La dignidad y otras cosas importantes

Podía haber ocurrido otra cosa. Un milagro, por ejemplo. Pero pasó lo que tenía que pasar. El Cajasur Córdoba Balonmano terminó su camino en la Copa del Rey tras perder ante el Guadalajara, de la Liga Asobal, en el Palacio de Deportes Vista Alegre. Nunca un equipo de la máxima categoría había pisado la instalación más emblemática de Córdoba capital para disputar un partido oficial ante una escuadra local. Fue, desde ese punto de vista, una cita histórica. Pero más allá de la estadística -y sus mensajes para reflexionar-, el duelo entre el CBM y el cuadro alcarreño estuvo marcado por la emoción. No por el marcador, que siempre fue ventajoso para los visitantes, sino por las especiales circunstancias en una tarde en la que se mezclaron el orgullo y la nostalgia. El equipo granate perdió el partido, pero no acabó derrotado. Los alcarreños marcaron más goles y se comportaron como debían: su superioridad fue manifiesta en la cancha desde que el balón se puso en juego. Los hombres de Jesús Escribano, sin embargo, jugaron sin bajar la cabeza. El aplauso que el público les brindó al final fue una recompensa a su sudor pero también un autohomenaje para el que posiblemente sea -cuando quieran nos sentamos y hablamos sobre eso- el mejor club deportivo de Córdoba.

Con más de medio millar de espectadores en el graderío -y muchos históricos de este deporte entre ellos-, el partido se inauguró con el Guadalajara deseoso de abrir brecha. Lo logró por la inercia de la lógica. Con mucha efectividad en ataque, los de César Montes -un cordobés criado en La Salle y asentado en los banquillos de Asobal- se fueron escapando (3-5, 7-12, 9-16, 11-19 al descanso) sin que el CBM pudiera replicar. La presencia de José Javier Hombrados, una leyenda del balonmano español, en la portería del Guadalajara provocó la admiración de los seguidores locales, que en algunos momentos de la segunda parte llegaron a aclamarle mientras el exinternacional bromeaba con ellos. También se llevó su ración de cariño José Manuel Ramos Padilla, ídolo forjado en la factoría del CBM y ahora con la camiseta del adversario. “Illa, illa, illa. Padilla, maravilla”, le cantaron. No hubo ni asomo de hostilidad en el auditorio, que consciente de que el desenlace estaba cantado se entregó a la fiesta y llegó a hacer partícipes a los contrarios.

Después del intermedio, el Córdoba BM vivió su particular explosión de orgullo cuando el marcador se disparó hasta un 14-25 que auguraba una paliza. Y no quiso. Un parcial de 5-0 para los granates hizo hervir a la grada y provocó una sensación de incomodidad al Guadalajara, que aunque no perdió el control (19-25, minuto 45) quiso reconducir la situación. Montes pidió tiempo muerto, arengó a los suyos y estos apretaron lo suficiente como para elevar de nuevo la renta hasta los diez tantos a su favor (20-30). Hombrados no volvió a salir a la pista, pero sí lo hizo Paco Gallego, un icono del deporte cordobés, un tipo que luce el dorsal que marca su edad (52) y representa a la perfección el espíritu de un club. El sello del CBM estaba en los veteranos como él, en jóvenes talentos que emergen como el internacional juvenil Pablo Martín, en la presencia en el equipo rival de jugadores creados en la entidad granate como Padilla, en la mirada siempre exigente de Antonio Reyes desde el palco o en el recuerdo siempre presente de referencias como Martín del Rosal. El CBM ya no está en la Copa, pero se tomó un buen sorbo de dignidad.

FICHA TÉCNICA

CBM, 24: Alejandro Morón, Julián Portero (3), Juan José Ortega, Leo Ceballos (3), Juan Alfonso Ruano (3), Ramón Fuentes, Pablo Martín -equipo inicial-, Juan Herrera, Francisco Del Águila (3), José Antonio Jiménez (3), Sergio Labraca, Sergio Cabanillas (2), Marko Dzokic (3), Paco Gallego, José Baena (1) y Francisco Manuel Morales (3).

GUADALAJARA, 35: Hombrados, Sergio Mellado, José María Márquez (7), Lucas Benedito (4), José María Bozalongo (3), José Manuel Padilla (2) y Diego Oliva (7) -equipo inicial-, Rubén Estebas (1), Víctor Montoya (3), Alberto Luis Sanz (4), Adrián Eceolaza, Ignacio Moya (3), Daniel Sedano (1) y Mikel Redondo.

ÁRBITROS: Sebastián Fernández y Alberto Murillo.

PARCIAL CADA CINCO MINUTOS: 0-2, 3-6, 5-8, 6-12, 9-15, 11-19 (descanso), 13-21, 18-25, 20-27, 20-31 Y 24-35 (final).

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda eliminatoria de la Copa del Rey de balonmano, disputado en el Palacio Municipal de Deportes Vista Alegre ante unos 600 espectadores.