Al Córdoba le crecen las alas y arranca volando en la Liga
Fidel selló el gol del triunfo ante el Valladolid y abanderó el excelente papel de los extremos | López Silva, Nando y Pedro Ríos, notables en el estreno en El Arcángel
“El míster me dijo que saliera para ganar el partido”, relató en la zona mixta Fidel Chaves. Los periodistas no terminaban de reconocer en ese joven sonriente al tipo mohíno que hace pocos meses sufría la tortura de explicar, rodeado de micrófonos, por qué su equipo perdía siempre. Esta vez no sucedió así. Y bien que lo celebró todo el mundo. Desde los aficionados, que se entregaron a la fiesta con todo el exceso que la ocasión requería -una victoria en las últimas 23 citas caseras, 20 partidos oficiales seguidos sin un triunfo que echarse a la boca-, hasta los propios jugadores y, por supuesto, Fidel. “Era muy importante empezar ganando. Se lo debíamos a esta afición. Se lo merecían”, confesaba el extremo cordobesista, llamado a ser una de las referencias en el proyecto de retorno a Primera.
Él no quiere hablar del asunto, como casi nadie entre los muros de El Arcángel. Oltra ha optado por la ley de la mesura verbal y, obviamente, sus pupilos le siguen. “Tenemos que ser cautos y estar tranquilos, aunque hemos hecho un partido muy completo ante un rival de los más fuertes de la categoría. El camino es muy largo, son diez meses. Esperamos estar a final de la temporada celebrándolo, como hace dos años”, señaló el hombre que definió el signo del partido. El gol de Fidel tumbó al Valladolid y valió tres puntos en la clasificación. Pero el valor del bellísimo tanto del extremo de Minas de Riotinto -fue valiente para ir directo al marco, driblando con la cintura a sus rivales antes de soltar el trallazo- trasciende del que refleja la tabla. Sirvió para devolver a la afición sensaciones perdidas y para estimular la confianza del propio jugador, que admite que el curso en Primera dejó secuelas. “Muchos no estuvimos a la altura de la categoría o del nivel que se esperaba de nosotros. Por eso es importante ganar”, dijo.
Fidel, autor del primer gol cordobesista en la Liga, reivindicó el poder de las alas del equipo. Oltra empleó a cuatro futbolistas en los carriles a lo largo del partido, reactivando con un doble cambio la eficiencia en una zona que estuvo a pleno funcionamiento desde el inicio. Florin y Xisco pueden dar testimonio del surtido de envíos que llegaron desde los extremos. En la primera parte, López Silva y Nando García ocuparon la demarcación y dejaron su estela. El veterano onubense desbordó y buscó, además, los pases interiores. El joven talento de Paterna, un torrente de vitalidad y creatividad, colocó unos cuantos centros que se convirtieron en claras ocasiones. En el último tramo del partido, Oltra envió a la batalla a dos nombres de peso. Pedro Ríos, en la derecha, alborotó a la zaga de Pucela. Y Fidel, desde la izquierda, terminó marcando y decidiendo el partido. Tal y como le había encargado su entrenador.
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