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La décima del Córdoba y los umbrales de energía

Una aficionada sostiene un cartel incitando a la lucha en el Córdoba | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Romero advierte que “hay que estar preparados para digerir” las críticas | Abel incita a “aislarse” el entorno | El miércoles, más Liga

Lo mejor que le puede suceder al Córdoba es encontrarse pronto con otro partido. El miércoles le aguarda el Deportivo (20:00 horas, Riazor, Canal + Liga y GolT) y al menos ya tiene un buen motivo para centrar la mente y dejar atrás el episodio ante el Atlético de Madrid, revelador del estado de parálisis futbolística que sufre un equipo que difícilmente puede etiquetarse como tal. Romero volverá a hacer cambios, al igual que hicieron sus antecesores Ferrer y Djukic, para añadir variantes y buscar una salida al laberinto. Por lo que se pudo comprobar ante el Atlético, no lo va a tener sencillo el veterano técnico para hacer llegar a los suyos a “los umbrales de energía necesarios para optimizar el rendimiento”, tal y como explicó en la sala de prensa tras el triste evento frente a la escuadra de Cholo Simeone.

En Anoeta, Pantic fue expulsado por un riguroso penalti que supuso el 0-1 y la inferioridad numérica desde el minuto 5. Aún así, el Córdoba fue capaz de adelantarse con un gol de Florin, aunque finalmente terminó remontado por la Real y masacrado por el árbitro Velasco Carballo. “Fue un tratamiento fortísimo y excesivo”, dijo entonces el recién estrenado entrenador del Córdoba. En su 'premiere' en El Arcángel, a los cinco minutos, Bruno Zuculini se hizo un lío con la pelota en una zona de riesgo y Antoine Griezmann aprovechó la concesión para irse hacia el marco y no perdonar el 0-1. En esta oportunidad no se detectó un brote de rebeldía ni una reacción futbolística. El Córdoba siguió a lo suyo, actuando de forma mecánica y lánguida, sin más armas que los furiosos trallazos de Bebé y la percusión infructuosa de Florin ante una defensa de primer nivel mundial. El Córdoba no tuvo nada que hacer y quedó claro sobre el césped. La grada dio su veredicto. Hubo cánticos hirientes para los jugadores, airadas recomendaciones de marcha al presidente Carlos González y, finalmente, un piadoso silencio para despedir a un Córdoba que es, a día de hoy, un muerto viviente en la Liga.

“Tenemos que estar preparados para soportar las críticas”, dijo José Antonio Romero, que comprende que la afición “quiere resultados, por eso se rebelan y muestran su descontento”. Para el capitán, Abel, que también se llevó una buena ración de piropos desde el graderío, esta cuestión hay que verla con cierto distanciamiento: “El público muestra su opinión y nosotros sólo debemos dedicarnos a jugar y a hacerlo bien. Nuestro sitio está en el terreno de juego y hay que aislarse de todo eso”. En cualquier caso, y más allá de las protestas del cordobesismo -¡una sola victoria en casa en toda la temporada!-, en el Córdoba sigue pendiente una reacción que ante el Atlético no se vio ni por asomo. El vigente campeón de Liga dispone un plantel de nivel muy superior, aunque apenas necesitó esforzarse para sacar adelante el partido contra un Córdoba lacio y sin referentes.

Con la derrota ante el Atlético (0-2) ya son diez consecutivas las que ha engarzado el Córdoba. Todos los partidos de la segunda vuelta. Cero puntos sobre treinta posibles. Una dinámica intolerable para un pretendiente a la permanencia. Los blanquiverdes perdido consecutivamente contra Real Madrid (1-2), Celta (1-0), Almería (1-2), Sevilla (3-0), Valencia (1-2), Espanyol (1-0), Getafe (1-2), Málaga (2-0) y Real Sociedad (3-1). Con 18 puntos sumados, la semana que viene afronta dos encuentros decisivos frente al Deportivo -el miércoles en Riazor- y Elche -el domingo en El Arcángel- para aclarar su situación. Si no consigue dos marcadores triunfantes, sus opciones matemáticas se reducirán a la mínima expresión. Habrá que ver entonces qué tipo de emoción puede gestionar Romero en un vestuario donde no parece que la convivencia sea fácil.

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