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Jesús Peláez del Rosal: “A la Biblia se le ha hecho decir muchas cosas que no dice”

Entrevista N&B a Jesús Peláez, teólogo

Aristóteles Moreno

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A los 9 años ingresó en el seminario. Estudió Teología en Granada y se ordenó sacerdote. A los 20 el obispo Cirarda lo envió a Roma para formarse en Filología Bíblica. Aprendió hebreo, griego, latín y arameo. En 1973, días después de la guerra del Yom Kippur, llegó a Jerusalén con un grupo de dominicos para rastrear las huellas de Jesucristo a través de la arqueología.

Quiere decirse que ha entregado su vida al estudio de los textos sagrados. “A la Biblia le han hecho decir muchas cosas que no dice”, sostiene a sus 77 años sentado en un banco del Vial bajo el confortable sol de enero. En los ochenta, abandonó el sacerdocio y forjó una familia. Es catedrático de Griego ya jubilado, fundó una editorial especializada y dirige una revista internacional que aún sigue descodificando las claves del cristianismo primitivo.

“En Priego había un cura que hacía muchas actividades y trabajaba mucho el tema de los seminaristas. Yo sentía cierto atractivo por todo aquello. Y en aquel tiempo la religión te proponía ser santo. Y para ser santo lo mejor era ser cura”, rememora Jesús Peláez tantos años después.

En mi tiempo todos queríamos ser santos

PREGUNTA. Y usted quería ser santo.

RESPUESTA. En mi tiempo todos queríamos ser santos. La religión estaba orientada a hacer una serie de cosas buenas para ganarse el cielo. Era una religión un poco farisea.

P. Usted quería ganarse el cielo.

R. De niño quería ser bueno para no tener problemas en el más allá. Entonces te atemorizaban con el infierno, el fuego y todas aquellas cosas.

P. Y quería ir al cielo por temor al infierno.

R. La Iglesia católica era una religión de temor y de miedo.

P. ¿Y hoy?

R. Hoy yo no estoy muy conectado con la Iglesia. Pero la iglesia está muy anticuada. Se ha quedado vieja. Ese es el verdadero problema que tiene. Vive en un mundo donde los valores de antes ya no funcionan y la gente desconecta. Son valores que no resultan muy atractivos para la gente joven.

P. ¿Cómo puede quedarse vieja una institución que tiene inspiración divina?

R. Lo de la inspiración divina habría que estudiarlo. Se cree que Dios dictó los libros sagrados a los autores para que los escribiesen. Y yo creo que fue al revés. La gente escribía lo que creía que había que hacer y pensar. Y decían que Dios se lo había dicho. Yo nunca pensé que Dios en el Monte Sinaí le diese las Tablas de la Ley a Moisés. Es una cosa que no se puede afirmar.

P. Los libros sagrados no son sagrados.

R. Se han considerado sagrados, pero son libros escritos por autores que tuvieron que investigar para escribirlos. Los Evangelios tomaban el mensaje de Jesús y lo adaptaban a los destinatarios. Por eso hay cuatro Evangelios adaptados a distintas circunstancias, distintas geografías, distintos tiempos y distintos personajes.

P. En esa reflexión prevalece más su cabeza científica que su fe.

R. Es que la fe no se puede entender sin la ciencia. A la Biblia se le ha hecho decir muchas cosas que no dice. Y en la Iglesia hay muchos mandamientos que no tienen ningún sentido. Lo primero que tendría que hacer un estudioso de la Biblia es estudiar lenguas, la cultura de la época y conocer el contexto en el que se escribió. Y, a partir de ahí, como si Dios no existiera, tratar de explicarla. Ese es el planteamiento científico, que no se opone a la creencia.

Estudiando la Biblia uno cree menos pero más profundamente. ¿Por qué? Porque quita de en medio toda la ganga añadida que ha habido en torno a los libros sagrados. Por ejemplo, las Bodas de Caná no fueron un milagro. El Evangelio de Juan dice que es la primera señal que hizo Jesús. Hay una serie de símbolos que tenían una razón de ser en aquel tiempo. No dice el Evangelio que Jesús convirtiese el agua en vino sino que la copa que tomó el mayordomo era vino.

La Iglesia ha desfigurado el cristianismo

P. O sea, que el milagro es un invento.

R. Yo hice la tesis doctoral sobre los milagros de Jesús utilizando un método de análisis de los cuentos de Vladimir Propp. La forma de narrar un cuento, lo mismo que la forma de narrar un milagro, tiene unos elementos constantes. La estructura del relato de la multiplicación de los panes, la conversión del agua en vino o que Jesús camine sobre el mar no son la estructura de un milagro. No están narrados como milagros y desde el punto de vista literario no son milagros.

P. ¿Y qué son?

R. Son relatos simbólicos. Por ejemplo, a la multiplicación de los panes le han puesto un mal título. Jesús no multiplicó los panes sino que los partió y los repartió. Para ser más fiel al texto habría que hablar del reparto de panes. Y uno entendería entonces en qué consiste el milagro. El milagro no está en multiplicar sino en repartir.

P. Jesucristo era un colectivista.

R. Pues sí. El Evangelio no se puede entender sin un grupo. Jesús se unió con un grupo de gente muy diversa. Pertenecían fundamentalmente a las clases populares o a la pequeña y mediana empresa, como Pedro, que tenía una barca. Sin el grupo no se entiende el cristianismo. El cristianismo habla en plural, no en singular.

P. Usted ha estudiado la Biblia.

R. Yo estudié Teología en Granada y después estuve en Roma donde hice estudios bíblicos. A Israel fui un año para hacer arqueología y visitar el país. Cuando los colocas en su sitio, los textos se entienden muchísimo mejor. Por ejemplo: el Evangelio dice que una multitud estaba en la puerta de la casa y cuando vas y ves lo estrechas que eran las calles comprendes que podía haber treinta o cuarenta personas. La vida de Jesús fue bastante modesta, de forma que pasó prácticamente inadvertido para los historiadores. Flavio Josefo le dedica dos párrafos. Uno está un poco manipulado y otro indirectamente. En la medida en que Jesús muere y sus discípulos empiezan a decir que vive, el cristianismo va creciendo. La vida de Jesús fue la de un predicador ambulante que iba fundamentalmente por las aldeas.

P. ¿Cuántos años le ha dedicado al estudio de los libros sagrados?

R. Toda la vida. Desde que me mandaron a hacer Teología.

P. ¿Quién le mandó?

R. El obispo Cirarda para que pudiese ir a Roma a estudiar la Biblia. En la Iglesia se le da más importancia a la Teología que a la Biblia. Y te decían que para que entiendas bien la Biblia primero tienes que estudiar Teología, o sea, todos los dogmas. Tendría que haber sido al revés. Por ejemplo: la Biblia no dice nada de la Inmaculada Concepción. Pero en la traducción en griego se puso la palabra parthenos, que se traduce también por virgen. Y virgen es toda muchacha que está en edad casadera y no ha tenido relación matrimonial. ¿Cómo sacar de ahí que María fue concebida sin pecado original? Es una deducción que hacen. Aunque eso tiene ciertos inconvenientes porque en los Evangelios aparece que Jesús tenía hermanos y hermanas.

El milagro no está en multiplicar los panes sino en repartirlos

P. Usted se ordenó sacerdote.

R. Sí. Cuando volví de Roma, el obispo quiso colocarme en Córdoba y yo le dije que prefería ir a un pueblo. Estuve en Peñarroya unos años. Luego volví a Córdoba y me secularicé. No firmé papel ninguno. En la Facultad enseñaba griego clásico. Mi investigación fue sobre el griego del Nuevo Testamento, que estaba apenas tratado en la universidad española. En 1988 creé una revista que se llama Filología Neotestamentaria y se dedica fundamentalmente a estudiar el griego del Nuevo Testamento. La revista se publica en cinco idiomas: español, francés, inglés, alemán e italiano. Y en esa revista tratamos de entender lo que los textos quisieron decir y no lo que dicen que dicen.

P. O sea: a los textos sagrados se les hace decir cosas que no dicen.

R. Es la Iglesia la que ha dicho que dicen lo que no dicen. Si lees el relato de la multiplicación de los panes en el Evangelio, hay un fenómeno extraño. ¿Cómo es posible que habiendo cinco panes y dos peces coman cuatro o cinco mil personas? Siendo objetivos, habría que decir el reparto de panes. Porque no los multiplica. Toma el pan, lo parte y lo reparte. Y luego dice que hubo pan para todos y sobró. Todo eso es un verdadero símbolo. Es Jesús mismo el que es el pan que alimenta tanto a los judíos como a los paganos.

P. ¿El universo fue creado en siete días?

R. No. Eso es un relato mítico. El libro del Génesis es un relato precioso influido por la cosmogonía de Babilonia y de Asiria. Está escrito por sacerdotes del templo y viene a decir que el sábado hay que descansar porque hasta Dios descansó. La semana no es un invento judío. Es un invento babilonio. Y no es un relato histórico. La ciencia lo desmiente.

P. Pues el neoliberalismo se quiere cargar hasta el séptimo día de descanso.

R. El neoliberalismo que hoy domina y que vamos a sufrir todavía más duramente lo que quiere cargarse es a la persona.

P. ¿Por qué?

R. Porque la persona es un objeto de explotación. Las personas no interesan. Elon Musk dice que va a limpiar la administración. Mire usted: lo que va a hacer es dejar en el paro a infinidad de gente para que los pocos que haya produzcan más para él. ¿Qué hace usted con toda esa gente que se queda en el margen? En EEUU progresa quien tiene un buen trabajo. Mi hija dio a luz allí y tuvo que estar siete días en el hospital. Le pasaron una factura de 500.000 dólares. Afortunadamente, su marido y ella tenían un buen seguro.

P. Europa está más cerca del cristianismo primitivo que Estados Unidos.

R. Europa ha cultivado valores humanos. El cristianismo es un humanismo. El mensaje de Jesús dice que las personas son libres, iguales y solidarias. Ese es el fundamento.

En Córdoba tuvimos un buen mercader del templo. Se llamaba Castillejo

P. ¿Jesús era comunista?

P. No me gusta la palabra comunista, porque el comunismo ha estado muy manchado. El comunismo que hemos conocido, que cayó con el muro de Berlín, hacía iguales a todos por abajo. Y eso no es el Evangelio, que pretende el desarrollo humano completo. Y principalmente mirando a aquellos que no tienen posibilidad de desarrollo, que son los descartados. Por eso Jesús estaba con los ciegos, los cojos, los mutilados, los paralíticos, los leprosos. La gente de la periferia. A la gente que está en el centro no hay que ayudarle tanto. Se trataba de sacar de la cuneta a todos aquellos a los que la sociedad había dejado en la cuneta.

P. ¿Qué queda del cristianismo primitivo?

R. Yo creo que hay mucha gente que vive el Evangelio, aunque no se ven y no lucen. Gente que incluso está fuera de la Iglesia y considera que el mensaje de Jesús es útil. El mensaje de Jesús es tremendamente actual porque trata de implantar una sociedad alternativa a esta que está guiada fundamentalmente por el dinero. El dinero, el poder y el prestigio son los grandes valores de hoy. Yo me temo que con Donald Trump y este Gobierno de plutócratas la humanidad no va a progresar mucho. Es un Gobierno en cuyo corazón está la riqueza y no las personas. Lo que pretenden es el “yo primero” y no el “nosotros”. América no tiene que ser lo primero, sino que tendría que impulsar que haya muchos primeros en el mundo.

P. ¿En Jesucristo hay más mito o más historia?

R. Hay una escuela en Estados Unidos que ha tratado de ver lo que hay de histórico en los Evangelios. Y puede haber un diez por ciento. Jesucristo fue un personaje histórico. Quiere decir que vivió, nació y murió.

P. ¿Eso está confirmado?

R. Sí. Hoy día ya casi nadie lo niega. Es una cosa histórica que se puede probar. Lo que interesa a los primeros cristianos no es lo que Jesús hizo o dijo, sino aquello que ellos creían que les servía para su vida. Ellos dicen: si Jesucristo hubiera estado aquí, ¿qué hubiera dicho? Entonces cambian las palabras o las adaptan dependiendo de la época en la que se escribe el texto. Fueron tremendamente libres, de modo que no podemos leer el Evangelio como si fuese historia.

P. ¿El estudio de los libros sagrados le ha acercado a la religión o le ha alejado?

R. A mí me ha alejado de la religión, pero me ha acercado a la creencia.

P. ¿A qué creencia?

R. Pues a la creencia de que el de Jesús es un mensaje que hoy sigue siendo tremendamente actual. Jesús no era religioso. Nunca se le vio predicar en el templo. Nunca asistió a una ceremonia religiosa. Cuando era niño, los padres quisieron domesticarlo y lo circuncidaron porque era lo que tenía que hacer la familia. El movimiento de Jesús fue un movimiento laico. En su grupo no había ningún sacerdote. No había ningún levita. No había nadie del entorno del templo. Fue un movimiento laico, de laicos y para laicos. Jesús fue laico.

¿Qué ha pasado? Que con el tiempo el cristianismo se ha convertido en una religión. Hoy tú ves un altar y dices: “¿El cáliz qué es?”. Pues un vaso. Y la servilleta un purificador. Viendo un altar no te imaginas que estás en una mesa cenando. Todo eso se ha sacralizado a la usanza de los judíos, que tenían su templo, su sacerdote, su ceremonia, sus sacrificios.

Con la expulsión de judíos y musulmanes de España perdimos algo fundamental: la diversidad

P. La Iglesia ha desfigurado el cristianismo.

R. Pues yo creo que sí. Pero ojo: la jerarquía católica es distinto que la Iglesia. En la Iglesia hay mucha gente que entiende y sigue el Evangelio. Lamentablemente, la imagen que da la jerarquía no es la imagen del Evangelio. De forma que, a veces, la jerarquía es un obstáculo para llegar al Evangelio.

P. ¿Quiénes son hoy los mercaderes del templo?

R. En Córdoba tuvimos un buen mercader del templo.

P. ¿Cómo se llamaba?

R. Se llamaba Castillejo y concilió la Catedral con Cajasur. De forma que uno no sabía si iba a confesarse a Cajasur y a pedir dinero a la Catedral. Yo conocí a Castillejo. En Roma lo llevé al Angelicum, que era donde se convalidaba la filosofía del seminario, que fue la base de su carrera.

P. ¿Y ya tenía espíritu banquero?

R. No creo que lo tuviera, pero a mí me decía: “Jesús, vamos a meternos a canónigos porque ahí también anda Dios”. Y yo no digo que Dios no ande por ahí pero, a veces, no lo parece.

P. Para Miguel Castillejo, Dios anda donde está el poder.

R. Es que la gran tentación del ser humano es el poder, el prestigio y el dinero. Y las tres cosas se consiguen teniendo dinero.

P. Usted ha logrado apartar ese cáliz de su vida.

R. Yo nunca he querido entrar en ese mundo ni del poder, ni del prestigio, ni del dinero. He sido catedrático. Y en mi Facultad había dos clases de catedráticos: unos con corbata y traje, y los que íbamos sin corbata y sin traje. Nunca utilicé esa prebenda para darme postín.

Invierten mucho en la universidad privada para que la pública degenere. Y lo están consiguiendo

P. ¿Y alzacuellos ha llevado?

R. Al principio llevaba alzacuellos. Pero yo nunca vestí de sotana.

P. ¿Por qué los Apóstoles son todos hombres?

R. Porque entonces en la religión judía la mujer era el sacerdote de la casa. La encargada de preparar el ritual de las comidas. Estaba recluida en la casa y el hombre en lo público. De la mujer hasta hace muy poco la virtud que se ha destacado ha sido el pudor. Y del hombre, el honor. Esos valores no son cristianos. Vienen del mundo griego. ¿Qué pasa? Pues que con el pudor se ha recluido a la mujer en la vida privada y con el honor al hombre en la vida pública. Una mujer pública es una prostituta, lamentablemente, y un hombre público es un político. Esto es lo que se ha venido heredando durante muchos siglos del mundo griego, que no del mundo cristiano. Jesús eligió doce hombres porque era lo normal en aquel tiempo.

P. Jesucristo dirigió un patriarcado.

R. Es que la sociedad era patriarcal entonces. Lo que no se puede decir es que la Iglesia tenga que seguir siendo un patriarcado. Los tiempos cambian y si Jesús viviera hoy haría una defensa de la mujer. Y lucharía por la paridad y la igualdad entre hombres y mujeres. Esto es un valor tremendamente cristiano. Luego fue creciendo el patriarcado. Yo no me explico cómo la mayoría de la gente que va a las iglesias son mujeres y luego no pintan prácticamente nada. Como mucho las dejan dar la comunión o ser diáconas en algunos sitios. Me parece absurdo. Hombre y mujer tienen que equipararse en todo dentro de la Iglesia y eso es un indicio fuerte de que se ha quedado vieja.

P. ¿Eva nació de la costilla de Adán?

R. Eso es muy bonito como leyenda. La versión patriarcal que hemos vivido hasta hace muy poco y que todavía sigue imperante en nuestro mundo. Haciendo nacer a Eva de Adán, Adán es el que manda. Y la mujer es una segundona. Cuando uno entra en el Evangelio ve que Jesús se rodeó de mujeres. Y Pablo se pregunta: “¿Por qué no podemos tener nosotros compañeras como Jesús?”. En el Evangelio están anticipados los grandes valores de la Revolución Francesa. La igualdad, la libertad y la fraternidad. Esos valores son del ser humano. No se puede ser humano si no se es libre, igual y solidario. Serías un monstruo. Y esta sociedad fabrica monstruos.

P. ¿Francisco es su Papa?

R. Pues no. Francisco es un buen hombre que ha querido introducir en la Iglesia un nuevo estilo. Pero a Francisco le falta una cosa. Las sociedades cambian con las leyes. No cambian simplemente con gestos. Francisco dice: “¿Yo quién soy para juzgar a un homosexual?”. No mire usted: Francisco tendría que poner a los teólogos a pensar si el homosexual es alguien que tiene derecho a serlo o es una enfermedad. Pongamos como ejemplo el celibato de los sacerdotes. Eso es inhumano. No puede ser impuesto. En la Iglesia protestante las mujeres son sacerdotes. Yo estuve en Suecia en un congreso y nos recibió la obispa de la diócesis. Era una mujer excelente e inteligente. Eso no se puede cambiar diciendo que las mujeres tienen también derecho a ser sacerdotes. Eso se cambia con una ley.

P. El teólogo José María Castillo defendía la supresión del clero. ¿Usted también?

R. Cuando dicen que las mujeres quieren ser sacerdotes yo diría que es mejor que no hubiera sacerdotes. El sacerdocio no es una institución divina. Jesús eligió una serie de predicadores que iban a expandir su mensaje. El sacerdocio se homologa más con el sacerdocio judío, que además curiosamente desapareció en el año 70 al no haber ya sacrificios de animales en el templo. El sacerdote tendría que estar inserto en la sociedad. A mí una de las cosas que me movieron a salirme es que me consideraban mis hermanos distinto a ellos. Y yo quería ser una persona normal como los demás.

El neoliberallismo se quiere cargar a la persona

P. ¿Usted sigue siendo sacerdote?

R. No. En el año 80 dejé de serlo.

P. Porque se casó.

R. Me casé después. En el año 82.

P. Hizo una expresión pública y formal de renuncia.

R. No. Entonces para secularizarte había que firmar unos papeles en los que prácticamente no podías casi ni leer en la Iglesia. Y yo pensaba que nadie me podía obligar a llevar un estilo de vida diferente al que había llevado. Supongo que habrán puesto en mi partida de bautismo una nota, pero yo no firmé ningún papel.

P. Entonces formalmente es sacerdote.

R. Bueno, si quiere llamarlo así. Yo ayudé a muchos compañeros cuando se secularizaron y fui a sus procesos. Les hacían firmar que ellos habían sido infieles. El obispo de Córdoba entonces me dijo: “Jesús, tú vas y que te den los papeles”. Mire usted: yo no necesito papeles.

P. Leo en su Facebook lo siguiente: “Creo, pero no como antes”. ¿Cómo cree ahora?

R. Yo creo en el Evangelio. Creo que propugna un estilo de vida que es tremendamente positivo y que sería muy bueno para la humanidad. Lamentablemente, las cosas buenas son para poca gente. Cuando dicen que hay tantos millones de católicos yo les digo: “Mire usted: serán menos”. Lo bueno es para pocos. Y esos pocos tienen que ser como la sal que le dé gusto a la comida del mundo. O como la luz que ilumine. Pero no hace falta que todo sea luz. La Iglesia se ha confundido. Se ha convertido en una Iglesia de masas. Y para ser una Iglesia de masas, ¿qué hace falta? Devaluarlo todo. Hay padres que no creen en Dios ni van a misa ni nada, pero su niño que se bautice. Y va y lo bautizan. ¿Para qué? No tiene ningún sentido. El bautismo se ha devaluado.

P. ¿El judío es el pueblo elegido?

R. No. El judío dice ser el pueblo elegido. Nosotros publicamos un libro que se llamaba La elección de Israel. El libro demostraba que todos los pueblos de la Tierra se consideran el pueblo elegido. Todos se consideran el ombligo del mundo. Todos. Y si todos se consideran el ombligo del mundo quiere decir que el mundo no tiene ombligo. En el Antiguo Testamento aparece como el pueblo elegido, o sea, Dios se pone de parte del pueblo de Israel porque era un pueblo oprimido y perseguido. Muy bien. Pero cuando llega el Nuevo Testamento no hay pueblos excluidos.

Jesús hoy lucharía por la paridad de hombres y mujeres

P. El historiador israelí Shlomo Sand niega la diáspora, uno de los mitos fundacionales de Israel. ¿Y usted?

R. Es un hecho. No se puede negar que el judaísmo se expandió. Había colonias judías en Corinto. Es un pueblo de diáspora. La tentación de Pablo fue seguir conservando el privilegio de Israel sobre todos los pueblos. Todo su viaje hasta Roma fue una lucha para anunciar el Evangelio a los judíos. Y cuando estos lo rechazaban se iba a los paganos.

P. ¿Qué perdió España con la expulsión de los sefardíes?

R. Perdió una riqueza cultural. Desde la editorial hemos publicado muchísimos libros sobre judaísmo. En Córdoba y Lucena tuvo lugar la época de oro del judaísmo mundial medieval. Venían de oriente a hacer consultas a los rabinos de Lucena o de Córdoba. Se perdió algo que es fundamental en nuestro mundo: la diversidad. Todo lo que sea uniformar va en contra del ser humano. Los seres humanos somos por naturaleza diferentes. Y tenemos derecho a serlo sin que nos expulsen ni nos maltraten. Ahora con la extrema derecha se está volviendo atrás.

Hace poco fui a un musical y resulta que la protagonista era una trans. Y me llamó la atención cómo la gente aplaudía. Hace unos años eso hubiera sido una cosa realmente terrible. Nuestra sociedad se está acostumbrando a lo diferente. Pero la extrema derecha no quiere diferencias. Quiere uniformarnos a todos. Con esta trumpización de nuestro mundo los colectivos LGTBI van a sufrirlo. Curiosamente, aducen una moral católica antigua para defender sus postulados aunque luego no la practiquen.

P. ¿Que España nació en 1492?

R. Una España más pobre. Con la expulsión de los judíos y después la de los musulmanes nos quedamos en católicos nada más. Y es curioso: católicos viene de catholem, que significa universal. Hemos vivido eso muchos siglos y la sociedad se ha configurado así. Nada de aceptación del diferente por parte de la Iglesia. Acabamos de ver el caso de dos homosexuales a los que el cura se ha negado a darles la comunión. El cura está cumpliendo las leyes. Ha hecho lo que manda la Iglesia. O, por ejemplo, el divorcio. La Iglesia dice que Jesús defendió el divorcio. Pero el divorcio no existía en tiempos de Jesús. Existía el repudio, que era una institución de supremacía del hombre sobre la mujer.

P. La arqueóloga Cristina Camacho sostiene que Córdoba fue la capital del mundo. ¿Exagera o da en el clavo?

R. Fue capital del mundo sin duda. La pena es que como todo lo grande se viene a menos. Los grandes centros de poder eran Estados Unidos y Rusia. Ahora se ha metido China y Estados Unidos irá hacia abajo lógicamente. Córdoba tiene unos valores que había que explotar mucho más. En el pasado encontraría Córdoba su guía de futuro. Yo luché porque en el Templo Romano hiciésemos un espacio para representar obras de Séneca. Pusimos de acuerdo a la Universidad, el Ayuntamiento y la Junta, pero cambiaron los concejales y se acabó la idea. Córdoba necesita visualizar su pasado romano.

P. ¿Tiene palabras para Gaza?

R. Es un genocidio. Netanyahu y su Gobierno son genocidas. Y Biden lo es también. Es quien ha suministrado todas esas armas y se ha opuesto en la ONU a todas las mociones en contra de Israel. Hay cómplices del genocidio que son tanto o más genocidas que los que lo han ejecutado.

P. ¿Qué es el sionismo?

R. Un tipo de judaísmo que excluye a los que no son ellos. He vivido en Israel un año. Vivía en la Jerusalén ocupada y los palestinos eran ciudadanos de segunda clase. Sión aparece en el libro de Isaías como la capital del mundo hacia la que irán todas las naciones. La política de Israel ha sido tremendamente excluyente. Si lo que han invertido los israelíes en hacerle la vida imposible a los palestinos lo hubiesen invertido en educación, sanidad y cultura hoy no habría allí dos países diferentes. La mentalidad de Israel desde que ocuparon aquello ha sido expulsar a los que no son ellos. Los sabras, que son los judíos nacidos en Israel [antes de su fundación], se parecen mucho a los palestinos incluso físicamente.

Las iglesias están llenas de mujeres y luego no pintan nada

P. ¿La solución de los dos estados es una solución o una quimera?

R. Si tú miras un plano de las colonias que Israel ha implantado en Cisjordania te darás cuenta de que eso es prácticamente imposible. Han hecho una red con carreteras y policías propios para instalar allí a colonos que en la mayor parte de las veces son ultraortodoxos. Israel difícilmente va a renunciar a esos territorios. El nivel de destrucción en el 80% de las viviendas de Gaza hace prácticamente imposible volver a vivir allí.

P. Parece un castigo bíblico.

R. Peor que bíblico. En la Biblia existe la Ley del Talión, el ojo por ojo y diente por diente. Ojalá que Netanyahu hubiera hecho eso. Me matan mil, mato yo mil. Lo que hizo Hamás es terrible y también son genocidas.

P. Usted dirigió durante muchos años la editorial El Almendro. ¿El libro agoniza?

R. En el año 2002 yo era presidente de los editores de Andalucía y propuse un congreso sobre el libro electrónico. La Federación de Gremios de Editores de España me dijo: “Jesús, eso es una utopía”. Y yo les contesté: “Vamos a ver. Esto va a llegar”. Yo ya estaba metido en las nuevas tecnologías. El libro de papel seguirá todavía un tiempo conviviendo con el electrónico pero las facilidades que tiene el digital son tales que poco a poco al papel le pasará como al papiro: se convertirá en un lujo.

P. Usted tiene libro digital.

R. Yo leo casi todo en digital. Soy director de una revista internacional y recibo muchísimos libros de editoriales que no están todavía digitalizados. Y los tengo que leer en papel. El libro digital tiene ventajas inmensas.

P. ¿Qué se aprende en la Universidad?

R. Yo he aprendido mucho. Todo lo he aprendido en universidades. En la Universidad de Roma, en la de Israel, en la de Madrid y en la de Córdoba. He disfrutado mucho en mis clases. Me apasiona tanto el mundo clásico como el mundo bíblico. He estado muchísimos años a caballo entre dos mundos: el grecolatino y el judeocristiano. He ayudado a mis alumnos a vibrar por la tragedia griega y los he llevado a Italia a un festival internacional de teatro. En la universidad se puede aprender si uno se dedica a ser universitario.

P. Andalucía tendrá cinco universidades privadas. ¿Hacia qué modelo vamos?

R. Hacia un mal modelo. La experiencia que tengo de alguna universidad privada en la que he tenido miembros de mi grupo de investigación es que no se respetan las especialidades. Una alumna mía que era de griego bíblico tenía que dar literatura universal. Eso sería inconcebible en una universidad pública. Las universidades privadas es lo que nos quieren meter. Que se invierta mucho en lo privado para que lo público se degenere. Y lo están consiguiendo.

El celibato de los sacerdotes es inhumano

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