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— ElPozo Murcia - Córdoba Futsal

El Córdoba Patrimonio se mantiene férreo para sumar un punto de oro ante ElPozo Murcia

Con una actuación marcada por la firmeza defensiva, la fe inquebrantable y una notable capacidad de sufrimiento, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad sumó un punto de oro este sábado en la siempre complicada pista de ElPozo Murcia. Los de Ema Santoro se mantuvieron férreos en su planteamiento y en su espíritu competitivo pese a verse dos veces por detrás en el marcador -primero con un gol tempranero y luego con un desafortunado autogol- y superar incluso un gol fantasma no concedido. El equipo tiró de carácter y encontró la forma de igualar por medio de Mareco y Titi del Rey para asegurar un empate trabajado, merecido y muy valioso ante uno de los gigantes de la liga.

El partido arrancó con un mazazo terrible para los intereses del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Sin tiempo para nada, cuando apenas habían transcurrido unos segundos de juego, Felipe Valerio adelantaba a ElPozo Murcia, que incluso estrelló un balón en el larguero en estos primeros compases de juego, sometiendo a los blanquiverdes a un agobio inicial donde Fabio tuvo que multiplicarse con dos paradas consecutivas bajo palos. Y es que el conjunto charcutero salió a morder, buscando sentenciar desde el vestuario, pero se encontró con un equipo, el de Ema Santoro, que no bajaría los brazos tan fácilmente.

Sin embargo, la reacción cordobesa no se hizo esperar y fue contundente. A partir del minuto 6, con la irrupción de Kauê y las incorporaciones al ataque del portero, el Córdoba Patrimonio le dio la vuelta a la dinámica, empezó a dominar y a generar peligro constante sobre la meta de Edu Sousa, rozando el empate en un despeje casi suicida de Gadeia. Pero el momento clave y polémico llegó en el minuto 8: un potentísimo disparo de Arnaldo Báez se estrelló en el larguero y botó sobre la línea, en un gol fantasma que los colegiados no concedieron, de manera acertad como se apreció posteriormente. El empate, que parecía justo por el cambio de guion, se le negaba al Córdoba Patrimonio de forma controvertida.

A raíz de esa jugada, el encuentro se convirtió en un vibrante intercambio de golpes con ocasiones muy claras para ambos bandos. Marcel perdonó para ElPozo en una contra que salvó Fabio; Kaue fabricó un pase de la muerte que Gadeia desvió in extremis y luego falló la más clara para los blanquiverdes en un mano a mano que se fue fuera por poco tras una gran jugada individual. No obstante, Fabio se erigió en protagonista con un paradón monumental a bocajarro a Marlon, manteniendo con vida a su equipo. Además de ello, ambos porteros tuvieron intervenciones de mérito, y antes del descanso, Cejudo y Titi volvieron a rozar el gol para un ElPozo que vio cómo el Córdoba, pese al golpe inicial y la polémica, le había plantado cara con orgullo y ocasiones para haberse ido, como mínimo, con el empate al intermedio.

La segunda mitad mantuvo la tónica de igualdad e intensidad, con los porteros volviendo a ser protagonistas. Fabio se agigantó en el minuto 24 con una parada espectacular, firme como una estatua con la figura de la cruz para negar el gol local, mientras que Edu Sousa respondió poco después con un paradón a un latigazo de Lluc. Pero el Córdoba seguía creyendo, empujando, buscando las fisuras de un ElPozo que no encontraba la fluidez de otros días. Y tanto fue el cántaro a la fuente que acabó por romperse: en el minuto 29, una genialidad de Aranda, que recortó con clase y cedió atrás, acabó con un remate de Mareco, casi sin querer, que supuso el merecido 1-1. El tanto hizo estallar de júbilo al único y solitario aficionado cordobesista presente en el Palacio, mientras empezaban a oírse los primeros pitos de la grada local.

Con el empate, el Córdoba Patrimonio olió la sangre y se lanzó a por la victoria. El vendaval blanquiverde rozó el segundo gol cuando Mykytiuk, en el minuto 31, soltó un disparo seco desde fuera del área que se estrelló violentamente contra el larguero de la meta defendida ahora por Juanjo Angosto. No sería la única ocasión clara: Juanjo tuvo que emplearse a fondo poco después, deteniendo disparos peligrosos de Arnaldo Báez y otro trallazo escorado de Mykytiuk, mientras Kaue volvía a acariciar el gol con un remate a la media vuelta que rozó la cepa del poste. Sin embargo, cuando mejor estaban los de Josan, ElPozo tiró de estrategia con portero-jugador (Gadeia) y la fortuna se alió con los locales: un intento de pase filtrado de Valerio en el minuto 36 fue desviado por Mareco con tan mala suerte que el balón se coló mansamente junto al palo de Fabio. Un 2-1 cruel e inmerecido para los méritos cordobeses.

Lejos de venirse abajo, la reacción del Córdoba fue inmediata y valiente. Ema Santoro no dudó y puso a Titi del Rey como portero-jugador. Y la apuesta no pudo salir mejor: apenas un minuto después del gol local, una perfecta jugada colectiva culminó con un pase de la muerte de Gui Santos al segundo palo donde Titi, incorporado al ataque, remató a placer para poner el 2-2. El tramo final fue agónico, con ambos equipos buscando la victoria y ElPozo volviendo a usar el portero-jugador. Arnaldo Báez se vistió de héroe en el minuto 38, salvando un gol cantado de Ricardo bajo palos con Fabio ya batido, y Murilo casi sorprende desde su campo en la última acción. Finalmente, el marcador no se movió más y el Córdoba Patrimonio firmó un valiosísimo y trabajado empate a dos.

Punto de oro, no tanto por lo que significa sino por el transcurso del partido, en una de las pistas más complicadas de la liga, tras un partidazo lleno de alternativas, polémica y unos minutos finales no aptos para cardíacos. Punto que, incluso, sabe a poco viendo cómo el Córdoba Patrimonio de la Humanidad ha vuelto a hacerse gigante contra uno de los históricos de la Liga Nacional de Fútbol Sala. Y punto que, a su vez, sirve para que el combinado blanquiverde se instale en los 33 puntos, 8 más que el descenso y 4 menos que el play off, cuando apenas restan 3 jornadas para el final de liga. Los de Ema Santoro siguen soñando con una machada final que despierte la ilusión en una ciudad deseosa de sueños.