Dentelladas de perro viejo en el Córdoba
El verano pasado estaban sin destino. Uno, Piovaccari, buscaba su oportunidad desde el equipo de parados de la AFE; otro, De las Cuevas, entrenaba en solitario tras salir de Osasuna mientras su agente le proponía ofertas poco seductoras del extranjero. Ahora son dos baluartes de la resistencia del Córdoba, que se resigna a bajar los brazos en una conmovedora lucha por la permanencia en Segunda División. Entre ambos se reparten 19 de los 38 goles cordobesistas en la Liga.
El tanque de Gallarate marcó dos goles ante el Mallorca, que sumados al que logró la semana anterior en Cádiz han sido vitales para la escuadra de un Rafa Navarro al que, por fin , se le vio sonreír. Ya lleva 10. El extremo alicantino falló un penalti, pero se resarció con un golazo -el número 9 de su cuenta en Liga- para enmarcar y que parecía dejarlo todo sentenciado. Pero no. “Cualquier día de estos nos va a dar algo”, ironizaba el extremo en la zona mixta de El Arcángel después de un triunfo que permite a los cordobesistas seguir vivos. Han recortado dos puntos con el Lugo -que empató en Alcorcón- y se han puesto a siete de distancia con 30 todavía en juego.
“A ver si este triunfo tan costoso y con tanto sufrimiento nos permite cambiar la dinámica que arrastramos todo el año y empiezan a salir las cosas mejor”, indicó De las Cuevas, que sobre la jugada del penalti lamentó su mala suerte. “Creo que puede ser el segundo que fallo en toda mi carrera”, dijo. “Tenía confianza, pero seguí adelante”, subrayó el jugador, de 32 años, que aludió a “la experiencia” que tiene para reponerse. “Hace cinco o seis años me habría venido abajo, pero ahora tienes que olvidar la jugada y pensar en volver a ayudar al equipo. Y he tenido la suerte de marcar el tercero”, relató ante los periodistas.
Lo de marcar es el oficio de Piovaccari, que con sus dos dianas al Mallorca alcanza las diez en lo que va de temporada y se coloca en la cima del ranking de realizadores del Córdoba con 10 en Liga, uno más que De las Cuevas. “Hemos ganado y ya está”, resaltaba sin querer pavonearse por un partido, el suyo, que estuvo en un nivel extraordinario. El delantero, de 34 años, se fajó en la presión alta y marcó en momentos clave. El primero, a los cinco minutos; el segundo, cinco minutos después de que el Mallorca empatara. “Sufrimos porque nos complicamos las cosas nosotros solos”, arguyó el italiano, que insiste en ahora creen “que se pueden salvar”.
“La clasificación la miras cuando ganas, porque si no sumas no quieres hacerlo. Nosotros hicimos lo que teníamos que hacer, y ahora tenemos que desconectar este par de días, tras la recuperación de mañana, y desde el miércoles ir a tope a por el Elche”, indicó. Él no estará en el Martínez Valero. Vio la quinta tarjeta del ciclo y será una baja importante para Rafa Navarro, que ha encontrado en él a un delantero en racha. “Me duele mucho por dejar ahora al equipo, también por el momento, pero es casi imposible pensar siempre en que no me saquen una amarilla y yo juego así, lo sabéis”, manifestó. Pío lanzó un mensaje de esperanza y respaldo a sus compañeros, insistiendo en que “Carrillo cuando ha entrado lo hizo bien” y “también tenemos a Neftali, al que nosotros vemos en los entrenos y lo da todo”.
Tanto De las Cuevas como Piovaccari insisten en recordar lo que sucedió el año pasado. “A ver si es el clic que nos hace falta a todos para tirar hacia arriba”, sueña el ex de Atlético, Sporting y Osasuna, que ve que el Córdoba “tiene algo especial”. Piovaccari tira de pragmatismo. “Ahora hay que desconectar y luego trabajar duro mirando el partido ante el Elche”, apunta. Los dos son hombres clave del Córdoba, jugadores con el necesario colmillo retorcido del perro viejo cuando hay que dar las dentelladas en el fragor de la pelea. Podrán equivocarse, pero no dudan de lo que hacen.
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