Ecologistas en Acción presenta las medidas que pedirá a los partidos que concurren a las elecciones
Ecologistas en Acción ha presentado públicamente el documento Por una Córdoba Sostenible que recoge las propuestas que esta organización presenta a la ciudadanía y a las fuerzas políticas que participan en la convocatoria electoral de mayo del 2019 con el objetivo de que se conozcan, se difundan, se debatan y sean asumidas e incorporadas a sus programas electorales por parte de aquellas organizaciones que coincidan con los planteamientos expuestos por esta organización.
Según ha indicado Ecologistas en Acción en una nota, el documento recoge propuestas en relación con múltiples temáticas relacionadas con el diseño, uso y gestión sostenible de la ciudad, entre las cuales se encuentran la energía, la economía local, la movilidad, el diseño y mantenimiento de parques, jardines y zonas verdes, la soberanía alimentaria, la calidad del aire y otras muchas que no detallamos pues se encuentran en el documento.
Las propuestas desarrolladas en dicho documento parten de la “profunda convicción” de que “la humanidad y el planeta se encuentran en peligro y el tiempo para poder reaccionar, ante el cada vez más próximo punto de no retorno, se nos agota”. En palabras del manifiesto Última llamada, el planeta “está enviando su última llamada de auxilio y tenemos la obligación moral de escucharla para poder salvaguardar la vida de las futuras generaciones”.
En el periodo hasta la celebración de las elecciones Ecologistas en Acción compartirá estas propuestas y las debatirá con los agentes sociales y con los partidos y agrupaciones políticas interesados en profundizar en su contenido. Todo el documento está recorrido de forma transversal por diferentes formulaciones relacionadas con el cambio climático, de manera que en casi todos los apartados recogidos en el documento aparecen propuestas que tienen un hilo conductor común: la reducción del consumo de las energías fósiles hasta conseguir su completa sustitución por energías renovables, no más allá del año 2050.
Todo ello supone implementar una cultura de austeridad en el consumo de energía y materiales, “un modelo muy difícil de generalizar pues choca frontalmente con el modelo de despilfarro que caracteriza a las sociedades industrializadas”.
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