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Los días difíciles del Imdeco

Vecinos de La Fuensanta, en su protesta por la no apertura de la piscina | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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El año que termina es quizá el más problemático desde su creación. Después de unos años de gestión deficiente, o poco acertada cuando menos, despide 2019 con muchas dudas sobre sí. Principalmente por las carencias a nivel organizativo que ha mostrado en los últimos meses y, especialmente por esto, las cuentas pendientes que tiene con el tejido deportivo de la ciudad -con los clubes-. El Instituto Municipal de Deportes de Córdoba (Imdeco) atraviesa una etapa compleja cuyo desenlace, con la vista puesta en el futuro más próximo, puede estar en la privatización o la contratación externa para los servicios que ofrece. Sobre todo en materia de desarrollo de eventos.

Antes de iniciar 2020 tiene la institución que preside Manuel Torrejimeno (Ciudadanos) desde el pasado mes de junio -tras las elecciones municipales y la formación de nuevo gobierno- una cita de gran importancia. Se trata de la reunión prevista con los clubes de la capital en relación al pago de las subvenciones de las temporadas 2017-18 y 2018-19. El encuentro está fijado el lunes (11:00) y su finalidad es la explicación por parte del Imdeco de las vías de solución a la situación referida. El asunto lleva enquistado demasiado tiempo y afecta de manera seria a las entidades deportivas, de forma que incluso muchas corren el riesgo de perder su rango competitivo entre lo que resta de campaña y la siguiente -como poco-. Es normal, son en torno 1,4 millones de euros los que, entre todas, han dejado de ingresar y han manejado en presupuestos.

Sin duda, éste es el principal problema al que se enfrenta el Imdeco desde hace unos cuantos meses. Primero, por lo que la pérdida definitiva de las cantidades de esos dos ejercicios puede suponer al tejido deportivo de la ciudad. Segundo, porque los clubes están dispuestos a plantar batalla: ya anunciaron movilizaciones en la calle y medidas legales si lo consideraban oportuno. La iniciativa quedó frenada momentáneamente después de que el organismo municipal saliera al paso y asegurara su apuesta por el abono de las citadas subvenciones, que no fueron pagadas en tiempo y forma por la falta de agilidad burocrática en el tramo final del mandato de Antonio Rojas (Partido Socialista). En cualquier caso, hubo escrito con adhesión de una forma u otra de casi 70 conjuntos ante el Consejo Rector del Instituto.

Como reto tiene la institución, por tanto, la resolución de esta conflictiva circunstancia. Sencillo no le va a resultar desde el punto de vista legal, ya que los plazos acabaron y ahora se hacen necesarias alternativas. A ese resquicio se aferra un Imdeco que está ante otros problemas de interés. Sobresale probablemente, por el significado que tiene el evento, el atraso en la celebración de los Juegos Deportivos Municipales, en los que cada año participan miles de niños y niñas de la ciudad. Según Torrejimeno, la edición 2019-20 va a arrancar a principios de enero. Pero la incertidumbre continúa presente, quizá por las últimas experiencias vividas. En la 2017-18 la competición de diferentes modalidades estuvo a punto de no producirse tras detectarse en su fecha de inicio la ausencia de seguro. En la 2018-19 la lentitud administrativa llevó su apertura al mes de febrero de 2019.

Todas estas situaciones, así como otras, confluyen en una misma causa. La raíz de la actual adversidad del Imdeco está en las carencias a nivel estructural y organizativo con que cuenta. La falta de personal a veces y de respeto a los plazos otras, sin ir más lejos, generan desde tiempo atrás una sucesión de asuntos sin solventar. Quizá por tal motivo el futuro del organismo pase por su privatización o bien por la contratación para la gestión. Al menos en lo relativo al desarrollo de eventos, aspecto en el que tampoco vive su mejor momento la institución. El mejor ejemplo de este hecho se encuentra en la prueba más emblemática de la capital, la Media Maratón. De nuevo el origen fue el referido ya y la consecuencia en este caso fue la apertura del período de inscripciones tres meses más tarde de lo habitual y de manera muy discreta. Es verdad que la carrera contó por cuarto año con 8.000 o más participantes pero no menos que la cifra disminuyó a cifras por debajo de las dos anteriores ediciones. Por no hablar de que en esta ocasión no se efectuó la tradicional cena de pasta y fruta previa a la competición y tampoco la presentación de primer rango a la que ya se había acostumbrado.

Por si fuera poco, la situación en el día a día tampoco es sencilla. Durante el mandato de Antonio Rojas existieron problemas en instalaciones tales como la falta de arreglo de desperfectos o el corte de suministro eléctrico. La muestra de estos problemas se dio principalmente en el campo de la calle Marbella y tuvieron continuidad también con el nuevo gobierno municipal: los apagones se repitieron llegado el pasado noviembre en escenarios como El Fontanar o la piscina de La Fuensanta. Y en este último tipo de infraestructuras hubo que sumar otra circunstancia negativa: el recinto de baño citado y el de la calle Marbella estuvieron a punto de no abrirse este verano por la ausencia de licitación de su gestión. El Ayuntamiento tuvo que actuar a la carrera para finiquitar el asunto, si bien con el consiguiente atraso en la fecha de inicio de temporada. Así son los días difíciles del Imdeco.

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