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La consolidación del bloque, piedra angular del Córdoba Patrimonio

Celebración de la permanencia en Jaén

Rafael Ávalos

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Se quedan, entran, salen… El mercado de fichajes siempre es atractivo. La afición de cada club alivia la ausencia de competición a golpe de fichajes, bajas y demás cada verano. Pero hay ocasiones en las que resulta más favorable no tocar demasiado eso que funciona. O aquello que puede mejorar sustancialmente con tiempo. Ahí surge la aparente inmovilidad del Córdoba Patrimonio de la Humanidad de cara a la próxima temporada. Un hecho éste que tiene sencilla explicación y gran fundamento. No tiene otra intención el conjunto blanquiverde que mantener el grupo de jugadores que en la anterior campaña lograran una meritoria -mucho más de lo que pueda pensarse sin análisis- permanencia en Primera. Básicamente, el club cree en el asentamiento de su proyecto para continuar con su línea de crecimiento.

La consolidación del bloque, ésta es la piedra angular de la entidad presidida por José García Román para el curso 2021-22, su tercero histórico y consecutivo en la llamada mejor liga del mundo. Aunque en realidad es la clave para un futuro mayor, más allá del cortoplacismo. El planteamiento del club apenas varía respecto del pasado, desde su origen, ya que siempre introdujo cambios en la plantilla pero nunca con excesos. Sí hubo alguna que otra temporada con más movimientos. Resulta lógico cuando estos se producen ante nuevos retos, que además son más complicados que los conocidos. Tal y como sucedió a lo largo del verano de 2020, vaya. Se hacía necesario el refuerzo del equipo para no pasar apuros e incluso dar un paso al frente y se intervino. Ahora es diferente, ya que los cimientos están puestos.

El Córdoba Patrimonio de la Humanidad cerró el último campeonato en decimotercera plaza y no certificó la salvación plena hasta el último encuentro. Quizá haya quien diga que no es para tanto. Lo cierto es que el logro va mucho más allá de lo que parezca señalar la clasificación definitiva. Porque el cuadro califal aseguró su presencia un año más en la máxima categoría en una competición con más rivales y un insólito lugar de play out, con un equipo en formación en un período difícil por la crisis de la Covid-19, una pandemia que le ocasionó hasta nueve aplazamientos y las consiguientes falta de regularidad y modificación constante de calendario… A pesar de todo ello, el conjunto blanquiverde fue capaz de sumar 11 triunfos, como si fuera fácil, y se permitió el lujo de arrodillar a adversarios como el Barça, el Jimbee Cartagena o el Levante.

A modo de síntesis, la escuadra dirigida por Josan González dio muestras de que sin tantos condicionantes externos quizá habría completado un curso más brillante aún. Y dejó la sensación de que el impulso definitivo es probable no muy lejos en el tiempo. De ahí que el Córdoba Patrimonio de la Humanidad haya apostado por la continuidad de la inmensa mayoría de su plantilla. Para ser más exactos, la entidad ha renovado a ocho futbolistas y salvaguardado a otros tres, los que tenían contrato. Sólo han salido cuatro jugadores, aunque sus despedidas han sido dolorosas -sobre todo la de Manu Leal, el capitán y la mayor leyenda deportiva de los blanquiverdes-. Los números se traducen en otro que es porcentual: el cuadro califal encara la campaña 2021-22 con el 73,33% de integrantes del curso anterior.

Quiere decir que el técnico, Josan González, tiene en su plantel a tres cuartos de los jugadores que estuvieron en el precedente. Pero el dato es mejor si se acude a los guarismos actuales: con 11 futbolistas de la pasada campaña de los 14 que tiene en nómina, el club afronta la siguiente con un 78,57% de efectivos conocidos. Dentro del grupo, para esquivar la frialdad de los dígitos, los más veteranos son Jesús Rodríguez y Cristian Ramos. Ambos van a cumplir la séptima y quinta temporada en la entidad, respectivamente, y van a ejercer como capitanes. Y a ellos se suman otros dos que ya tienen cierto grado de antigüedad. Son Pablo del Moral y Zequi, que se hallan ante su tercer campeonato como califales. Ahí podría entrar Shimizu, pero lo suyo hasta ahora es un curso y medio. Por si fuera poco, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad ha sabido manejarse bien en el mercado para cerrar tres incorporaciones que a priori van a actuar de refuerzos: el brasileño Álex Viana, el internacional Miguelín y el cordobés Ismael López. Con este último se da otro punto a favor pues ya compitió en Segunda con el conjunto de Vista Alegre. No viene de nuevas, vaya.

Con todo, la teoría no sirve de nada sin la práctica. Esto no es otra cosa que trabajo y constancia. Dos aspectos que no le faltan a la escuadra blanquiverde, que ahora tiene como objetivo alcanzar la mayor compenetración posible en su vestuario de cara a su tercer estreno en Primera. Por ello, el Córdoba Patrimonio de la Humanidad va a llevar a cabo una pretemporada de dos meses casi redondos. El equipo dirigido por Josan González regresa a la pista el 10 de agosto y entonces comienza una primera carrera antes de la principal, que es de fondo -en símil con el atletismo-. La pretensión es, en efecto, adentrarse en el campeonato de la considerada mejor liga del mundo en un estado óptimo. De esta forma, debe ser más sencilla y rápida la adaptación de todas las piezas y el conocimiento de los mecanismos.

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