016

016 es el número de teléfono contra la violencia de género. No deja rastro en la factura y puede suponer el salvavidas al que agarrarse en pleno naufragio. El caso Bretón es un caso de malos tratos de manual. No queda duda de ello, hasta los que eran amigos de Bretón dieron muestras de que eso es así en su declaración ante el juez el pasado miércoles. El juicio a Bretón juzga un presunto caso de doble asesinato de éste hacia sus hijos. Será el devenir del proceso, la gravedad de las meteduras de pata de la Policía y otros condicionantes como la pericia de fiscal, abogada de la acusación o abogado defensor lo que determine sí Bretón acaba siendo declarado culpable o no. Sería una osadía, con un juicio en marcha, que hiciéramos elucubraciones sobre su resultado, más allá de las conversaciones de bar a las que estamos acostumbrados. Hay que esperar. Pero a lo que no hay que esperar es para asegurar que este caso esconde un caso de maltrato claro como el agua de Emacsa. Las negativas de Bretón a que Ruth condujera, el nulo orgullo al ver su mujer trabajando, los gritos, las humillaciones públicas... Al oír a Ruth decir que había dado por normales estos comportamientos he recordado las decenas de casos que mi compañera María José Martínez ha tratado en su programa Voces de Mujer, de Radio Córdoba, y se van cumpliendo los patrones paso a paso. Ella renunciando a sí misma, su familia apartándose para evitar daño a los niños, él chantajeando emocionalmente a Ruth... Es obvio que no todos los machistas acaban siendo maltratadores, es obvio que no todos los maltratadores acaban matando a sus hijos como venganza hacia sus mujeres pero también es obvio que muchas mujeres pasan el trance por el que pasó Ruth antes de ver como Bretón se llevaba a sus hijos para siempre. Así que 016, si lo piensas puede ser un buen número para marcar.