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10 de diciembre de 2024 20:05 h

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Compañerismo, esfuerzo, resiliencia y un amor infinito tanto por el balonmano como por su familia, tanto deportiva como personal. Esas son las claves que definen a la protagonista de esta entrega de ATENEAS. Una jugadora cuya historia es un ejemplo de pasión y sacrificio dentro y fuera de las pistas, y que representa la esencia de un deporte que ha marcado cada etapa de su vida, desde aquellos primeros pasos en el colegio junto a sus amigas hasta los momentos más gloriosos en la élite del balonmano nacional.

Aroa Montoro (Córdoba, 1997) ha sido una constante en el balonmano femenino cordobés. Con Adesal Córdoba , su “casa”, vivió ascensos y retos históricos, incluido su debut en la Liga Guerreras Iberdrola. Ahora, como referente del Deza CBM, ha regresado a las pistas tras ser madre, firmando un inicio de temporada prácticamente inmaculado plagado de victorias, compaginando su vida familiar con una ambición intacta: disputar una nueva Fase de Ascenso, esta vez desde el protagonismo absoluto. Una historia de resiliencia que demuestra que su pasión por el balonmano nunca se apagará.

PREGUNTA. Qué mejor que comenzar por lo más reciente. Vaya inicio de temporada, ¿no?

RESPUESTA. Sí, la verdad. Creo que es lo que todas soñábamos, pero nadie creía que iba a pasar la verdad. Mejor imposible. Este inicio es, simplemente, una maravilla.

P. ¿Cuál consideras que es la clave de este éxito?

R. La unión que tenemos, sin duda. Estamos todas bastante concienciadas de a donde queremos llegar, de lo que queremos conseguir, y cuando entramos por la puerta del Polideportivo de Fátima, sabemos que venimos a trabajar y que hay que seguir por el mismo camino. Creo que esa es la base de todo.

P. Supongo que a donde queréis llegar es a ese tan ansiado ascenso.

R. A principio de temporada, el objetivo era estar arriba con los más fuertes. A día de hoy, evidentemente hay que plantearse otra cosa porque ya vemos que ahí ya estamos más que sobra. Por lo tanto, ya mínimo tiene que ser llegar a la Fase de Ascenso y pelearla.

P. Ahora volveremos a la actualidad, pero vamos a retroceder al inicio de todo. ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en él en el balonmano?

R. Cuando ves aquí a los niños pequeños es cuando realmente te das cuenta de todo lo que has atravesado. Yo empecé en un cole, iba con mis amigas a jugar, y luego te va entrando el gusanillo porque te llaman para que vayas con las mayores, para que vayas al Polideportivo, y eso ya es casi que una fiesta, un premio, una alegría. Esos son momentos y recuerdos muy, muy bonitos.

P. Diste tus primeros pasos con Adesal. ¿Qué recuerdo tienes de aquella etapa?

R. Hemos pasado de todo, porque en Adesal hemos tenido momentos muy buenos y momentos muy malos. De todos he aprendido y todos esos momentos me han enseñado, por lo que al final creo que son recuerdos bonitos porque, al enseñarte, aprendes y además te llevas a las personas para siempre. Aunque hayas tenido una temporada mala, al final siempre te llevas momentos. Es mi casa.

P. ¿Qué supone Adesal para ti?

R. Es mi familia, y sigue siéndolo a día de hoy porque todas son amigas mías. Tengo gente que considero mi familia, realmente, y entonces para mí siempre es volver a mi casa.

P. Alba Sánchez, Ángela, Lucía Vacas... Se formó una familia, como ha formado Deza CBM esta temporada.

R. Creo que esa amistad entre las compañeras es fundamental. A día de hoy, en mi primer partido de liga tras volver al balonmano, vinieron todas las jugadoras de Adesal aquí a verme. Es muy importante lo que digo, la base y la unión. Es todo.

P. En el campo de las personas, has entrenado con técnicos como Paco Bustos, Rafa Moreno o Benito Puerto. ¿Con qué te quedas de cada uno de ellos?

R. De todos he podido aprender, todos me han querido enseñar, que es muy importante. Me quedo, sobre todo, con las tres personas en sí, fuera del balonmano.

P. Te voy a poner en un aprieto. ¿Adesal, o Deza?

R. Es que a día de hoy, ya te digo, Adesal es mi casa, pero es verdad que cuando entro aquí en Fátima a día de hoy, me siento una más. Nunca me he sentido fuera de lugar ni nada de eso. Estar aquí en el Deza CBM es una maravilla.

P. ¿Cómo fue tu debut en Primera División, en Liga Guerreras Iberdrola?

R. Era como estar en una nube. Fue un sueño que nos encontramos, una temporada complicada refiriéndonos a resultados, pero fue una maravilla. Fue llegar a campos que eran emblemas en el balonmano, y jugar con personas que han sido y son referentes para nosotras, y para las niñas que vienen por detrás.

P. ¿Hay algún recuerdo en especial que tengas marcado de esa temporada o de tu etapa en Adesal?

R. Un día muy especial fue cuando no teníamos nada y en el último segundo nos metimos en un partido en la Copa de la Reina, si no recuerdo mal. Son momentos de partidos especiales que siempre se quedarán ahí, pasen los años que pasen.

P. Difícil recordar también aquel tiro al palo de Lucía Vacas en el último partido.

R. Uf... -ríe-. Es que eso es una espinita. Eso es algo que no se olvida.

P. ¿Te ves volviendo a Primera División en algún momento?

R. No. Ya, mi vida no me lo permite. Eso es lo primero. Y lo segundo es que, bueno, al final, pues tengo una personita que tanto viaje y de tanta duración, no es posible.

P. ¿Qué diferencias has notado entre Primera División y el resto de categorías?

R. Entrenamos cuatro días a la semana, que no es poca cosa. Pero en Adesal entrenábamos muchísimas horas más, los viajes no tienen nada que ver, y sobre todo el rendimiento a la hora de competir. Es una diferencia que es una locura. Estás hablando de personas que viven de ello, y aquí somos niñas o mujeres que, en el poquito tiempo libre que podemos sacar al día, se lo dedicamos al balonmano, pero no es nuestro trabajo, por desgracia.

P. Poco después, tuviste el que denominaste como 'el partido más bonito' de tu vida: el nacimiento de tu hijo Manuel.

R. Es lo mejor de mi vida. El mejor partido, el mejor recuerdo... lo mejor de lo mejor. No hay palabras para describirlo. Me ha dado la vida él a mí, no yo a él.

P. ¿Qué te motivó a volver al balonmano después de ser madre?

R. Principalmente Benito -Puerto, entrenador del Deza CBM y pareja de Aroa Montoro-, aunque es verdad que yo nunca he dejado de entrenar. Solo paré cuando me enteré de que estaba embarazada. De hecho, había estado entrenando mientras estaba embarazada sin saberlo. En el momento en el que mi entrenador personal me dice que puedo volver a jugar, vuelvo. Como siempre he estado entrenando, ya sea aquí o en Adesal, pues al final el gusanillo nunca se va.

P. ¿Cómo es entrenar con tu pareja como míster, Benito?

R. Al principio tenía miedo porque no quería que nos afectara en lo personal. Porque al final, bueno, pues es normal. Somos dos personas que, a lo mejor, él ve las cosas de una forma y yo lo veo de otra. Pero bueno, es un entrenador que da mucha libertad a la hora de expresarte. Si piensas algo, puedes hablar con él, te puedes sentar, y nos da mucha confianza, por lo que lo estamos llevando muy bien. Y es la persona con la que comparto mi vida, entonces compartir una cosa más, pues también está bien.

P. ¿Ha habido alguna anécdota en estos partidos, o aún no?

R. En los partidos sí, porque a mí me suelen echar bastante, y él siempre me mira con cara de circunstancias -ríe-. Es gracioso. Por ahora, de momento, lo llevamos bastante bien.

P. ¿Cómo es compaginar la vida de madre con la de una deportista?

R. Básicamente, sacar horas de donde no las hay. Es muy sacrificado porque no paro en ningún momento del día: trabajo por las mañanas, recojo a mi hijo, organizo la casa... y es que es un niño de un año y medio, que requiere toda la atención del mundo. Si no fuese por los abuelos, creo que no sería posible.

P. Volviendo a la actualidad. ¿Cómo veis la temporada?

R. Creo que al inicio de campaña no le podemos pedir nada más. Lo que sí podemos pedir a lo que viene es que sigamos en la línea de trabajo, y que esperemos que vengan muchas alegrías más.

P. Entre esas alegrías podría estar un ascenso a Oro. ¿Cómo te imaginas un posible partido ante Adesal la temporada que viene?

R. Uf... Creo que eso no lo imagino. No está en mis planes -ríe-.

P. Pero, ¿te gustaría jugarlo?

R. En contra no. No sería un plato de buen gusto. Pero tampoco lo haría al revés, tampoco jugaría en Adesal a día de hoy contra el Deza CBM, porque tengo ya a mis niñas aquí también y a Benito también en el banquillo. Creo que para ese partido me pondría mala o algo de eso -ríe-.

P. ¿Cómo ves la rivalidad o compañerismo entre los dos equipos?

R. Con el paso del tiempo, esa rivalidad ha menguado. Cuando llegas a la pista hay que pelarlo obviamente, está la rivalidad de la competición. Pero realmente no existe fuera de lo deportivo. El año pasado, ellas tenían un nivel que ahí están, en División de Honor Oro. El Deza CBM se mantuvo rápidamente en División de Honor Plata, pero es verdad que había una diferencia. A día de hoy, ellas están en una categoría superior, pero ellas vienen aquí, nosotras vamos allí, nos apoyamos y creo que eso es lo más importante: que haya apoyo entre nosotras.

P. Encarando ya el final de la entrevista, ¿qué objetivos te marcas para estos próximos años?

R. A nivel deportivo, esta temporada conseguir llegar a la Fase de Ascenso, porque ya creo que sería muy difícil no hacerlo. Y en Fase, hombre, yo que soy creyente, pedirle a Dios que lo consigamos y que esté de nuestra parte. En el futuro, la verdad es que no lo sé. Vamos a ir poco a poco, porque con la vida que llevo no sé si podría compaginar una categoría más alta con mi vida personal, pero bueno. Estoy disfrutando mucho de este año, que era lo que pretendía, y a seguir.

P. ¿Le vas a inculcar el gusanillo del balonmano a tu hijo?

R. Hombre, creo que va a llegar en cuestión de un ratillo -ríe-. Él está viviendo balonmano prácticamente todas las semanas, y para nosotros sería una alegría y una maravilla que hiciese balonmano, aunque en nuestra casa, si se hace algún deporte, nos vale.

P. Ya para terminar, ¿cuál consideras que es tu sueño, tu objetivo, pendiente?

R. Con Adesal consigo llegar a Liga Guerreras Iberdrola, pero por la pandemia de la Covid-19, no jugamos una fase de ascenso. Esta última Fase de Ascenso de Adesal no pude jugarla tampoco. Por eso lo paso bastante mal. Es por ello que creo que, a corto plazo, mi sueño es jugar una Fase de Ascenso, y a largo plazo, ganarla. Creo que es lo que me falta. He vivido varias Fases y varios ascensos, pero como un poco en segundo plano.

P. Una pregunta bonus. ¿Te ves acompañando a Benito en los banquillos?

R. Puede que sí, pero es una zona que me parece bastante complicada. La miro con un poquito de respeto porque creo que yo no sería capaz de estar en esa parte del campo. Ahora lo entiendo mucho más. Siempre he dicho que creo que es muy complicado estar ahí y tener la solución, pero no poder hacer nada para llevarla a cabo. Creo que yo, de entrenadora, sería una bomba de relojería.

P. Bueno, estaremos pendientes de esa posible Fase de Ascenso, y ojalá se consiga el objetivo. Muchas gracias.

R. Ojalá. Muchas gracias.

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