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Desamortizar la Mezquita

Alfonso Alba

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Olvídenlo. Eso no lo veremos nunca, al menos mientras vivamos. La Mezquita de Córdoba nunca será desamortizada, por muchas miles de firmas que consiga Europa Laica. Antes veremos igualada nuestra prima de riesgo a la de Alemania que una Mezquita sin culto religioso.

Pero la denuncia de Europa Laica ha sacado de las catacumbas de la información algo que ocurrió en esta ciudad (y sobre todo en este país) hace seis años: en marzo de 2006 el Obispado de Córdoba pagó 30 euros al Registro de la Propiedad y puso a su nombre el monumento más importante de la ciudad. Lo hizo porque la Ley Hipotecaria se lo permitía. Y lo hizo con nocturnidad. Yo soy un enfermo de la actualidad. Es patológico. No puedo pasar más de media hora sin actualizar las webs de los periódicos, sin leerme todo lo que se publica sobre Córdoba, sin dejar de echar un ojo al Twitter, al Facebook y al Whatsapp por si acaso. Pese a esa patología que padezco desde hace muchos años no me enteré de que la Iglesia había puesto a su nombre la Mezquita de Córdoba hasta que el profesor Antonio Manuel Rodríguez lo descubrió y lo publicó en su columna semanal de El Día de Córdoba y en Paralelo 36. Y lo hizo cuatro años después de que ocurriera.

Lo primero que pensé cuando lo leí fue: “Ah, ¿pero no era suya?”. Y lo segundo que me pregunté, y que aún me pregunto y no consigo entender, fue: “¿Porqué hace esto la Iglesia? ¿Qué gana apropiándose de esta manera tan, seamos suaves, poco elegante del mayor monumento de Córdoba, de una de las más antiguas mezquitas del mundo? ¿Lo habrá hecho para pagar impuestos?”. Esta última pregunta es una ingenuidad tan grande como la misma torre de la Mezquita.

Sigo sin entender nada. No seré yo quien entre en el, considero, absurdo debate sobre si dentro de la Mezquita debe haber o no culto religioso. Desde luego, allí hay una catedral (de dudosa calidad, para mi gusto) y se celebra el culto católico en su interior desde el siglo XIII. Eso es así. Pero apropiarse del “pleno dominio” (así consta en el Registro de la Propiedad) de un monumento que representa a Córdoba me parece una pasada. Recordemos que todos los cordobeses NO son católicos. Por poco que les guste a muchos, aquí vivimos ateos, judíos, musulmanes, budistas, agnósticos y adoradores de las religiones más peregrinas. ¿Recuerdan ustedes aquella frase de Julio Anguita a Infantes Florido? Sí, esa de “señor, usted no es mi obispo pero yo sí soy su alcalde”.

Pues eso. Que la Mezquita no puede seguir siendo explotada en exclusiva por esos señores de negro que llevan sus cuentas en el mayor de los secretos, que no pagan impuestos y que, encima, nos dicen lo que tenemos que hacer a los que no somos católicos. Ese edificio propiedad de la Iglesia es una Mezquita como una catedral de grande, un edificio único, mágico, que lleva en pie más de 1.300 años y que seguirá asociándose al nombre de Córdoba allende los siglos. La Mezquita de Córdoba, así, sin apellidos, es Patrimonio de la Humanidad (curioso oxímoron). Y eso, asúmanlo, va mucho más allá de cualquier religión. Al menos mientras sigamos viviendo en un país aconfesional (ya me gustaría a mí que fuera laico como Francia o Turquía) y la religión esté separada del Estado. ¿O no? Yo ya no entiendo nada...

Y como no entiendo nada os dejo unos minutos musicales de un grupo cordobés casi tan antiguo como los Rolling y que viene muy al pelo de todo lo que he escrito un poco más arriba...

http://youtu.be/4Cc1crwhbkM

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