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Días de exámenes internos y una escala en Lucena

Ferrer, en una sesión de entrenamiento en El Arcángel | ÁLVARO CARMONA

Paco Merino

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La figura de Albert Ferrer se sitúa en el centro el debate en la semana del parón liguero | El equipo blanquiverde jugará cinco años después en Lucena

Ya no es colista de la Liga. El puesto lo ocupa el Deportivo de La Coruña. Y si el Real Madrid se ensaña un poquito más con el Athletic, los blanquiverdes aún podrían haber subido un escalón más en la clasificación. Los de San Mamés salieron escaldados del Bernabéu (5-0) y los coruñeses encajaron una dura paliza ante el Sevilla (4-1). El Córdoba no perdió esta jornada. Sacó un punto del Coliseum Alfonso Pérez (1-1) y le ha servido para mejorar estéticamente en la tabla- suma 4, los mismos que Depor y Athletic- y situarse a un punto de la salvación. Hablar en estos términos puede ser prematuro, pero es lo que hay en El Arcángel. Hasta se especula con la posible destitución de Albert Ferrer. El parón liguero por los compromisos de las selecciones nacionales vendrá marcado por el debate, tan futbolero, de la idoneidad del catalán para pilotar la nave en Primera. El cordobesismo no vive una situación de alarma y, en líneas generales, se acepta como lógica la trayectoria en el arranque liguero: sólo ha perdido el equipo ante el Real Madrid, Sevilla y Valencia. Todos los demás (Celta y Espanyol en casa, Almería y Getafe fuera) los ha empatado. ¿Decepción? Quizá. ¿Desastre? No existe esa sensación, aunque es fácil de propagar tocando las teclas adecuadas. La maquinaria del miedo tiene en Córdoba un efecto históricamente comprobable.

El abrazo que se propinaron en el palco de El Arcángel no denota que exista falta de sintonía entre Carlos González y Albert Ferrer. El presidente y el entrenador del Córdoba escenificaron durante el partido que disputó el filial -ganó 2-1 al Cacereño y sigue en zona de play off, por cierto- una alianza para luchar contra el destino. Que será, si no media una sorpresa -agradabilísima, en este caso-, pelear en el fondo de la clasificación por cada punto como una jauría de perros hambrientos lucha por un trozo de carne. Era el guión previsto y es el que se está cumpliendo, aunque la realidad de la Primera División está desnudando ciertos aspectos que son, realmente, los que siembran inquietud en un sector del cordobesismo.

La utilización de todos los futbolistas disponibles en siete jornadas se ha traducido como una falta de confianza o, peor aún, de criterio para componer una base de equipo. Sólo los lesionados José Carlos y Caballero -y éste ya fue convocado para Getafe tras ocho meses- no han salido al césped. El guardameta Juan Carlos y el central Íñigo López son los únicos que siempre salieron de titulares. El giro de tuerca al sistema, priorizando la seguridad atrás y la presión para salir por encima del toque y la posesión larga, ha dado una nueva dimensión al grupo. La entrada y salida de futbolistas, con cambios de posición y variantes, ha sido una constante. Y las críticas por falta de intensidad y concentración en las salidas a Valencia y Getafe, especialmente duras por parte del propio Ferrer en la sala de prensa del Coliseum Alfonso Pérez, han hecho el resto.

“Cuando hay que poner los huevos, hay que ponerlos. Es falta de concentración y de intensidad. En los últimos minutos, si a uno le toca defender, le toca defender y no hay más. Es ganar esos balones divididos, ser más intenso que el otro, meter la pierna. En el fútbol tampoco hay muchos secretos. Si a veces hay que meterse atrás cinco minutos, hay que meterse atrás y si lo hacemos defendemos todos, porque nos van los tres puntos”. La parrafada ha escocido. Puede incluso que Ferrer lo hiciera para eso. La cuestión es que el Córdoba tiene una semana para reflexionar y afrontar dos compromisos seguidos en casa: Málaga y Real Sociedad. Una oportunidad para sacar la cabeza y respirar que llega ya, tan pronto, con aires de ultimátum.

Mientras tanto, y con jugadores cumpliendo sus compromisos internacionales -el serbio Pantic, con la sub 21, y el japonés Havenaar, con la absoluta-, el Córdoba ha retomado sus entrenamientos este lunes. Tendrá a mediados de semana una cita especial. El conjunto blanquiverde visitará el Estadio Ciudad de Lucena, donde jugará (jueves, 21:00 horas) un amistoso frente al titular de la localidad, que milita en el grupo IV de Segunda B. Ocupan los celestes la quinta posición, justo una por detrás del filial del Córdoba, que está siendo una de las grandes revelaciones del campeonato. La última vez que el Córdoba visitó Lucena fue en 2009, con motivo del Trofeo Feria del Valle. En aquella ocasión, el equipo aracelitano se llevó el galardón en los lanzamientos de penaltis tras un 0-0 sobre el césped artificial de la antigua Ciudad Deportiva. El precedente más cercano está este verano, cuando Lucena y Córdoba se cruzaron en el estadio El Maulí de Antequera. Los de Juan Arsenal se impusieron por 1-0 en un partido bronco. Será un buen test para ver, si nada lo impide, el retorno de Carlos Caballero y algunas pruebas en una línea defensiva que seguirá teniendo cambios obligados. El lateral Crespo se marchó lesionado en Getafe y podría estar un mes de baja.

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