Soy ingeniero agrónomo y sociólogo. Me gusta la literatura y la astronomía, y construyo relojes de sol. Disfruto contemplando el cielo nocturno, pero procuro tener siempre los pies en la tierra. He sido investigador del IESA-CSIC hasta mi jubilación. En mi blog, analizaré la sociedad de nuestro tiempo, mediante ensayos y tribunas de opinión. También publicaré relatos de ficción para iluminar aquellos aspectos de la realidad que las ciencias sociales no permiten captar.
Verano
El fulgor de las hogueras de San Juan ha iluminado la noche del solsticio, llenándola de un mágico ritual de danzas y conjuros.
El fuego de las cálidas noches de verano se prolonga hasta el amanecer, justo cuando por levante se alza Sirio, la gran estrella del Can Mayor anunciando la canícula.
Es el verano, al que acudimos cual peregrinos buscando la calma, la paz y el sosiego tras largos meses de horarios y desvelos.
Son días para navegar sin rumbo por los mares en calma, volar serenos, libres y sin carga sobre las cumbres de las agrestes montañas, o caminar por los tortuosos senderos que atraviesan la floresta.
Días para sumergirse en las pozas de agua cristalina entre las rocas de los acantilados o para atravesar los densos tarajales que circundan las riberas de los ríos.
Días en los que el tiempo se dilata hasta hacerse eterno en las sobremesas o en la calina de las tardes sesteantes, leyendo una novela, viendo una serie de televisión o intentando escribir un poema de rima imposible.
Recuerdos adolescentes del 66 en Navacerrada contemplando el paso de la sombra en el reloj de sol (horas non numero nisi serenas) o volando ingrávidas cometas de papel tras bañarnos en las heladas aguas de El Arcipreste de Hita.
Etapas del Tour de Francia en blanco y negro, fielmente simuladas en el césped de la casa y recorriéndolas cima a cima (Tourmalet, Aubisque, Galibier…) con nuestros héroes grabados en coloreadas chapas de cerveza (Ocaña, Merckx, Fuente...)
Tardes de largas partidas de mus entre amigos en un sinfín de envidos, señas y amarracos, pugnando con ahínco por la victoria en incruenta batalla de engaños y disimulo.
Noches de flamenco, copla y habaneras bajo una epifanía de constelaciones que extienden su manto por la inmensidad del universo cual si fueran luciérnagas doradas.
Altair, Vega y Deneb trazan su triángulo del verano en el cénit de la ancha bóveda celeste, y con sus trémulos ojos vigilantes observan el discurrir de nuestras frágiles vidas azarosas
Sobre este blog
Soy ingeniero agrónomo y sociólogo. Me gusta la literatura y la astronomía, y construyo relojes de sol. Disfruto contemplando el cielo nocturno, pero procuro tener siempre los pies en la tierra. He sido investigador del IESA-CSIC hasta mi jubilación. En mi blog, analizaré la sociedad de nuestro tiempo, mediante ensayos y tribunas de opinión. También publicaré relatos de ficción para iluminar aquellos aspectos de la realidad que las ciencias sociales no permiten captar.
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