De Fermín a Nabil: una historia para contarla
Córdoba pudo ver a su equipo ganar un partido en Primera en casa después de más de cuatro décadas | La nueva generación ya tiene un recuerdo
Muchos chavales de los que desafiaron el intenso frío de la Noche de Reyes para sentarse en El Arcángel tendrán algo que contar en el futuro. Primero, a sus amigos. Más tarde a sus hijos y, quizá, a sus nietos. Durante más de cuatro décadas no se vio en Córdoba un triunfo del equipo representativo de la ciudad en Primera División. Una tarde de mayo de 1972, el equipo blanquiverde -que ya había descendido en la jornada anterior-, protagonizó el que siempre ha sido -y seguirá siendo, por múltiples razones- su encuentro más célebre. Ya saben. Córdoba-Barcelona, penúltima jornada de la 71-72. Penalti dudoso a Manolín Cuesta que lanza Fermín y bate al cordobés Miguel Reina, portero del conjunto culé. El Real Madrid salió directamente beneficiado y acabó proclamándose campeón. Luego el Córdoba, con la suculenta prima blanca en el bolsillo, terminó su paso por la élite en Los Cármenes. Perdió ante el Granada y se marchó del cielo para nunca más volver. Hasta ahora. Y el destino ha querido que sea precisamente ante los nazaríes cuando el sabor del triunfo se vuelve a paladear a orillas del Guadalquivir.
Los reyes de la noche fueron Nabil Ghilas y Florin Andone, un argelino y un rumano, dos tipos peculiares que aterrizaron aquí como podían haberlo hecho en otro sitio. A uno lo descartó el Oporto y el otro no terminó de cuajar en el filial del Villarreal. Pero anoche estaban en El Arcángel con la camiseta del Córdoba. Ambos honraron el oficio y cumplieron con la misión que les habían encomendado. Dos delanteros, dos goles. Uno por cabeza. Ghilas se marchó del campo lesionado y entre ovaciones. También escuchó la banda sonora del agradecimiento Florin, que dejó su sitio a Xisco. La gente del Córdoba aprecia a futbolistas como ellos, que exponen todo lo que tienen aún a riesgo de quedar en evidencia. Los héroes de la primera victoria en Primera fueron ellos. Sus nombres serán pronunciados en el futuro muchas veces, tantas como quieran los 13.092 espectadores que estuvieron en El Arcángel y que podrán contar que ellos vieron ganar al Córdoba. Para muchísimos era la primera vez. Sólo algunos socios con solera se miraban con complicidad, sabiendo que precisamente en esta Noche de Reyes se cerraba un círculo de 42 años. De Fermín a Nabil y Florin.
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