Barrio Sésamo
La salud no es un negocio
Y hoy, queridos niños y niñas, os vamos a explicar la diferencia que existe entre un desiderátum y una aseveración. La frase que analizamos en el entrecomillado que encabeza este artículo es un desiderátum. La junta de personal del Hospital Reina Sofía la utilizó la semana pasada como lema de una manifestación en la creencia de que se trata de una aseveración. Es decir: de una realidad incontrovertible. Pero la realidad incontrovertible que se abre paso de forma inexorable es que la sanidad pública se está cayendo a cachos y uno de cada cuatro andaluces ya tiene un seguro privado.
Hay días en que necesitamos la simpleza de Barrio Sésamo para explicar una realidad que se nos cae de las manos. La salud no es un negocio, proclamaban los trabajadores del hospital cordobés ante el recorte de personal y el deterioro de la calidad asistencial. Así vista, la frase parece un principio básico constitucional pero si te acercas te das cuenta de que es uno de esos espejismos verbales que no sabes si significan una cosa o la contraria.
Por eso es bueno saber distinguir la diferencia que existe entre un desiderátum y un aserto. Desde ese punto de vista, Barrio Sésamo hizo un trabajo imprescindible en la generación boomer. En aquel simpático programa, Coco nos explicaba cada día que no es lo mismo cerca que lejos ni alto que bajo. Hoy tendría enormes dificultades, desde luego, para aclararnos la distancia que existe entre lo público y lo privado y cómo lo segundo se va merendando a lo primero con la voracidad del Monstruo de las Galletas.
La manifestación del Reina Sofía estaba repleta de sanitarios boomers. Se los podía identificar detrás de pancartas que solo la sencillez de un boomer puede concebir. Por ejemplo, Bonilla, aumenta la plantilla. O esta otra: Menos directores y más trabajadores. La sanidad hoy día, queridos niños y niñas, es un triste galimatías que solo una mente educada en Barrio Sésamo puede comprender.
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