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Bernard, la borrasca atlántica que jugó a ser tormenta subtropical desatando el caos en el suroeste peninsular

Los efectos de 'Bernard' en Córdoba

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En lógica humorística existe un dicho que dicta: “si anda como un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato”. El test del pato nace, desde el humor, como una forma de razonamiento inductivo. La tarde del pasado domingo 22 de octubre, en medio de la ristra de incidencias y datos asombrosos que iba dejando el paso de la borrasca Bernard en el suroeste de la Península Ibérica, comenzaba a elevarse el debate sobre si lo que estaba afectando al occidente andaluz era otra cosa muy diferente a la típica y conocida borrasca atlántica.

A pesar de que en ningún momento fuese nombrado como tal, ni que los organismos oficiales hubieran emitido un aviso especial o dictaminasen que hubiese probabilidad alguna de formación, la pequeña baja del suroeste peninsular sí que adquiría ciertas características tropicales. En román paladino, la borrasca Bernard podía haber terminado formando una tormenta subtropical (debido a la latitud de formación), o incluso su hermano mayor el huracán atlántico, de haber tenido más recorrido marítimo.

Vince y Alpha únicos precedentes documentados

No sería ni la primera ni la última ocasión en que un sistema de estas características alcanzase el territorio peninsular. De hecho, los restos del huracán Vince fueron los causantes del mayor episodio de precipitaciones en la ciudad de Córdoba para un mes de octubre desde que existen registros, un episodio singular que tuvo análisis pormenorizado por parte de la Agencia Estatal de Meteorología. La diferencia estriba  en que puede que haya sido una de las primeras veces documentadas en la que un sistema de estas características se haya generado directamente sobre dominios peninsulares, y la primera vez en que esto haya ocurrido directamente en territorio nacional.

Hasta el momento, sólo existe un precedente confirmado y data de septiembre de 2020. Tras una temporada de huracanes atlánticos extraordinariamente activa, entre los días 17 y 19 se formaba frente a las costas de Portugal la tormenta subtropical Alpha. Así fue bautizado por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC por sus siglas en inglés), el organismo oficial encargado de denominar, significar y hacer seguimiento a este tipo de fenómenos. Algo que con Bernard no ha ocurrido, y que posiblemente tenga en la naturaleza de su formación, uno de los principales motivos para ello.

Las “pistas” tropicales detrás de Bernard

Por otra parte, otras características observadas sí que apuntarían al carácter tropical de Bernard. Tanto los valores de presión en el centro de la baja, como las velocidades alcanzadas por el viento en superficie, la propia estructura horizontal y vertical de la depresión o el ciclo de vida de Bernard, adquirieron tintes tropicales y han hecho dudar a la propia AEMET. Así lo apuntaba en la red social X, en el que señala las principales características detectadas en la evolución del ciclo vital de la borrasca, entre ellas: fuerte gradiente de presión, cierta simetría circular, un sistema de frentes poco o nada definidos, desarrollo de fuertes tormentas en su zona central, y un núcleo de carácter cálido que sufriría un rápido proceso de debilitamiento tras “tocar tierra” sobre suelo peninsular.

A pesar de ello, ni la propia Agencia ni el NHC norteamericano estimaron oportuno, tal y como apuntan, realizar un seguimiento ante la posibilidad de que Bernard se terminase transformando en un sistema de características tropicales. De hecho, la AEMET ni siquiera llegó a emitir un aviso especial como si ha hecho en otras ocasiones ante la llegada de borrascas de alto impacto, a pesar de que todo el suroeste peninsular llegó a estar en situación de riesgo por lluvia, viento y fenómenos costeros.

Los números de Bernard: 80 litros por metro cuadrado, 131 km/h, dos mil incidencias y 2 víctimas mortales

Lo cierto es que es probable que incluso los escenarios más severos se quedaran cortos respecto a los impactos sobre el territorio andaluz. Los más de 80 litros por metro cuadrado medidos en menos de tres horas en la mayor parte del litoral onubense dan buena cuenta de la intensidad del episodio. Lluvias que además fueron acompañadas de importantes rachas de viento de unos 100 km/h en las principales zonas afectadas. Desde Huelva hasta Córdoba, pasando por Sevilla y Cádiz, toda la depresión del Guadalquivir tuvo en el fuerte viento el principal fenómeno adverso del episodio. Bernard llegó a dejar rachas de hasta 131 km/h en la sevillana Fuentes de Andalucía y de 128 km/h en la capital cordobesa, convirtiéndose en la racha de viento más elevada jamás medida en el observatorio meteorológico cordobés.

Unos vientos que llegaron a ser de “carácter huracanado”, tal y como recoge la escala de Beaufort. Una escala que va del 0 al 12, y que sitúa en lo más alto a los vientos por encima de los 118 km/h, capaces de provocar el desplazamiento de vehículos, voladura de árboles, casas, techos y personas. Más de 2000 son las incidencias que los servicios de Emergencias 112 de Andalucía habían gestionado hasta la mañana del lunes 23. Entre ellos, una infinidad de árboles caídos, desprendimientos, voladuras, cortes de carreteras y hasta de la autovía A4, interrupción de servicios ferroviarios convencionales en las provincias de Huelva, Cádiz, Sevilla y Córdoba, y un saldo de dos víctimas mortales en la localidad onubense de Trigueros y en Córdoba capital, y al menos dos heridos por accidentes achacables al temporal.

A falta de que estudios posteriores determinen si Bernard fue o no un sistema de características tropicales, los impactos generados sobre el occidente andaluz y los valores meteorológicos registrados son propios de fenómenos atmosféricos muy severos. Fenómenos que por extensión de dichos impactos, hacen pensar en otros de latitudes ajenas a la Peninsular. Puede que, tal y como apunta el doctor en Física, meteorólogo y experto en ciclones Juan Jesús González Alemán, tenga en la elevada anomalía térmica superficial que sufre la región atlántica sobre la que se formó Bernard, la principal razón por la que la depresión haya adquirido una naturaleza de carácter tropical.

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