
¿Parabellum? No, gracias
Si te preparas para la guerra, tendrás más guerra
Si hay frases que las carga el diablo, una es, fuera de toda duda, la que escribió Flavio Vegecio Renato en el siglo IV de nuestra era. En el prefacio del libro III de su Epitoma rei militaris, el escritor romano acuñó una locución nefasta, sobre la que se ha edificado durante siglos la teoría de la disuasión. Si vis pacem, para bellum, escribió aquel pobre hombre, sin ser consciente de que su latinajo estaba a punto de alumbrar uno de los principios más delirantes de la historia de la humanidad.
Si quieres la paz, prepárate para la guerra, proclamó Vegecio a caballo entre el candor y la temeridad. La primera consecuencia de aquella ocurrencia fue la fabricación de la pistola semiautomática más popular del siglo XX. La Parabellum tomó la consigna de Vegecio para diseñar un arma mortífera que ha acabado con la vida de cientos de miles de personas que previsiblemente querían la paz y se encontraron con la muerte.
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