El Córdoba se sale
El equipo de Oltra encadena ante el Albacete su sexta derrota en El Arcángel y cae de la zona de 'play off' | Logra remontar el tanto manchego pero pierde con un gol en el último segundo
¿Qué tiene que hacer el Córdoba para recomponer su imagen como candidato al ascenso? ¿Lo sigue siendo? Matemáticamente es posible, pero con su rendimiento actual resulta altamente improbable. Seguramente no mereció el Córdoba perder ante el Albacete, que llegaba con la etiqueta de peor equipo de la segunda vuelta. Pero el caso es que lo hizo y no puede decirse que no hubiera razones poderosas. Se las buscó, una vez más, el equipo blanquiverde con una actuación inconsistente, movido por impulsos y aferrado a sus individualidades en ataque para sostenerse en pie. Tiene al mejor dúo ofensivo de la categoría, pero eso no le basta. Fidel y Florin volvieron a marcar gol. Como siempre. Y el equipo volvió a encajar goles de corte cómico y en el momento más inapropiado. Cometió errores y los cometió al final. En los últimos diez minutos se le fue todo al garete. Como siempre. Los partidos del Córdoba podrán ser divertidos para el espectador neutral. Siempre hay goles y mucho movimiento. Pero la segunda vuelta está siendo una trituradora de ilusiones para el cordobesismo, que está asistiendo a una racha de decepciones en casa sin parangón en la historia del club en la categoría. Perder seis veces seguidas en El Arcángel es un récord cochambroso que convierte en un chiste cualquier argumentación futbolística a propósito de la candidatura blanquiverde a subir a Primera. Así, desde luego, no lo va a lograr.
Cada cual se motivaba como podía en las vísperas. A la vista de los resultados ajenos -el Córdoba iniciaba el partido fuera de la zona de play off-, la racha propia -cinco derrotas seguidas en casa- y la inquietante presencia de un adversario desesperado -el Alba bracea en la zona de descenso-, el cordobesismo acudía con esa ilusión triste y forzada de quien quiere algo pero se barrunta otra cosa. La afición está muy apaleada emocionalmente desde hace un par de años: tras el éxtasis del ascenso todo han sido básicamente calamidades. La entrada en la cuenta atrás de las últimas diez jornadas servía a los adoradores de la nostalgia para recordar lo que sucedió en 2014, cuando el conjunto blanquiverde pasó contra todo pronóstico y lógica de amenazado por el descenso a Segunda B a equipo de Primera en un tramo final frenético. Solo había que ganarle al Albacete, el peor equipo de la segunda vuelta y el más goleado del campeonato. Solo eso. No es que el Córdoba estuviera en una racha muy distinta a la de los manchegos, pero no era día de excusas. Había que ganar. De la manera que fuera. No fue posible.
A falta de juego, al Córdoba se le podía suponer entusiasmo. Resultó descorazonador comprobar en la primera parte que la presión por escapar del descenso ejercía un mayor poder vigorizante que las ganas por reconquistar un sitio en la lucha por el ascenso. El Albacete puso más intención y su actitud resultó más consecuente con su situación. El Córdoba estuvo parsimonioso, con miedo a errar y poca predisposición -¿o fuelle físico?- para recuperar balones o apretar al adversario de forma constante. Con no perder la posición creía tenerlo todo hecho. Fallo grande. Mientras Florin Andone se pegaba con todo el mundo arriba, el equipo de Oltra reeditó sus clásicos problemas para crear juego de ataque. Fidel fue el que más lo intentó, quizá pecando de individualismo sin que nadie se lo pueda echar en cara dadas las circunstancias. El de Minas de Riotinto lanzó varios disparos desde lejos que se marcharon fuera y otro se lo detuvo Juan Carlos, al que no le dieron demasiado trabajo. Un córner ensayado que terminó con un deficiente tiro de Markovic y una contra del Albacete que concluyó con un tiro alto de Jona fueron las mejores ocasiones de un partido turbio, feo y marcado por el miedo de ambos a cometer un pecado mortal.
En la grada, a falta de alegrías, ser cantaron los goles que les marcaban al Nástic y al Alavés antes de llorar el encajado en carne propia. En una rápida acción combinada, en apenas tres pases consiguió el Albacete llevar la pelota a Portu, que quebró por el centro a la defensa blanquiverde y se fue hacia Razak para burlarle y anotar el 0-1 a puerta vacía. El Arcángel enmudeció por unos instantes. El personal ya sabe lo que le sucede al Córdoba cuando se le rompen los planes y sus problemas para remontar marcadores. El pleito se ponía caliente. El Albacete, con el viento a favor, empezó a perder tiempo cada vez que podía -quedaba un mundo, pero cuando hay hambre uno hace lo que haga faltas- y el Córdoba se quedó perplejo. Su respuesta al mazazo no fue colectiva. Fidel y Florin pegaron un arreón y buscaron la solución con sello personal. Lo de mantener la posesión de la pelota supone una tarea titánica para un Córdoba que, evidentemente, no pasa por sus mejores días. La mejor ocasión del Córdoba la tuvo Florin, que agarró un buen pase filtrado de Fidel para buscar el mano a mano con el portero del Albacete, pero el latigazo del internacional rumano lo desvió Juan Carlos. Hubo recital de pitos en el intermedio.
Para la reanudación, medidas drásticas. Stankevicius se quedó en la caseta y salió Xisco; un delantero centro en lugar de un lateral derecho. El dibujo cambió para ganar en ofensividad y buscar los goles que dieran la vuelta a un partido que a esas alturas era un gigantesco problema. A los tres minutos, una internada de Samu terminó con una caída de mala manera del jugador del Alba ante el acoso de Rodas y Ríos en el área. El árbitro ni pitó nada y el bufido de alivio se escuchó en El Arcángel. Eso de vivir bailando en el alambre se ha convertido en rutina en el Córdoba, que no anda fino y lo sabe. La angustia se dejó sentir. Y el Alba no dejaba de asustar. Jona cabeceó fuera en el minuto 51 tras una llegada sencilla de los de Ferrando.
Todo cambió cuando el Albacete le echó una mano. En concreto, la de la Adri Gómez, que tocó la pelota dentro del área, vio tarjeta y provocó un penalti. Lo tiró Fidel con la zurda. El balón pegó en el palo antes de entrar y hacer que El Arcángel estallara. El 1-1 abría la puerta a la esperanza y Oltra contribuyó a ese estado de inopinada alegría con un cambio inmediato: sacó del campo a Markovic y dio entrada a Jean Paul Pineda. En pleno júbilo cordobesista, Fede Vico se inventó un zapatazo en el área que obligó a Razak a protagonizar una fenomenal parada. Quedaba más de media hora por delante. Tiempo suficiente como para reparar la avería. ¿Y quién lo hizo? Pues sí. El mismo de siempre. En el minuto 63, el rumano recibió un pase interior de Pineda y armó un disparo imposible para Juan Carlos. Con el 2-1, el Córdoba se sintió más fuerte y la grada, aliviada, apretó lo suyo. Parecía que todo estaba ya hecho. Vana ilusión.
El Córdoba estuvo a punto de apuntillar al Albacete a falta de doce minutos. Sacó un córner y el balón fue mal despejado por el meta, que la dejó muerta en el área pequeña. Entre un bosque de piernas, la pelota salió escupida. La controló mal en mediocampo Abel, que se equivocó en el pase y se la dejó a Portu. Este corrió como un poseso hacia el área, con Pedro Ríos detrás. El jerezano, con una tarjeta, se jugó el penalti y expulsión, pero el albaceteño no cayó y terminó disparando de modo forzado para batir a Razak. El empate a dos volvió a dar una nueva dimensión al partido. En el minuto 85, Jason pudo hacer el tercero tras irse por la banda que antes fue de Stanke y ahora de un Pedro Ríos extenuado y descolorado. En el último suspiro llegó la puntilla. Tras una acción a balón parado, el balón fue a parar al corazón del área. Pedro Ríos se quedó y anuló la posibilidad de fuera de juego para Portu, que se encontró con las puertas abiertas para hacer lo que hizo: anotó el 2-3. El árbitro pitó el final, algunos jugadores blanquiverdes se desplomaron abatidos sobre el césped y el peor equipo de la segunda vuelta, el Albacete, festejaba la hazaña con todo el exceso que la ocasión merecía. El Córdoba se queda en una situación francamente delicada. Faltan nueve jornadas y nada se parece a lo que se había planeado.
FICHA TÉCNICA
CÓRDOBA CF, 2: Razak, Stankevicius (Xisco, 46'), Héctor Rodas, Bijimine, Abel Moreno, Eddy Silvestre, Markovic (Jean Paul Pineda, 55'), Caballero, Pedro Ríos, Fidel y Florin Andone.
ALBACETE, 3: Juan Carlos, Paredes, Samu, Mario Ortiz, Portu, Miguel Núñez, Pulido, Jona (Rubén Cruz, 67'), Fede Vico (Jason, 73'), Antoñito y Adri Gómez (Víctor Curto, 65').
ÁRBITRO: González Fuertes (Comité Asturiano). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Stankevicius, Caballero, Florin Andone, Pedro Ríos, Xisco y Héctor Rodas a los visitantes Portu, Fede Vico, Mario Ortiz, Adri Gómez, Núñez y Jason.
GOLES: 0-1 (27') Portu. 1-1 (54') Fidel, de penalti. 2-1 (63') Florin Andone. 2-2 (85') Portu. 2-3 (90') Pulido.
INCIDENCIAS: Partido corespondiente a la trigésimo tercera jornada del campeonato nacional de Liga Adelante, disputado en el Estadio Municipal El Arcángel ante 13.202 espectadores.
0