El Festival de la Guitarra lleva desde 2018 sin superar la barrera de los 25.000 espectadores

El Festival de la Guitarra de Córdoba, uno de los festivales de música más antiguos de España, no logra remontar el brillo de sus mejores años. Nadie puede decir que la pérdida de interés sea algo imputable a los últimos años, aunque los datos de espectadores sí que reflejan un declive muy notable desde el año 2018, fecha en la que se superaron por última vez los 25.000 espectadores.
Aquel año, de hecho, fueron más de 31.000 los asistentes a los conciertos. Y fue una edición con polémica, ya que algunas cabeceras locales cargaron contra el concierto que ofrecieron Kiss en la plaza de toros de Córdoba, y que fue uno de los más exitosos que se recuerdan.
Este año 2025, la tarea de sacar adelante el festival no ha sido menos compleja. Probablemente lo haya sido más. El gerente, Luis Flores, llegó el año pasado, con la edición de 2024 ya montada, y poco después se quedó sin directora de Programación, por lo que él mismo ha tomado las riendas del festival, introduciendo varios cambios que han tenido respuesta positiva en una buena media de entrada por concierto, así como a la hora de establecer la idea de que menos puede ser más (es el primer año en mucho tiempo que no todos los días se abren los tres teatros, evitando así algunos aforos verdaderamente difíciles de defender). También ha vendido el festival con mucha más antelación, ofreciendo los nombres a sorbitos hasta confeccionar un cartel que ha acabado con cuatro llenos absolutos (el doble de los que hubo en 2024).
Todo ello en una situación compleja. Porque, más allá de nombres, géneros o estilos, la primera edición del festival Córdoba Live ha hecho que muchos cordobeses tengan que elegir entre unos conciertos u otros no en función de sus gustos, sino de su economía. Y, aunque no era el primer año que el Festival de la Guitarra competía con una cita privada (Grupo Mundo llevaba varios años programando conciertos los sábados de julio), lo que no es tan habitual es que hubiera competencia incluso en días entre semana, y con nombres que perfectamente habrían podido encajar en la filosofía de una cita que ha tenido un presupuesto muy pequeño (apenas un millón de euros) si se compara con otros eventos similares.

Dos décadas de festival
En este contexto, el IMAE ha sacado adelante su edición cerrando con 22.539 espectadores, lo que ha supuesto un leve retroceso respecto a los 24.242 del año anterior, pero, sobre todo, unos datos de asistencia que siguen muy por debajo de los registros históricos del festival.
Esta caída se enmarca en una tendencia sostenida desde la entrada del Partido Popular en el Gobierno municipal en 2019 con José María Bellido como alcalde. Bajo su mandato, el certamen no ha logrado recuperar el brillo de una cita que, en las últimas dos décadas, ha vivido altibajos notables, pero nunca caídas tan sostenidas.
Entre los datos que aporta la propia web del festival y los datos ofrecidos en la prensa loca, se puede trazar la evolución del festival hasta el año 2007. Y, con esas casi dos décadas de análisis, se aprecian claramente dos etapas diferenciadas: entre 2007 y 2018, el festival promedió 26.097 espectadores por edición, con momentos especialmente notables como los 40.547 asistentes de 2010 —el techo histórico del festival— o los 30.000 superados en 2018. Durante ese periodo, el festival mantuvo una salud de público robusta, con apenas dos ediciones por debajo de los 22.000 asistentes.
En cambio, en el tramo comprendido entre 2019 (el último año programado por el PSOE, aunque Bellido fuera ya alcalde) y 2025 —exceptuando 2020, año sin festival por la pandemia—, la media de espectadores se ha desplomado hasta los 19.197. Esta cifra refleja una pérdida de más de 7.000 personas por edición respecto al periodo anterior.
Si se afina el análisis aún más, segmentando los datos por los diferentes gobiernos municipales que han dirigido el Ayuntamiento de Córdoba, el descenso es aún más evidente.

Media de espectadores por periodo de gobierno municipal
- 2007–2011 | Gobierno Rosa Aguilar (IU + PSOE) / Gobierno Andrés Ocaña (IU) - Media de espectadores: 29.119
El festival vivió algunos de sus mejores años, consolidándose como una referencia cultural tanto en Córdoba como a nivel nacional. La edición de 2010, que fue el 30 aniversario, marcó un hito histórico con más de 40.000 asistentes. Cada año del mandato superó holgadamente los 24.000 espectadores.
- 2012–2015 | Gobierno PP (José Antonio Nieto) - Media: 22.859
El cambio político se tradujo en una bajada notable, aunque lo que más se notó entonces fueron los recortes económicos derivados de la crisis económica, que fueron especialmente duros en ese mandato. A pesar de ello, el festival mantuvo cierta estabilidad, pero con cifras más contenidas, especialmente en 2014 (19.200), una de las más flojas de la serie.
- 2016–2019 | Gobierno PSOE-IU (Isabel Ambrosio) - Media: 24.688
Esta etapa representó un leve repunte, con una recuperación progresiva hasta el boom de 2018 (31.000), que fue seguido, sin embargo, de una caída brusca en 2019 (24.618).
- 2021–2025 | Gobierno de José María Bellido (PP + Cs)/ PP - Media: 18.113
El periodo más débil de todos en cuanto a asistencia. Aunque la pandemia explica el desplome de 2021 (solo 9.100 entradas), la lenta recuperación posterior no ha permitido al festival alcanzar ni siquiera los 25.000 espectadores, y en ninguna edición se ha superado la media histórica general.

La rentabilidad
A pesar del análisis triunfalista que hicieron el alcalde de Córdoba, José María Bellido, y la concejala de Cultura, Isabel Albás, los datos señalan que la asistencia al Festival de la Guitarra se ha estancado muy por debajo de sus mejores marcas, en un momento en el que, como el propio Bellido dice, el turismo de festivales no para de crecer en toda España.
Es cierto que la tendencia descendente, salvo la efímera excepción de 2018, se inició antes de la llegada de Bellido al Ayuntamiento, cuando ni siquiera existía una competencia tan fuerte como la que va a tener a partir de ahora. Además, los responsables tendrán que defender pronto en el Consejo Rector la rentabilidad de los 22.539 espectadores respecto al gasto que han supuesto muchos de los conciertos.
Todo ello frente a un público, el cordobés, que siente esta cita como propia y que, con mayor o menor interés, siempre vive con bastante pasión los éxitos o estancamientos de uno de los festivales más veteranos de España.
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