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Esto es lo que hay en el Córdoba

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Paco Merino

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Un núcleo duro de la hinchada tan sensibilizado como escaso, un equipo con buena pinta pero rendimiento discreto, un objetivo inaplazable -huir de la Segunda B- y una situación institucional que es una colección de incertidumbres. Esto es lo que hay. Y una ruina gorda, también. Como se ha encargado de pregonar por voluntad propia en el escaparate mediático nacional un Córdoba que está en proceso de venta -de la unidad productiva- y que aguarda pretendientes. Será difícil que haya quien puje por la propiedad de un producto que en lugar de mostrar sus partes más seductoras pone en el foco sus miserias y taras.

Pero quién sabe. En la megafonía, el speaker ponía a tope el Infinity de Guru Josh, un hit de los 90 para lanzar un guiño al grupo empresarial del mismo nombre que con dinero de un fondo de Baréin quiere tomar el control en la casa blanquiverde. Así están las cosas en este bendito club, cuyas citas con el calendario han pasado de ser en los últimos tiempos un suceso accesorio; lo que llama la atención del personal es qué va a pasar con este Córdoba. Quién pilotará el proyecto, quién pagará los sueldos y quién invertirá en reflotar a un histórico en horas bajísimas.

Esta vez le tocó sufrir en casa, como siempre lo hizo. Otras veces ganó, pero esta vez se tuvo que conformar con amarrar un punto ante un adversario que ocupa puestos de descenso. Esto es la Segunda B, amigos. Todos en el Córdoba habían advertido de la pericia del Mérida a la hora de armar su defensa. Es exactamente lo que hizo el equipo de Merino. Lo sabían, pero no hubo manera de desactivarles. El conjunto romano se puso por delante y se parapetó alrededor de su área para contener las acometidas del Córdoba, que fueron continuas pero sin rotundidad.

Agné no está para experimentos. Fidel Escobar regresó de su estancia con la selección panameña y entró directamente en el once titular formando pareja de centrales con el dinámico Djetei. En el flanco izquierdo entró, después de seis semanas fuera por lesión, el único lateral zurdo puro del plantel: Jesús Álvaro. También retornó Miguel de las Cuevas, un futbolista referencial que ha venido comportándose -como casi todo el equipo- de un modo errático. Fueron las tres novedades de un Córdoba obligado por las circunstancias.

Se plantó el cuadro anfitrión con efervescencia, metiendo balones a De las Cuevas y sobre todo a Javi Flores para que inventasen algo más allá del catecismo de la Segunda B, donde el primer mandamiento es el orden defensivo -concentración y voluntad- y el segundo la construcción del ataque más por insistencia que por ingenio. Ahí es donde el Córdoba tiene elementos capaces de marcar diferencias. Los extremeños, claro, lo sabían. Así que se aplicaron en las marcas a los hombres más creativos.

El Mérida se dejó hacer. Su propuesta fue la de cualquiera que se presente en El Arcángel en este curso, donde desde el saque inicial ya tiene algo que defender.

Al cuarto de hora, Javi Flores metió un buen centro al área y De las Cuevas, sin marca, realizó bien el gesto pero su cabezazo le salió flojo. Javi Sánchez, meta cordobés del Mérida que pasó por la cantera blanquiverde, blocó la pelota. Dos minutos después, un jugadón de Flores acabó con un pase atrás de Jesús y un deficiente remate en el área de José Antonio González.

El Córdoba controlaba la situación, pero le hicieron sangre en el primer golpe. Cristo, que había salido al campo a los nueve minutos para suplir a Gaspar por lesión, cazó la pelota en una desaplicación defensiva y se marchó hacia la meta de Isaac Becerra, al que burló con una vaselina cuando el catalán estaba a media salida. El 0-1 sacó los ánimos más desesperados de la grada y los de Agné apretaron. Jesús Álvaro pudo empatar en un disparo en carrera tras recibir un centro en globo de Fernández.

El Mérida, con mucha gente atrás y sin contemplaciones a la hora de sacarse el balón de encima, aguantó hasta el intermedio con su ventaja de 0-1 frente a un Córdoba que reeditaba sus tradicionales problemas para generar peligro real más allá del sobeteo del balón en los alrededores del área.

Con la entrada de Novaes por Ortuño tras el descanso, Agné buscaba un modo de reactivar el ataque. El brasileño lo intentó en el primer balón que tocó, pero su disparo se estrelló en el cuerpo de un defensa. La barraca saltó en el minuto 56 por la vía de la estrategia. Botó un córner muy cerrado De las Cuevas y Djetei, que saltó en el primer palo, tocó con el moño para despistar a Sánchez y fijar un 1-1 que desató la algarabía en El Arcángel.

El Mérida sacó a otro cordobés, Antonio Pino, para frenar a un conjunto local que iba ya con los dientes apretados y el gesto torvo. La hinchada empezó a cantar el himno. El Arcángel aguantó la respiración en el minuto 71, cuando Cristo agarró el balón completamente solo delante de Becerra. El emeritense se ayudó con el brazo para el control y el árbitro lo vio. El suspiro de alivio fue monumental en la grada, similar al que se produjo a falta de un cuarto de hora cuando Fidel Escobar estuvo a punto de introducir en su propia puerta el balón tras un centro de Melchor.

Agné metió en el campo a Vera, delantero del filial promocionado hace un par de semanas, para abordar un tramo final de presión y nervios. El punta de Santaella pegó un furioso zurdazo en su primera acción y la pelota se perdió lejos del destino buscado. El Córdoba lo intentaba con tanto entusiasmo como falta de concreción. Aparecían futbolistas, pero sus movimientos estaban más guiados por la prisa que por esos automatismos que se producen de manera natural en los grupos cohesionados. Difícil que eso se dé en un Córdoba que viene siendo una pasarela en la que entran y salen jugadores -y entrenadores- a un ritmo tragicómico.

Vera, en el tiempo añadido, se vio solo delante de Javi Sánchez tras un pase de Flores y la tocó hacia el lado para que despejaran los tres del Mérida que tenía encima. El canterano se echó las manos a la cabeza. Como todo el mundo cuando el árbitro pitó el final de un partido que confirmó que no basta con el deseo.

FICHA TÉCNICA

CÓRDOBA, 1: Isaac Becerra, Fernández, Djetei, Fidel Escobar, Jesús Álvaro, Imanol García, José Antonio González, Zelu (Vera, 77'), Javi Flores, De las Cuevas y Juanto Ortuño (Gabriel Novaes, 46').

MÉRIDA, 1: Javi Sánchez, Melchor, Mario Gómez, Emilio Cubo, Héctor, Del Castillo, Santi Villa, Mena, José Gaspar (Cristo, 9'), Obama (Salvi, 89') y Espinar (Antonio Pino, 57').

ÁRBITRO: Martínez Montalbán (Comité Murciano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Zelu y Javi Flores y a los visitantes Emilio Cubo y Cristo.

GOLES: 0-1 (28') Cristo. 1-1 (56') Djetei.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada del grupo IV de Segunda B, disputado en El Arcángel ante 8.551 espectadores. En el descanso salieron al campo los jugadores del Córdoba CF que participan en LaLiga Genuine, para personas con discapacidad intelectual.

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