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Las prejubilaciones como apuesta de futuro

Foto por Ethan Johnson en Unsplash

Javier Jiménez

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Según avanza el estado del arte de la biotecnología podremos decir en breve que los 70 (años de edad) serán los nuevos 40. 

Esto plantea un dilema desde diferentes ángulos. 

Uno es; en un mundo en el que cada vez hay menos trabajo (porque las máquinas lo hacen por nosotros) y la gente vive y es joven hasta más tarde, ¿hasta cuándo debemos trabajar? 

Y otro es; en un mundo que cambia continuamente, y en que los trabajos en sí mismos, suelen transformarse y cambiar completamente cada 40-50 años. ¿Son las personas veteranas las mejores para ocupar determinados puestos de trabajo? ¿Tomar decisiones para responder lo que pasa en su entorno? ¿Hasta qué punto se llega a entender algo dentro de un escenario que ha podido cambiar?

Todos tendemos a pensar que las cosas son como eran y que si algo ha funcionado una vez, esto volverá a funcionar. Pero normalmente esto no es así. Las personas tendemos ha a intentar mantener las cosas como eran, repetir éxitos pasados, pero si prestamos algo más de atención y somos capaces de auto desafiarnos, nos daremos cuenta que esto ya no pasará.

El futuro no es nuestro. Es de las siguientes generaciones y, facilitarles el camino es un acto que me parece bastante lógico e inteligente desde el punto de vista estratégico.

En la mayoría de ocasiones los puestos directivos de una empresa están ocupados por gente “senior” con mucha experiencia (y éxitos) en el pasado y poca o nula en el presente y el futuro. De las rentas se vive bien y gracias a esto perdemos visión.

Las nuevas generaciones que vienen con hambre y nuevas ideas de lo que ven en su contexto, quieren aplicarlas para construir el futuro que ellos sí ven, pero habitualmente son menospreciadas o totalmente ignoradas.

Esto es un problema serio para la competitividad de las empresas. Y su futuro. Y el de todos.

Dejemos, ayudemos, alentemos, apadrinemos, escuchemos con atención y propiciemos el florecimiento de lo nuevo. Los jóvenes son el futuro, no nosotros, que tenemos más historias que contar, que planes o anhelos para el futuro. 

Actualmente en España la juventud está completamente relegada, desoída y arrinconada. Existe un paro juvenil por encima del 50%. La emigración juvenil y fuga de de talento es un drama absoluto en lo económico y lo social para nuestro país. Estamos dejando en la cuneta lo que será la sabia del nuevo futuro. Los que tendrán que cuidar de nosotros.

¿Os suena como un plan inteligente?

A todos los niveles se debería plantar una renovación de lo viejo por lo nuevo. Es un plan inteligente y, aunque pudiese parecerte que no; muy lucrativo.

La ventana de Overton.

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