Pasiones, matemáticas, encuestas y otras cosas de comer
Parece que fue ayer cuando me comprometí con CORDÓPOLIS a escribir este blog, y ya vamos a cumplir 4 meses, sin faltar ni una semana (algunos daban poco por mí con este compromiso). La semana que viene no esperéis entrada ya que os daré descanso por ser Semana Santa. Además, con ésta vais a tener de sobra para pensar.
Muchas veces no nos damos cuenta, pero a nuestro alrededor se dan circunstancias que si las sabemos ver, pueden generarnos oportunidades. Otras veces solo las vemos de refilón, pero anda que no se aprende.
Estamos a poco de conocer ciertos temas que para el futuro de nuestra ciudad serán cruciales. Asuntos de vital importancia y relevancia que determinarán muchos aspectos empresariales. No, no hablo de política, ¿acaso pensabas que sí? Qué raro, ni que tuviéramos unas elecciones generales a final de mes y unas municipales el mes siguiente.
Hablo de un tema mucho más crucial. ¿Se salvará el Córdoba CF? Es un tema importantísimo. Veréis. El Córdoba CF estuvo 17 años en Segunda B hasta que consiguió subir a Segunda A, y ahora estamos con pie y medio (por no decir los dos) volviendo a esa división. Todos sabemos de la temporada pasada, lo que se hizo, cómo nos salvamos “in extremis”, ese partido que se vivió contra el Sporting de Gijón fue increíble. Pero llegó el verano y todo empezó a enrarecerse.
No me he vuelto crítico deportivo, es más, considero que mis conocimientos a día de hoy son los de cualquier seguidor habitual. Pero en cambio, mi cercanía al equipo, al actual presidente y a todo lo acontecido en el último año es importante.
Este tema es más importante de lo que nos imaginamos. Tener un club en Primera División, a día de hoy, es increíble para la ciudad. Cada 15 días hay un turismo específico de los seguidores de los equipos rivales, consumo en bares y restaurantes, recursos turísticos culturales específicos, y de todos ellos, un sinfín de empresas ligadas a cada uno de ellos.
Un equipo en Segunda B es caer en calidad y cantidad de todo lo anterior. Hace tiempo, alguien entendido en este mundo y de larga trayectoria me decía que el futbol, a diferencia de cualquier otro negocio/empresa, jugaba con un componente difícilmente superable: el sentimiento. Contra eso, pocos pueden luchar.
La pasión que un seguidor tiene por su club no la supera el mejor proyecto empresarial del mundo. Por tanto, si sabes gestionar esa pasión, el club se convierte en una herramienta de dinamización única para la ciudad. Pues eso no ha pasado en Córdoba.
La actual situación del equipo es desastrosa. Vivimos pendientes de un milagro que cada vez parece más difícil que ocurra, el desánimo se ha apoderado del aficionado y, por tanto, la visión del Córdoba CF como dinamizador del sector empresarial es nula.
Mi padre siempre me decía que las matemáticas son aplastantes, y en este caso, añadiría que determinantes. O ganamos o palmamos. Si a esto le sumamos la pésima gestión de la situación, pues nos lleva a donde estamos actualmente.
Sé que muchos me criticarán, no es mi idea con esta entrada el posicionarme en un bando u otro (quien me conoce ya sabe por dónde me muevo por hechos pasados), pero sí me gustaría sacar una enseñanza importante de esta situación. ¿Sabéis de esa frase de “te lo dije”? Pues eso es lo que les ha pasado a los actuales dirigentes del club. Muchos, muchísimos, fueron los que se acercaron y les avisaron de que las cosas no eran por el camino que se estaba tomando. Pero, aún así, no se escuchó. Cuando tenemos a personas de nuestra confianza a nuestro lado hay que escucharlas, hay que valorar su opinión y analizarla, porque no siempre estamos en posesión de la verdad. En otro post decía que las decisiones que tomamos en el presente son las directrices de nuestro futuro, y en este caso es un ejemplo perfecto. Si se hubiera escuchado, se hubiera sido humilde, sincero y honesto, probablemente la situación podría haber sido otra distinta.
No seas orgulloso y escucha a los que te rodean, acepta las críticas y valora otras opiniones. Intenta captar lo importante y la aportación de todas, y desarrolla tus propias decisiones. Es posible que nos equivoquemos, pero más cabezas pensando en lo mejor para un proyecto tienen más posibilidades de acertar que una sola. Y si no escuchas a nadie, si la decisión es unilateral por tu parte, asume que si no sale bien serás el responsable único de la situación. Cierto es que si sale bien, serás el “héroe” pero, ¿qué es más importante? ¿Arriesgarte a que tu ego se engrandezca o sumar más opciones para el éxito de tu proyecto?
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