Guerra de trincheras: gana el Córdoba
Ahora los jugadores se miran a los ojos y se entienden. Confían en el que tienen al lado. El Córdoba ha empezado a defender de manera decente cuando ha encontrado un buen botín que proteger: la esperanza en la salvación. Ahora lo tienen en la mano porque, por fin, consiguieron detener un ritmo tragicómico de tantos encajados. Fueron durante meses el equipo más goleado de toda la Segunda División. Ya no lo son. Sandoval encontró la fórmula para dotar de solidez a una retaguardia que rinde por encima de los cambios. Nadie llora las ausencias. “Sé que los que salen al campo van a estar al nivel de los compañeros”, apuntó el técnico de Humanes en una de las múltiples intervenciones esta semana en su tournée por los medios. Es el hombre de moda. Ya le preguntan hasta por su renovación. Todo se andará. De momento, Sandoval tiene una tarea que terminar. Está en ello. Este próximo domingo, en León, su Córdoba puede abandonar los puestos de descenso directo después de seis meses enquistado en el vagón de los peores.
Sandoval ha utilizado a todos los jugadores disponibles en las posiciones defensivas. Y el equipo no se ha resentido en absoluto. En las dos últimas jornadas ha reformado la línea por completo debido a ausencias por lesión y sanción. Ante el Sevilla Atlético recuperó a Josema, que llevaba sin competir desde finales de noviembre del año pasado, y el central murciano estuvo en un buen tono. Cuando la máquina funciona, el cambio de piezas apenas se nota. Al lado de Josema estuvo en el centro Jesús Valentín, con Caro en una banda y Galán en la otra. Hubo puerta a cero y victoria sin paliativos ante el Sevilla Atlético por 3-0.
Fue la cuarta vez en diez partidos que el Córdoba se queda sin recibir tantos durante los diez partidos con José Ramón Sandoval. El promedio de goles recibidos ha bajado: en total ha recogido ocho veces el balón del fondo de su portería. Menos de uno por partido. Un milagro para un equipo que padecía goleadas y cuya retaguardia era una tómbola en la que el rival siempre se llevaba algunos regalos. En la etapa de Sandoval, el cordobesista es el sexto equipo entre los que más goles encajan. Todo un éxito. Solo le mejoran Sporting de Gijón, Albacete, Cádiz, Osasuna y Numancia; todos ellos, salvo los manchegos, equipos de play off de ascenso a Primera.
Para el partido en León volverá a haber modificaciones en la trinchera. Pawel Kieszek es inamovible. El guardameta polaco está siendo uno de los grandes protagonistas del curso. En el banquillo podrá estar de nuevo Stefanovic, que cumplió su sanción. Ahí no hay debate. Sí puede suscitarse controversia a la hora de componer el puzzle en las otras posiciones. Vueven a estar activos Aythami Artiles y Miguel Loureiro, que la semana pasada se quedaron de descanso obligado por sanción. El canario es un puntal determinante y el gallego se hizo con la plaza de lateral en propiedad después de batallar contra la falta de oportunidades durante todo el campeonato. Carrión, Merino y Romero no le hicieron ni caso. Sandoval le rescató y el ex del Pontevedra llegó a desbancar a José Manuel Fernández, canterano y capitán.
En el entrenamiento del martes se ejercitó al mismo nivel que sus compañeros Álex Quintanilla, cuya lesión requería en principio un par de semanas de recuperación. El fornido zaguero vasco podría volver antes de tiempo. En la izquierda parece dijo Javi Galán, ya acoplado a una demarcación en la que también tuvo sus minutos Javi Noblejas. Lo dicho: todos los miembros del plantel profesional tuvieron su momento. Y de la competencia interna nació la eficacia. Habrá que ver qué hace Sandoval. El cerrojo le ha funcionado con todos los que ha ido colocando. Los llegados en el mercado invernal, todos ellos sin minutos de juego en sus equipos -algunos, como Quintanilla, ni siquiera tenía dónde disputarlos-, enfocaron su hambre de competición en el desafío del Córdoba. Y ahí están los resultados.
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