Misterio
"Faltan camareros"
Hay ecuaciones difíciles de resolver. Por ejemplo, esta que nos propone el señor Morales. Faltan camareros, dice el presidente de la patronal de hostelería. Y oiga: es posible. Pero si usted consulta las estadísticas de desempleo de Córdoba capital correspondientes al mes de febrero observará que tenemos a 32.308 personas mano sobre mano sentadas en el silloncito de escay de su señora casa. Para ser exactos, al 21,42 por ciento de la población activa.
Si cruzamos los datos de paro con la queja del señor Morales nos da como resultado un enigma muy complicado de descodificar. Hay quien sostiene que la falta de oferta de camareros en el contexto de la abundancia sistémica de parados se explica en el hecho de que la mayoría prefiere seguir succionando la teta del Estado antes que dar un palo al agua.
Desde ese prisma, no se entiende cómo hay gente que anteponga vivir de la paguita antes que ser útiles a la sociedad trabajando 10 horas cada jornada, seis días a la semana, cincuenta y dos semanas al año, al margen del convenio (por supuesto) y con un espléndido contrato basura de trabajo. En el mejor de los casos.
Estamos, por lo tanto, ante un misterio econométrico que dinamita las leyes del mercado. Que algún gurú neoliberal nos asista, por el amor de Adam Smith.
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