Falta de coherencia
Si hubiera tenido cierta coherencia para diseñar su gabinete, Pedro Sánchez habría puesto a Pedro Duque a la cabeza del Ministerio del Interior-Exterior.
Las razones son muy claras: este país es tan raro que se ha convertido en un claro objeto para una invasión alienígena. Desconocemos si vendrán en son de paz, para curiosearnos y estudiarnos o para exterminarnos, colonizarnos o cosas peores.
Por eso un astronauta debería ser ministro de seguridad e interior.
Con ETA rendida o desmantelada o encarcelada o como se diga, el yihadismo mirando para otro sitio y el narcotráfico rodeado en el Campo de Gibraltar o controlado por Núñez Feijóo, la amenaza para España vendría del espacio exterior.
Pedro Duque tendría hilo directo con Emilio Aumente y le asesoraría, porque me consta que el responsable de seguridad de nuestro ayuntamiento no tiene aún diseñado un protocolo en caso de agresión extraterrestre. Tal vez porque no tiene efectivos para ello.
¿Quién nos puede asegurar que un platillo volante no pueda cargarse con un láser el amenazante avión “cultural” que está posado junto al Guadalquivir? ¿Cómo no vamos a prever que una nave nodriza aterrice en La Asomadilla y propague una oleada de frecuencias de baja intensidad y se cargue nuestras emisiones de TDT impidiendo que veamos el Mundial o, lo que es peor, los plenos municipales en la TVM?
Un desastre en toda regla.
Por eso lo ideal hubiese sido poner un cosmonauta al frente de Interior-Exterior, entre otras cosas porque nos ha visto con cierta perspectiva y las perspectivas son importantes para todo.
Definitivamente, este Pedro Sánchez es un insensato.
Mientras, Màxim Huerta afirma que el Ministerio de Cultura y Deportes será de hombres, mujeres y viceversa.
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