Buen trabajo, hasta la vista
De vez en cuando un respiro no viene nada mal. Sobre todo después de un período de intenso trabajo. Y más si cabe al tener por delante todavía bastante tiempo para seguir con el estudio antes del primer examen. En ésas se encuentra el Córdoba, para el que restan dos semanas aún para el comienzo de Liga. Son catorce días exactos además los que existen entre este sábado y el 19, día en el que a las 20:30 arranca un nuevo curso para los blanquiverdes. Entonces se el cuadro califal se enfrenta al Cádiz en El Arcángel. El hecho es que el equipo que dirige Luis Miguel Carrión dio por concluido el viernes su stage en Benahavís, y del mismo modo su fase más laboriosa y dura. Una concentración está para eso, para elevar las exigencias de cualquier vestuario. De ahí que el técnico decidiera, ya tiempo atrás, otorgar dos jornadas de descanso a sus jugadores en este fin de semana. Un alto en el camino más que merecido después de más de medio mes sin apenas parón.
La plantilla del Córdoba disfruta este sábado y domingo de un receso amplio tras diez días de incansable trabajo en Benahavís. La carga física fue máxima para el equipo en tierras malagueñas, algo habitual y que tuvo consecuencias no menos propias de esta fecha. Las molestias físicas comenzaron a aparecer. Primero de la mano de un Jaime Romero que trata de acortar su ya breve, al menos priori, plazo de recuperación. Álex Vallejo también cayó al sufrir una lesión en el sóleo de su pierna izquierda: su baja es de entre siete y diez días. Y en la tarde del jueves se pudo conocer que Josema pasó también por problemas, aunque no de gravedad. En realidad, ninguna situación de las expuestas preocupó a Carrión, que recordó tras el duelo con el Sanluqueño que este tipo de incidencias son típicas en período estival, cuando el trabajo es intenso de cara a una nueva campaña.
Viene bien el descanso al conjunto blanquiverde, eso es lo cierto. Desde el 14 de julio en que retomó la actividad en una jornada maratoniana que arrancó con la tradicional visita al médico -reconocimientos- y concluyó con la presentación las camisetas y de los primeros fichajes del curso 2017-18, el equipo apenas gozó de dos jornadas libres. El día de inicio, Carrión ya dirigió a sus hombres en una sesión vespertina que sirvió para poner en marcha unos motores que no dejaron de rugir, con más o menos fuerza, hasta ahora. En ese período, el Córdoba disputó cinco encuentros, que saldó con el mismo número de victorias. El calendario de amistosos lo abrió ante el All Stars Kenia, una selección de futbolistas del país africano -que no el combinado nacional- que poca oposición mostró. Venció por 0-4 en Antequera y marcó el camino a seguir. Después no se desvió un ápice de la ruta establecida: ganó al Écija (1-3), goleó al Linares (0-6), superó a un rival directo como es el Almería (1-0) y se impuso sin grandes esfuerzos al Sanluqueño (3-1).
De esta forma, el Córdoba cumplió con su cometido en el primer tramo, el más amplio y exigente, de la pretemporada. Los resultados no pudieron ser más positivos -sólo un conjunto de goleadas exageradas los habrían mejorado-, pero no todo es eso. Mucho menos cuando los triunfos no valen cada uno tres puntos. Vienen bien para reforzar el estado anímico de los equipos y para elevar la confianza en la línea de trabajo elegida, pero ya está. Creer que son anticipo de lo que vendrá en la nueva campaña es caer en un error. Un fallo que no está dispuesto a permitir Luis Miguel Carrión, quien después del duelo con el Sanluqueño advirtió de que es necesario mantener el nivel sobre el césped en cada entrenamiento hasta rozar la perfección -alcanzarla es inusualmente probable, por no decir imposible, en cualquiera de los casos-. Es a lo que se pondrán los futbolistas blanquiverdes a partir del lunes -en principio a partir de las 9:00-, sólo un día antes de afrontar su partido más atractivo y difícil del tiempo estival: el Betis visita El Arcángel el martes (20:30). Pero antes, un descanso. Buen trabajo, hasta la vista.
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