La Semana Santa que ahora acaba nos ha dejado un sabor de boca agridulce por lo que pudo ser y no fue. Eso sí, a diferencia de 2020 ésta se ha podido vivir con cierta normalidad, sin procesiones en las calles, pero con multitud de personas que visitaron los templos donde residen las distintas hermandades. Circunstancia ésta que sumada al buen tiempo predominante durante toda la semana ha propiciado que bares y restaurantes hayan tenido una gran actividad a lo largo de estos días. Sin embargo, el cierre perimetral de las distintas provincias, así como la imposibilidad de acceder a la comunidad andaluza, ha hecho que los datos sigan siendo negativos ante la inexistencia de turistas.
Para Francisco de la Torre, presidente de la Asociación Cordobesa de Hostelería y Turismo (Hostecor), los hosteleros más damnificados con toda esta situación son los del casco histórico, entorno por el que se desarrollan las procesiones de Semana Santa. “Los más damnificados, por supuesto, son los compañeros del casco histórico, a los cuales el cierre perimetral les ha hecho mucho daño”, destaca a CORDÓPOLIS. Una tesitura que es algo más benévola en el caso de los hosteleros que cuentan con terrazas. “Los compañeros que por suerte disponen de terrazas y veladores no es que les esté yendo muchísimo mejor, pero es verdad que pueden trabajar con un poquito más de facilidad, ya que los clientes están demandando las terrazas”.
Tras dos años sin procesiones de Semana Santa por las calles de la ciudad, los ingresos del sector de la hostelería se han visto muy mermados. “Hay que tener en cuenta que estamos ante nuestra segunda temporada alta sin poder trabajar con normalidad. Por lo tanto, nuestra facturación con respecto al año 2019 (el último año con normalidad), está en torno a un 60 % menos”, comenta de la Torre. Ante esta delicada situación, desde Hostecor reclaman que de una vez por todas se concedan las ayudas que hagan que el sector pueda seguir adelante. “Seguimos escuchando a bombo y platillo que van a llegar las ayudas -que por supuesto por la cuantía son escasas e insuficientes- pero no hemos recibido nada”, lamenta.
De cara a 2022, Francisco de la Torre es optimista, aunque cree que todo irá en consonancia con el nivel de vacunación. “Yo la esperanza nunca la pierdo. Es verdad que las cifras de vacunados que íbamos a tener para abril-mayo, según el Gobierno central, ya no se van a cumplir por lo que creo que hasta el último trimestre del año no llegará la famosa inmunidad de rebaño. Espero y tengo toda la fe puesta en que para 2022 tendremos ya nuestra normalidad absoluta, comenzando desde las Navidades hasta nuestro mayo festivo”. Es por ello que el presidente de Hostecor no quiere ni plantearse la posibilidad de un tercer año sin procesiones de Semana Santa. “Tres años sin Semana Santa sería la ruina para todos, ya no sólo para el sector turístico sino para Córdoba en general. Ten en cuenta que cuando hablamos de hostelería también estamos hablando de las ganaderías o los agricultores que nos surten de materia prima. Si la hostelería se queda dañada y tocada de esa forma, Córdoba pasaría por dificultades grandísimas, sobre todo en el tema del paro”.
Ante esta situación, Francisco de la Torre cree que debemos mirar hacia el futuro, preparándonos para cuando la situación sea más propicia. “Córdoba tiene que empezar a hacer promoción, promoción y promoción. Sólo así, cuando empiece a haber algo de normalidad, podremos estar en los primeros puestos de salida, ya que en nuestra ciudad tenemos los ingredientes perfectos para atraer al turismo (la cultura, la gastronomía, el clima…) y eso hay que promocionarlo desde ya”, concluye.
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