El daño ya está hecho
No sé en qué momento Mimosín se ha convertido en un joven vacilón y ha dejado de ser aquel tierno osito con vocecilla de dibujo animado al que toda persona en su sano juicio querría hacerle cosquillitas en la tripa.
¿Han visto y escuchado los nuevos anuncios? Será que el tiempo pasa para todos pero no entiendo por qué de pronto Mimosín es hipster. Con gafas de pasta y camisa hawaiana incluida.
Bien bien, no me cae.
Me pregunto si realmente puede llegar de verdad a caernos alguien mal sólo por cómo sea su voz (es que es muy heavy el tono loco que le han puesto, con todo mi apoyo y respeto para el locutor de las cuñas) o son prejuicios y taradeces personales las que me llevan a lanzar esta pregunta al ciberaire. Ayuda.
El caso es que está claro que los creativos de publicidad de cuando en cuando toman decisiones arriesgadas para las que no hay marcha atrás. Vamos que, como diría mi amiga Ana ante casi cualquier dire o direte vital, el daño ya está hecho.
Me refiero a cambios bruscos como cargarse al mítico niño de los Sobaos Martínez por un chaval cuanto menos raro y además de la noche a la mañana (ya, me consta que esto es de cara al público, para ellos no fue una sorpresa) al más puro estilo tía Viv en ‘El Principe de Bel Air’ (no nos pongamos farrucos porque… ¿hola? Han hecho lo mismo con la hija mayor de ‘Cuéntame’ y aquí nadie ha dicho ni mu).
Recuerdo cuando Fosquitos se convirtió en tu amigo enrollado que está siempre a tu lado. No sé si recuerdan que se pasaba el dedo por el mismísimo cacao y después se lo chupaba. ¿Fallo, obscenidad o belleza creativa? Abramos debate.
Y luego están los cambios de nombres de marca que son los que más daño hacen, sin lugar a dudas. Especialmente lo hacen las marcas de champú (ayyyy, qué mítico el Vidal Sassoon olor albaricoque) pero hay casos extremos como el de El Prince de los detergentes: Don Limpio, antes conocido como Mister Propper.
Hay cambios que no cuadran. Innecesarios. No quiero entrar en el tema cuñas radiofónicas porque verdaderamente me da ganas de llorar la modernización (o alguien debió creer algo así) de la cuña de Carglass cambiándole por completo la melodía y el tono. Mal. Joseba, te habrás quedado a gusto.
Los que no tenéis tele (uy, qué guays sois ¿eh?) probablemente no habréis llegado ni a esta línea y os halléis perdidos ante todo este disaster publicitariodisaster. Supongo que en el fondo tenéis suerte. Yo lo paso mal.
Mimosín, en serio, tú antes molabas.
http://www.youtube.com/watch?v=pl3vxEudif8
0