El Córdoba entona un adiós orgulloso a la Copa del Rey
El mexicano Uli Dávila manda a las nubes el último penalti de una intensa tanda a la que se llegó tras un empate a dos después de 120 minutos de enrevesado guión y emoción desbordada
La magia estuvo presente, pero al final no salió un conejo sonriente de la chistera sino el chirriante sonido de un despertador para poner fin al sueño del Córdoba en la Copa del Rey, una competición que ha servido -el pasado curso, sin ir más lejos- de bálsamo para tiempos duros y distracción mediática cuando convenía. La eliminatoria Córdoba-Depor hizo honor a la esencia de este torneo. Sólo uno sigue adelante y no es el Córdoba, aunque posiblemente haya que pensar -y con fundamento- que se ha perdido un billete para la siguiente ronda, pero se han ganado otras cosas. De las que no se miden por números, sino por actitudes.
Las citas con la Copa se han convertido en acontecimientos singulares para el Córdoba, que ha venido proporcionando a sus seguidores un catálogo surtido de hazañas para la posteridad. Esta vez los blanquiverdes no fueron infieles a esa tradición. Cambian los nombres pero permanecen esos despliegues de fútbol visceral, de alto voltaje emotivo, de nuevo ante un Arcangel normalmente menos poblado en las gradas que en la Liga -aunque la entrada fue excelente para un día laborable- pero seguramente mucho más implicado en la causa. Se nota desde que suenan las primeras notas del himno y la gente empieza a entonarlo. La Copa sigue siendo especial en Córdoba, que no precisa de eslóganes o vídeos fabricados por un departamento de marketing para abonarse a su sueño anual. El Córdoba de Villa, como antes el de Lucas Alcaraz, el de Paco Jémez y el de Rafa Berges, salió con la pretensión dar la nota en la Copa. Lo logró. Dejó en el recuerdo una bella pelea. Pero fue eliminado. Quienes lo vieron difícilmente olvidarán un combate bestial, que por méritos debió ser de los anfitriones pero que finalmente acabó con los laureles en poder del Deportivo, que resistió con agallas hasta el fin.
Como era previsible, tanto Villa como Fernando Vázquez recurrieron a la segunda unidad. Las rotaciones le fueron mejor a los anfitriones, quizá porque además de obsesión por no perder el sitio en el campo se emplearon con un plus de fogosidad. Con mucha gente nueva, meritorios con ganas de reivindicarse, Córdoba y Depor arrancaron con un equilibrio que se fue diluyendo ante el mayor empaque de los blanquiverdes. En la retaguardia no hubo problemas de relevancia, en buena parte porque el joven Bernardo Cruz ofreció un recital de eficiencia aliado con su hermano Fran. Un dúo clásico en el último curso en el filial de Tercera, de donde salto también Rafa Gálvez. El debutante se comporto como un verdadero veterano. Y arriba, Uli Dávila. Donde esta el mexicano siempre ocurren cosas. No se sabe qué. Y eso puede llegar a ser desquiciante o muy bueno. El punta cedido por el Chelsea es un alborotador. Estuvo metido en el lío que dio origen al primer gol. Uli choco con Uxio, que se fue después del campo con la nariz rota, y esa acción impidió que Manuel Pablo interceptara la progresión de Carlos Caballero, quien vio la opción de pegarle con todo y no dudo en aprovecharla. Puso la pelota en la escuadra. El delirio. Era el minuto 23. El Córdoba era mejor y lo demostraba ante un Depor sin fluidez como colectivo y sin respuestas individuales. Bicho, su talento más preciado, andaba como perdido. Los de Villa llegaron al intermedio dejando la sensación de tenerlo todo bajo control. Pero esto es la Copa.
Nada más salir de los vestuarios comenzaron a desencadenarse acontecimientos imprevistos. El primero, que Lesma López vio penalti en una progresión hacia el área de Luis, que pareció caerse encima de Fran Cruz. Lo lanzó Juan Carlos y su homónimo en la meta cordobesista desvío el lanzamiento con los pies. El rechazo lo envió el mismo lanzador al larguero. El sentimiento de invulnerabilidad que se respiraba se disipó pronto por una de las escasas desaplicación es defensivas del Córdoba. El ex blanquiverde Diego Seoane conectó un testarazo bestial en carrera sin que nadie le molestara lo más mínimo. El empate descentró a los de casa. Y aunque Villa dotó de más oficio al equipo con la entrada de Pedro y Lopez Silva, la avería en el juego era notable. La cuestión se complicó con el 1-2, firmado por Luis a falta de media hora.
El guión se habia enrevesado para el Córdoba, que vio la luz tras una turbia acción de Alex Bergantiños, que soltó un perchazo en la cara a Rafa Gálvez que acabó con el canterano abandonando el campo del brazo del médico. Salió en su sustitución Abel Gómez. Y el primer balón que toco el sevillano fue para marcar, de cabeza, el empate a dos. La locura se instaló en El Arcangel. El equipo de Villa se lanzó con todo y pudo llevarse la eliminatoria en el descuento. El ex internacional Manuel Pablo se lanzó desesperado a ras de césped para sacar un balón impulsado por Pedro, que había burlado con habilidad a Fabricio.
En la prórroga pasó poco en las áreas. Más en la del Depor, que aguantó los últimos minutos parando el juego con todo el arsenal de artimañas clásicas en estos casos. Más aún cuando se quedo con diez por expulsión de Deak en el 112. Con todo el personal extenuado llegaron los penaltis. Después del fallo de Abel, el Córdoba aguantó una tras otra las situaciones definitivas. La tanda se hacía eterna. Tiraron todos y volvieron a repetir. Hubo 27 lanzamientos hasta que le tocó a Uli y...
FICHA TÉCNICA
CÓRDOBA CF, 2: Juan Carlos, Campabadal, Fran Cruz, Bernardo, Samu de los Reyes, Rafa Gálvez (Abel, 72'), Caballero, Joselu (Pedro, 52'), Uli Dávila, Germán Pacheco (López Silva, 52') y Strahman.
DEPORTIVO DE LA CORUÑA, 2: Fabricio, Seoane, Uxío (Deak, 27'), Álex Bergantiños, Manuel Pablo, Teles, Wilk, Juan Carlos, Bicho (Quique, 87'), Cañi (Dani Iglesias, 63') y Luis.
ÁRBITRO: Lesma López (Comité Madrileño). Expulsó a Deak por doble amarilla (112'). Tarjeta amarilla a los locales López Silva y Samu, y a los visitantes Seoane y Wilk.
GOLES: 1-0 (23') Caballero. 1-1 (48') Seoane. 1-2 (57') Luis. 2-2 (73') Abel.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la segunda ronda de la Copa del Rey, disputado en El Arcángel ante 9.783 espectadores. Césped en muy malas condiciones. El Deportivo se impuso por 12-13 en los lanzamientos desde el punto de penalti. Fallaron por parte blanquiverde Abel Gómez (al palo) y Uli Dávila (fuera). Juan Carlos detuvo el lanzamiento del deportivista Dani Iglesias.
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