De patios entre Regina y El Realejo (V): Escañuela, 3

Tal y como ocurre en otros casos, éste es un inmueble cuyas puertas abren siempre con carácter solidario. Se encuentra sólo unos metros más allá de la Real Parroquia de San Lorenzo Mártir. En una calle que es afluente de María Auxiliadora, con uno de sus extremos junto al que es uno de los templos más reconocibles de la ciudad, está la vivienda que es sede de la Asociación Cordobesa de Amistad con los Niños y Niñas Saharauis. Se ubica ésta en el número 3 de Escañuela. La organización sin ánimo de lucro participa activamente en las tradiciones de Córdoba, de su Mayo Festivo -guía-. Lo hace a comienzo de mes con su Cruz y después, como ocurre estos días, dentro del Festival de Patios. En ambos eventos el ente que preside Tomás Pedregal interviene con un doble objetivo: ayudar al impulso de las fiestas y la cultura popular y, sobre todo, visibilizar su labor.

Al igual que con la Cruz, todo lo que obtiene durante el certamen de recintos floridos, a través de donativos de los visitantes, va destinado a su trabajo. Una obra la suya que lleva a cabo desde 1994 con esta casa como punto central. El inmueble tiene su origen en el siglo XIX, cuando fue vecinal. Con el paso del tiempo, pasó a ser sede de alguna asociación determinada. Es el caso en la actualidad de la ONG que lucha por los derechos del pueblo saharaui, principalmente de los pequeños. El edificio, que está en el plano del Mayo Festivo desde la década de los ochenta, participa en el Festival de Patios dentro de la modalidad de Arquitectura Antigua y en la ruta Regina-Realejo. Entre sus muros se respira solidaridad, de la mano de los integrantes que dirige Tomás Pedregal, y también pasión por una tradición que se considera con un trayecto duradero. “Creo que se le ve buena salud para el futuro”, asegura Pedregal acerca del certamen.

PREGUNTA. ¿Qué significa el patio para usted?

RESPUESTA. Para nosotros (por la asociación), aparte de ser una extensión de la cultura de Córdoba, es un llamamiento y una forma de darle visibilidad a la asociación que representa. No es sólo el patio, sino que es el patio de los saharauis, que nos da visibilidad a la asociación y al problema de los saharauis.

P. ¿Por qué decide participar en el Festival?

R. La verdad es que yo llevo aquí sólo cuatro años, no sé la intención con que lo haría quien lo decidiera. Pero imagino que, igual que la mía ahora mismo, era dar visibilidad a la asociación y al nombre del pueblo saharaui.

P. ¿Qué opinión le merece el Festival de Patios hoy por hoy?

R. Creo que está bien. Es una parte de la cultura de Córdoba y, aparte, es un llamamiento al exterior. Hay que recordar que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Si eso es así, por algo será. Creemos que está bien, porque es una forma de dar visibilidad a Córdoba y a su riqueza cultural.

P. ¿Qué considera necesario mejorar?

R. Lo que le veo es la masificación que hay. En concreto, en nuestro patio no tenemos el problema ése. Al ser uno de los patios que está al principio del recorrido y estamos un poco más alejados del resto, no tenemos ese problema. Pero el problema es grande en los patios que están cercanos y demás, que hay mucha aglomeración de gente. ¿La solución? Pues no sé, sería cuestión de ir pensándola y buscándola.

P. ¿Qué futuro cree que aguarda al Festival de Patios?

R. Yo creo que es bueno. Si se solventan los problemas que he comentado, creo que se le ve una salud buena para el futuro.

P. ¿Cuál es su recomendación para disfrutar de los patios?

R. Sobre todo, que se lo tomen con tranquilidad (los visitantes). La gente de Córdoba ya conoce los patios y tiene más tiempo de conocerlos. Nosotros, de hecho, al igual que la mayoría de los patios, estamos abiertos todo el año. También sería bueno darle este mensaje a los visitantes, recordarles que los patios no sólo están abiertos las dos semanas del Concurso, sino durante todo el año, que pueden visitarlos fuera de este período, que hay menos aglomeraciones.