Obviamente, como nosotros planificamos los entrenamientos y los partidos, el departamento de prensa del club planifica cómo anunciar los refuerzos y también, nada, hay que respetar esos plazos.

P. Volviendo a la pretemporada que va a ser muy larga, pero que, como ya has dicho, va a venir muy bien.

R. Empezamos el 12 de agosto con los reconocimientos médicos, el 12 de octubre es el inicio de la Liga, hoy ya son justo dos meses. Hacemos una primera semana cero de adaptación física, de mediciones, de test, donde quizá el preparador físico tenga que adaptar y ya el 19 en pista, como dicen acá en Córdoba, a hierro, a intentar llegar de la mejor manera. Tenemos varios compromisos amistosos, tenemos la Copa Andalucía por delante, entonces desde ahí es intentar llegar de la mejor manera al inicio de la Liga. En primer lugar, ese primer objetivo de configurar un buen grupo, una buena plantilla. El segundo objetivo es el rendimiento deportivo, estamos aquí para competir y por suerte tenemos mucho tiempo, los chicos que están con sus selecciones llegan al inicio de la Liga con total tranquilidad, entonces con muchas expectativas de ver cómo esta gente nueva se adapta a nuestra idea de juego, a nuestra filosofía y confiamos en que elegimos a las personas correctas.

Tenemos que entender qué rol tiene el equipo en la Liga

P. Con Josan también tuve la oportunidad de charlar y, justamente antes de una pretemporada, me decía que cruzaba los dedos para que todos los jugadores brasileños pudieran jugar.

R. Es parte de la regla del juego; no es fácil para un jugador extranjero venir a jugar a España. Son un montón de trámites burocráticos, de papeles, de visados. La verdad es que el año pasado no tuvimos ningún problema. El club tiene un departamento específicamente para eso. Más allá de los chicos que están con la selección, algunos tendrán que hacer un visado más, un visado menos, pero confiamos en que todo el mundo estará.

P. ¿Crees que ese pasito que hemos estado hablando se puede llegar a conseguir?

R. Yo trabajo todos los días para que sí. Si no tuviera esa ilusión o esa esperanza, no estaría acá. Soy un tipo muy detallista, muy ambicioso. Me fijo que me estás grabando con dos móviles y eso me gusta porque tenés un back up, y si alguno te falla, yo trato de hacer lo mismo, de jugar con esas variables. De jugar con pívot diestro, de jugar con pívot zurdo, de jugar de cuatro, de tener a Víctor para adelantarlo como uno más en momentos de incorporaciones de portero en dinámica, de sacar el portero-jugador para cambiar la dinámica de un partido, de tener diferentes variantes de balón parado, diferentes variantes defensivas. Creo que nosotros nos debemos a nuestro club, a nuestra afición, a nuestra ciudad. Haremos todo lo que tengamos a nuestro alcance para dar ese pasito y confiamos en que vamos a dejarnos la piel para que así sea.

P. Y más allá de este año, ¿dónde te ves tú? ¿Quieres llegar a una élite específica? ¿Quieres llegar a dirigir a la selección argentina, por ejemplo?

R. Yo creo que Córdoba es una élite y una élite específica. Yo estoy muy feliz estando acá. La verdad, como dije antes, el club me recibió como uno más y estoy muy feliz acá. Ojalá que todas esas ambiciones deportivas de ganar títulos, de lograr cosas importantes, las podamos hacer acá. ¿Dónde nos va a poner el futuro? Bueno, el tiempo lo dirá. Los entrenadores sabemos que tenemos una vida útil en los clubes, que no estamos para toda la vida y sería egoísta pensar que en esta silla voy a estar para toda la vida. Uno tiene tres, cuatro temporadas, a veces es más, a veces es menos y entiende que después el camino lo tiene que continuar otro.

P. Yo te voy a decir que la apuesta del Córdoba Patrimonio en ti, un chaval joven todavía con mucho recorrido por delante a pesar de tener 20 años ya en carrera como entrenador, no es arriesgada porque ya tiene un gran recorrido aquí en España con esas tres temporadas, pero sí es verdad que es una apuesta de futuro para el banquillo.

R. Bueno, súper agradecido a la directiva por la confianza, a Josan por haberme abierto las puertas. Sé que es un desafío. A ver, por más que vos me digas que no es arriesgada, ya me estás diciendo que es arriesgada y yo entiendo que es así. Sé que soy un entrenador joven, sé que soy un entrenador de afuera, que siempre voy a ser extranjero, lo tengo bien claro. Pero bueno, uno está acá por su trabajo, por su dedicación, por su empeño. Yo siento que nadie me regaló nada y lo que tengo me lo gané con trabajo. Entonces, bueno, desde ahí seguir trabajando. Voy a estar trabajando todas las mañanas acá. Saludaré con un “buenos días”, “buenas tardes”, “buenas noches” a cada empleado de la instalación y tendré quizás mucha más responsabilidad porque puedo ser el primer entrenador, pero no voy a cambiar los hábitos de trabajo que disfruto y que creo que me trajeron hasta acá durante tantos años. No solamente estos años que estuve en España, sino todos los años que trabajé en Argentina.

P. Te he dicho que no es arriesgada porque te han elegido también en una serie de listas de entrenadores. Ahora es la elección del club, ya por eso no lo es.

R. Hay una metáfora que es la metáfora del pajarito amarillo. Yo te digo, no pienses en un pajarito amarillo, y ya estás pensando en un pajarito amarillo. Entonces, nada, es un poco la broma. Entiendo, y cuando uno ve los nombres en la que estuvo involucrado en la lista, se siente orgulloso porque está compartiendo con gente de primerísimo nivel. Bueno, tuve la suerte de que el club haya confiado en mí y yo tengo que responder a esa confianza. Tengo que responder con trabajo, con un 100% de involucración y mantenerlo en el tiempo, no solamente en la pretemporada o en el primer año o en lo que toque. Creo que lo importante es poder mantener en el tiempo todo ese trabajo que uno viene planificando.

Cada partido para nosotros debe ser una final

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