Una brisa de aire fresco
"La ciencia nos libera de ataduras
(Francisco Pérez Jiménez. Director del Instituto de Investigaciones Biomédicas)
En medio de tanta superchería se agradece encontrarnos con esta burbuja de oxígeno. Una frase sencilla que viene a decirnos que dos más dos son cuatro y no lo que decrete el secretario general de turno. O el obispo correspondiente. Que hay días en que se parecen como dos gotas de agua, cada uno en su ministerio.
El reto titánico con que nos encontramos en este tiempo es desarrollar argumentos racionales apoyados en la lógica de los acontecimientos. Visto así, parecería una obra de lo más simple. Usted contempla un hecho, cualquiera que sea, y lo interpreta con los recursos intelectuales de que dispone. Pero no. Cuando no es el programa electoral es la religión o la fuerza de la costumbre o los prejuicios morales quienes se interponen entre el hecho observado y su capacidad de análisis.
El caso es que llevamos siglos, si no milenios, intentando liberarnos de la mitología y cuando parecía que estábamos a punto de doblegarla aparece el dogma, las líneas editoriales, las consignas del aparato, las verdades teologales o el sursum korda para decirnos que o está usted en un lado o está en el otro, pero que se olvide de pensar por su cuenta y riesgo.
Las ideas propias han estado perseguidas desde el pleistoceno. Y no digamos las ideas propias fundamentadas en la razón. A combatirlas se han dedicado con denuedo los curas y los secretarios de organización por temor a que los feligreses le discutan la homilía y se les quede la parroquia vacía. Y así estamos. Bombardeados a diario por argumentos prefabricados para ingerir en el noticiario de la mañana.
De ahí que las palabras de este científico nos caigan encima como una brisa de aire fresco.
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