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Los 21 acusados en el macrojuicio por narcotráfico niegan los hechos

Vista del juicio en la Audiencia de Córdoba.

Manuel J. Albert

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Los imputados afirman no haber mantenido las conversaciones telefónicas que pinchó la Policía durante la investigación

Todos niegan los hechos. Todos niegan formar parte de ninguna red de narcotraficantes. Los 21 acusados que este martes se han sentado en el banquillo de los acusados en la primera vista del macrojuicio que se sigue en la Audiencia de Córdoba se han desvinculado totalmente de las acusaciones que pesan contra ellos. El Fiscal pide penas de cárcel de entre dos y 13 años para los 21 integrantes de ambas redes. A todos ellos les acusa de delitos contra la salud pública por tráfico de drogas y en cuatro casos incluye el agravante de reincidencia. La Fiscalía Provincial de Córdoba solicita unas penas que suman los 121 años de cárcel para los 21 integrantes de dos bandas de narcotraficantes desarticuladas en Córdoba capital en 2014.

La mayoría de los acusados se han acogido a su derecho a responder solo a las preguntas de sus abogados, absteniéndose de hacerlo a las cuestiones planteadas por el Ministerio Público. El primero en declarar ha sido el español A. M., al que la Policía encontró un invernadero con 251 plantas de marihuana. El acusado afirma que las plantas servían para su consumo y para, una vez vendidas, financiar las propias instalaciones “porque este tipo de cultivos tienen un gasto fuerte”, ha afirmado. El acusado ha negado que formase parte de ninguna banda, a pesar de que la Fiscalía entiende que contactó con un grupo organizado para importar y vender hachís.

La esposa y la madre de este acusado también han declarado, afirmando que la droga que se encontró en casa era para el consumo del acusado y su pareja. Asimismo, han negado que, tal y como recogen los investigadores en sus atestados, se encontrase una báscula de precisión en la casa. “No, esto estaba en uno de los buzones de la comunidad”, ha insistido la esposa.

La misma negativa ha podido oírse a lo largo de toda la vista. Los acusados han insistido en que las cantidades de droga incautadas -incluso las más numerosas- eran para su propio consumo. Y todos sin excepción han negado haber participado en las conversaciones telefónicas pinchadas por la Policía y en las que se sustentan buena parte de las acusaciones y de la investigación.

Instrucción judicial

La macrocausa es el resultado de una compleja investigación policial que se inició el 18 de julio de 2013 cuando se detuvo a un comprador de droga. Las pesquisas se prolongaron hasta principios de 2014. Como resultado se comprobó la existencia de un grupo dedicado a la venta y distribución de hachís y marihuana en Córdoba capital.

La banda estaba integrada por cinco españoles que no solo recibían la droga importada de Marruecos, sino que también se dedicaban al cultivo de maría en una parcelación de Las Perlas. Esta plantación estaba atendida por la madre del cabecilla de la trama, quien también está acusada. La novia del líder también se sentará en el banquillo, acusada de suplirle cuando éste no se encontraba.

La investigación desarticuló la segunda trama, integrada por 15 personas de nacionalidad marroquí. Su líder trataba directamente con el cabecilla de la trama de distribución cordobesa, de quien era uno de sus principales suministradores de droga.

La banda tejió una compleja red de importación de droga que partía de Tánger y llegaba a España por Almería y Málaga. El entramado contaba con una red de pisos donde los muleros excretaban la droga.

El primer grupo se dedicaba a la venta y distribución de hachís y marihuana en Córdoba. El segundo grupo de narcotraficantes, a su importación. Los agentes lograron dar con todos sus responsables interceptando sus conversaciones telefónicas, que desarrollaban con un lenguaje en clave. La primera intervención policial tuvo lugar el 3 de marzo de 2014, cuando se desarrollaron varias detenciones y dos registros. Un registro se llevó a cabo en un domicilio de la capital, donde además de dinero en efectivo se localizaron los teléfonos móviles desde los que se dirigían las operaciones, balanzas de precisión, dinero en efectivo y drogas. El segundo registro se desarrolló en una parcela familiar de la ciudad donde se había instalado un invernadero de marihuana. En esta parcela se hallaron 252 macetas de plantas de marihuana y un vehículo (Opel Frontera) cargado con 20 macetas listo para su transporte.

La operación siguió y el 17 de marzo se interceptó un envío de droga a Córdoba desde El Ejido (Almería). A bordo de un Volkswagen Passat se detuvo a dos personas con 243 bellotas de hachís escondidas en garrafas de aceite de motor.

La Policía Nacional siguió adelante con los pinchazos telefónicos y logró interceptar a otra persona que había acudido a Marruecos a por droga. En concreto, viajaba en una Renault Traffic. En el interior de este vehículo iban dos personas que habían ingerido la droga para transportarla como muleros. En total, se les localizaron 223 bellotas de hachís con un peso total de 2,5 kilos y 4.239 euros en efectivo. Finalmente, el 7 de abril se hicieron otros cinco registros domiciliarios más, donde se intervino más droga, más material para el tráfico de estupefacientes y se detuvo a más integrantes de estos dos grupos criminales.

En total, al primer grupo se le ha llegado a incautar un total de 16 kilos de marihuana y 435 gramos de hachís. El valor de la droga interceptada habría alcanzado en el mercado los 76.081 euros. Al segundo grupo se le interceptaron 7,3 kilos de hachís, cuyo valor en el mercado es de 30.314 euros.

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