Un gas noble
"Paco de Lucía es una influencia máxima para mí"
(Raúl Midón. Guitarrista)
El día en que murió Paco de Lucía se apagó el mundo. Iba camino de Rute para hacer un reportaje sobre el anís Machaquito y su muerte se coló por la radio como un hecho sobrenatural. ¿Puede morir un ser inmortal? Hemos construido nuestras vidas con la certidumbre de que Paco de Lucía nos iba a acompañar siempre. Que su presencia serena y colosal jamás se podría extinguir al modo en que el sol sale cada mañana con una puntualidad inexplicable.
Ese tipo de personas son indispensables para la humanidad. No lo decimos solamente por su obra inabarcable y definitiva, sino por la bondad que transmitía su mirada más allá de su éxito estratosférico. Desde que nacimos, Paco de Lucía siempre ha estado ahí. Como Serrat o como el río Guadalquivir. Nadie entendería que un día por la mañana mientras vas camino de Rute para hacer un reportaje sobre el aguardiente alguien dijera por la radio que el río Guadalquivir se ha colado por el sumidero.
Eso es tan absurdo como la muerte de Paco de Lucía. ¿Cómo puede morir un accidente geográfico o un astro del firmamento? Menudo disparate. La verdad es que el guitarrista de Algeciras está por todas partes. Como el oxígeno. De otro modo no se explica que venga un músico más allá del océano para actuar en el Festival de la Guitarra y diga a bocajarro la frase que tienen ahí arriba. “Paco de Lucía es una influencia máxima para mí”. Hombre, claro, es que estamos hablando de un gas noble que se propaga por el aire.
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