Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Lee ya las noticias de este sábado

Diario del Confinamiento | Cactus

Un cactus.

Juan José Fernández Palomo

0

Después de llevar diez años en casa, con nosotros, al cactus le han salido dos flores y promete alguna más.

Es un cactus que vino de San José, Almería. Cuando vamos al Cabo de Gata buscamos cactus y comemos calamar de potera confitado lentamente en aceite templado. Y somos felices con esa felicidad discreta, solar y mediterránea en la que unos días parecen la eternidad. Estas últimas frases están escritas en presente habitual a posta, no en pasado ni en futuro ni siquiera en presente continuo. El presente habitual creo que da sensación de confort.

Y es que, efectivamente, el tiempo es relativo. Fíjense, si no, en el cactus. Diez primaveras llevaba sin hacer ningún aspaviento en la terraza y justo ahora, casi al final de una primavera que parece robada, va el tipo y se descoca. Es fascinante.

A nosotros nos ha pasado también en esta época. Creíamos que nuestros días en la vida habitual “volaban” y siempre buscábamos un descanso, una pausa; sin embargo ahora parece que los días “vuelan” más deprisa cuando parece que todo era un descanso. Forzado, pero detenido al fin. Pero no; nos confinamos con un jersey de lana y ahora estamos en chanclas y locos por zambullirnos donde van a dar los ríos, al mar que es el vivir. Tempus fugit.

Aunque el tiempo puede ser no más que otra convención inventada por los humanos, como los dioses, la democracia o los juegos olímpicos.

Tengo tendencia, digamos, al animismo y así le pongo nombre a los animales, las plantas y las cosas. Tengo una estantería que se llama Borges, un jazmín que se llama Stevie Wonder y una celinda que se llama, obviamente, Celine Dion; pero este cactus que nos acaba de regalar dos flores no tenía nombre.

Está claro que no se llamará Yerma.

Etiquetas
stats