Las diputaciones desentierran el viejo proyecto de unir Córdoba con La Mancha por autovía
En la primavera del año 2007, el Ministerio de Medio Ambiente publicó un informe que descartaba uno de los grandes proyectos de infraestructuras diseñado por el Gobierno de José María Aznar: construir una autopista de peaje entre Córdoba y Toledo. El plan del entonces ministro de Fomento Francisco Álvarez Cascos pasaba por reducir, a través del peaje, los kilómetros y los tiempos de viaje entre Madrid y Andalucía. El proyecto uniría Toledo con Ciudad Real, Puertollano y Córdoba para ofrecer una alternativa al saturado paso de Despeñaperros. Y regresar a la histórica conexión del Valle del Guadalquivir con la Meseta, que siempre fue a través del norte de la provincia de Córdoba.
Pero el proyecto de autopista llegaba tarde y con una normativa ambiental muy restrictiva. El principal argumento en contra de la obra era que la futura autopista se construía cruzando Sierra Morena por una de las zonas en las que se estaba intentando recuperar el hábitat del lince ibérico (entre Montoro y Cardeña), que iba a partir en dos a la dehesa (como ya hizo el AVE) y que también había que sortear otra zona sensible, los Montes de Toledo.
Aquel proyecto de 2003 se descartó en 2007, aunque estuvo coleando hasta la legislatura de Mariano Rajoy, que lo archivó definitivamente. De hecho, el conglomerado de empresas que auspició la autopista y que la iba a construir acabó reclamando daños y perjuicios, y los tribunales le dieron la razón. Hasta el año 2045 el estado tendrá que abonarle el pago de un beneficio que nunca obtuvieron.
Ahora, casi 20 años después, las diputaciones de Córdoba y Ciudad Real han reclamado una conexión por autovía entre estados dos capitales. Ya no se le llama autopista de peaje y no se habla de lo que ocurrió con el proyecto anterior, pero ese proyecto recuperaría, obligatoriamente, aquel trazado. Actualmente, Ciudad Real y Puertollano están unidas por una autovía, la A-41, que formaba parte del trayecto original de la autopista de peaje. De hecho, se diseñó como un tramo libre de pago, para la conexión de estos dos municipios manchegos. Pero no hay autovía ni de Córdoba a Puertollano, ni tampoco de Ciudad Real a Toledo. El gobierno de Castilla La Mancha estudia un proyecto alternativo para unir estas dos ciudades, desdoblando la carretera N-401 y aprovechando la autovía ya construida en la salida de Toledo.
Lo complicado volvería a estar en la provincia de Córdoba. El proyecto original preveía construir una autovía desde Montoro hasta Puertollano, aprovechando el trazado de la carretera N-420. Esta carretera, considerada una de las más largas de España, une Córdoba con Tarragona, y sigue gran parte del trazado de la antigua vía romana Corduba-Tarraco. Desde Montoro hasta La Mancha cruza, además, Sierra Morena por la gran zona de expansión del lince ibérico.
Su conversión en autovía ahorraría 75 kilómetros del viaje de Córdoba a Madrid y casi una hora de duración. Pero serían unos trabajos que con la normativa actual en la mano cuesta trabajo pensar que van a recibir el visto bueno del departamento de Medio Ambiente, ahora Transición Ecológica.
En 2016, la comarca de Los Pedroches planteó una alternativa más: convertir en autovía la N-502. Esta carretera parte del cruce de la N-432 en el cruce del Calatraveño y llega hasta Almadén. De ahí a Puertollano habría que construir una nueva autovía. No obstante, su gran hándicap es que cruza una zona de dehesa y que conecta con otra carretera nacional en Córdoba, la N-432. Esta vía no se convertirá en autovía sino que probablemente se desdoblará si finalmente el Gobierno sigue adelante con su plan de construir una autovía entre Badajoz y Espiel, un desdoble de Espiel a Córdoba, y una autovía de Córdoba a Granada.
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