Unas varetas de olivo
Cada primavera, al terminar la recolección de la aceituna se procede a la poda del olivar y al final del verano se realiza, igualmente, el desvareto del mismo. En el caso de la poda, operación que se repite cada dos años, se aprovecha la leña gruesa, ramas y troncos con un diámetro igual o superior a los cinco centímetros aproximadamente, para combustión de calderas y chimeneas. El resto de leña fina, salvo una pequeña porción que se tritura para que sirva de mantillo, de dudosa calidad por el carácter leñoso de la materia prima y el triturado más
ligero que profundo, se quema directamente en el campo, con el consiguiente coste económico para el dueño. Algo parecido ocurre con el desvareto, que se realiza en este caso todos los años. Cada
olivo puede producir como mínimo una media de 10 Kilogramos /año, sin contar la leña recia que sí se aprovecha en los hogares, lo que multiplicado por los 200 millones de olivos que hay en Andalucía supone 2 millones de toneladas. Por comparar, la producción de carbón de 2011 en España fue de 355.000 Tm. Y ¡a qué precio la pagamos! Es cierto que el poder calorífico de la leña es menor. Se calcula que 2 kgr. de pelet
(obtenido de la trituración de la leña fina), cuyo precio en el mercado es de 25 céntimos por kilo, tienen el mismo poder calorífico que un litro de gasoil ( 1,35 euros).Resumiendo, podemos decir que en Andalucía se queman cada año 100 millones de euros de leña de olivo en el campo. Esos 100 millones de euros, transformados
en pelet, pasta de papel, aglomerado, biomasa para centrales eléctricas de energías renovables y no contaminantes…, multiplicaría su valor por cinco, es decir 500 millones de euros, o si prefieren la creación de más de diez mil puestos de trabajo, que sin duda no van a acabar con el desempleo ni con la dependencia del petróleo, pero
algo es algo.
Es justo decir que en Andalucía ya existen 15 plantas de producción de energía de biomasa, con una potencia de 164,2 MW (8 de ellas en la provincia de Córdoba), que fundamentalmente se alimentan de orujo o similares y otras 13 plantas de depuración de biogás, con una potencia de 15,2 MW. Pero no es menos cierto que el aprovecha miento de la poda del olivo supondría añadir en este apartado otros 160 MW.
Las centrales renovables andaluzas, donde incluimos las centrales de biomasa y biogás enumeradas anteriormente, las centrales hidroeléctricas, las centrales y huertos solares de energía fotovoltaica, los aerogeneradores que aprovechan la fuerza del viento…, solamente representan entre el 12% y el 14 % del consumo . Sin duda hay que consumir mucho menos pero también aprovechar todos los recursos de que disponemos.
Los datos del olivar andaluz suponen dos tercios del total nacional. España tiene 300 millones de olivos repartidos en 2.153.727 Has. Si además contabilizamos el aprovechamiento de la poda de vides, cítricos (naranjos, limones…), frutales arbóreos (manzanas, peras, melocotones, albaricoques, cerezos, ciruelos…), frutos secos (almendros, nogales, avellanos,,,), parques y jardines de las ciudades y limpieza de montes
se puede igualar o superar lo referente al olivo, que sin duda es el cultivo arbóreo más extendido en nuestro país.
Naturalmente esto no se puede poner en marcha sin un plan estratégico de la Administración, empezando por legislar para prohibir la quema de cualquier subproducto
en el campo…, pero para eso tenemos miles de políticos con miles de asesores, cuya principal misión es velar por el bien común.
También es necesaria una financiación, que puede salir de la iniciativa privada si se legisla de manera adecuada o de la propia Administración. Si se han perdido presuntamente mil millones de euros en el tema de los ERES falsos, conocidos como “Fondos de Reptiles”, o Invercaria, por qué no se van a poder financiar la construcción de 20 centrales de biomasa en algunas de las muchas comarcas olivareras que hay en nuestra tierra.
No nos engañemos, no se van a realizar porque no hay dinero y porque ya es más difícil sacar tajada, con la que está cayendo. Eso sí, siempre habrá una Merkel a quien culpar por no enviarnos los camiones de billetes que tanto necesitamos.
Lorenzo Hervás Justicia
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