Internet y las cosas del habla
Que Internet traspasa fronteras es algo más que evidente, pero el salvar esas distancias físicas muchas veces conlleva una nueva barrera: la lingüística. Si quieres moverte como pez en el agua por la red, el inglés es fundamental (segunda perogrullada en el mismo párrafo). Afortunadamente, para lidiar con el inglés y aquellos idiomas que no coinciden con nuestra lengua materna, la tecnología nos ofrece miles de herramientas para salvar las correspondientes dificultades idiomáticas: traductores online, foros, diccionarios, aplicaciones de todo tipo para nuestros dispositivos móviles, etc.
Lo que no pensaba yo que fuera a encontrarme es con este escollo utilizando el mismo idioma… Os cuento:
Corría el año… Bueno, allá por el dos mil algo, cuando servidora charloteaba vía Messenger con un oriundo de aquí de Córdoba. En un momento de la conversación comenté que me “dolía el pelo” – esa sensación parecida a la tensión o el dolor cuando has llevado el pelo en tensión en una postura determinada y lo sueltas o cambias la dirección en la que se dispone el cabello – y mi interlocutor respondió ante mi explicación que conocía dicha sensación de cuando en alguna ocasión había usado felpa.
Y ahí llegó mi desconcierto. En Madrid, felpa se refiere a un tipo de tejido, por lo que podéis imaginar mi cara de confusión cuando en mi mente aparecía la imagen del susodicho con un trapo de felpa enrollado en la cabeza. Un show. La conversación continuó su rumbo, y yo no le di más importancia al asunto.
Un tiempo después, aparecía David Bisbal en una entrevista en televisión hablando sobre la primera ocasión en la que se había cortado sus famosos rizos. Comentando con la reportera su nuevo estilismo hacía referencia a que cuando llevaba largo el pelo utilizaba una felpa para recogerlo, que siempre tenía disponible porque cuando no la usaba se la enrollaba en la muñeca y acto seguido la mostró a cámara. ¡Ay! que casi me da un soponcio cuando comprendí que al parecer, de Despeñaperros para abajo, se utiliza el vocablo “felpa” para referirse a una diadema o cinta para el pelo…
Años más tarde me vine para Andalucía, Sevilla primero y Córdoba después (y ya de forma definitiva, o esa es la idea). Y llegó el tema de la dicción y los localismos…
Por internet todo era más fácil, porque “en escrito” todo es más sencillo que de viva voz. No sabéis lo que me costó aprender a dar el matiz que distingue el singular de plural, por ejemplo, de la palabra tomate (tomate vs. tomateh).
Para que me comprendan aquellos que son de fuera de Córdoba y para deleite del público en general dejo aquí una fantástica entrevista a Pérez Orozco, Catedrático de Lengua y Literatura Española. Aunque la entrevista completa es magnífica, lo que aquí nos ocupa comienza en el minuto 08:35, cuando hablan de las diez vocales cordobesas. (Bendito YouTube, fuente inagotable de recursos)
Pero la cosa no es sólo tema de dicción sino que cada región cuenta con un sinfín de vocablos propios o que han adoptado un significado diferente al que en origen se le otorgaba…
En la ya extinta cadena Canal Sur 2, había hace unos años un programa que me encantaba y me vino a las mil maravillas, además de servir como entretenimiento, para aprender modismos y palabras que a lo largo y ancho de la geografía andaluza se utilizaban de forma habitual. Se llamaba Abrapalabra, y aún queda algún vestigio por la red: aquí está su grupo en Facebook, aquí el blog del programa y algún que otro vídeo hay colgado en YouTube.
Otro de los documentos audiovisuales que más me han aportado en este aspecto, esta vez desde la vertiente más humorística del tema, es el archiconocido “Curso Dandalú”, del cual enlazo aquí a lista de reproducción más completa que he encontrado: son 12 videos, no sé si se me escapa alguno.
Y como aproximación general al andaluz, todos esos recursos están bien, pero para sobrevivir en el día a día cordobés, nada como el Diccionario de Cordobés que desde hace tiempo andaba dando vueltas por Internet y que con motivo de la candidatura a la Capitalidad Cultural Córdoba 2016, la Fundación Córdoba Ciudad Cultural tuvo a bien darle un aspecto más formal… Un básico entre mis documentos de referencia!
Y con esto voy terminando que no quiero resultar jartible y además que tenemos que ir a averiguar los avíos para el perol del domingo que nos vamos con nuestra charpa a echar el día al campo.
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