Cumbre borrascosa
Iberdrola paga las primeras planas de periódicos aún con gran tirada en España. Es la patrocinadora de la Cumbre sobre el Clima que se celebra en Madrid, la COP 25 Chile Madrid 2019, o como se llame.
Iberdrola, entre otras cosas, se distingue por abrir sus puertas giratorias y sentar en sus consejos de administración a todo aquel político que guarda sus escrúpulos en la guantera del coche de alta gama con el que llega a las puertas de la sede.
Se distingue también por tener poca capacidad de perdón y condenar a familias a eso que se llama “pobreza energética”; cosas del mercado.
La Cumbre se celebra en IFEMA, un recinto ferial que a lo largo del año se ocupa con muestras de arte contemporáneo, de joyas, de domótica, de automoción, de moda, de ferretería, de turismo o, como no, de alta gastronomía.
Una feria, un mercado.
A los dirigentes invitados se les ofrece una cena de bienvenida elaborada con productos de temporada y de cercanía. Bien. El menú ha sido diseñado por los afamados Roca, del Celler de can Roca, con todas sus estrellas michelín. En sus inmaculados uniformes blancos de trabajo reza un discreto logotipo del BBVA.
A IFEMA llegan visitantes despistados, recolectores de bolsas de folletos reciclables, voluntarios, instaladores de dispensadores de zumo natural, taxistas, conductores de Uber y actores disfrazados de nativos de Rapa Nui que pegan brincos entre nerds y hipsters con auriculares inalámbricos.
Y Greta, y su empresa familiar, y su catamarán donado por pijipis australianos, y el libro que van a escribir sobre su cruzada y el personaje devorando a la persona.
Pienso en los científicos jóvenes, en sus maestros, pienso en el Papa de Roma, en el CERN, en las partículas universales, en las ecuaciones y en los coches americanos de los 60´s que necesitaban un oleoducto para funcionar.
Esperanza es una palabra. Melancolía, también.
Pienso en cumbres borrascosas.
https://youtu.be/BW3gKKiTvjs
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