Vanesa Martín revoluciona Cabra en un auditorio desbordado
https://youtu. be/EiTdyEvdTWs
Son las 21:40. El Auditorio Alcalde Juan Muñoz, en Cabra, espera impaciente a Vanesa Martín en su gira Munay. Hace calor. Bastante. El calor que desprende la estructura de cemento del auditorio poco ayuda a que baje la temperatura. La gente intenta hacerse un hueco entre los asientos vacíos. “No, perdona, está ocupado. Estoy guardando el sitio”. Una cantinela que se repite hasta que comienza el concierto.
Sillas reservadas para familiares de personas con discapacidad son ocupadas por quienes nada tienen que ver con este colectivo. Personas que, aún saltándose la normativa, no fueron advertidas de que aquellos no eran sus asientos. Minutos antes de empezar el concierto, un agente de seguridad les recuerda que ahí no pueden estar. Pero no pasa nada. De ahí nadie se mueve. El caos empeiza a ser evidente en un auditorio con el cartel de “No hay entradas”.
Para los no avezados en ir a conciertos trabajando para un medio de comunicación, tal vez desconozcan que siempre se reserva un lugar para la prensa por la necesidad de tener un lugar en el que trabajar. Pero en el concierto de Vanesa Martín no fue así. Después de cambios continuos de ubicación por parte de la organización, consiguen reubicarnos en la parte justo al lado del escenario. Ahí está un grupo de chicas que lleva desde las 11:30 haciendo cola, merecedoras del mejor de los sitios. “Si os molesto me voy, chicas”, se les comenta a las jóvenes. La prensa necesitaba un sitio, claro, pero no a cualquier precio. Las chicas aseguran que no les importa y empiezan a relatar un sinfín de errores que han vivido desde que intentaron entrar. “A la hora de abrir, decían que primero se abría la puerta para las entradas con el escáner. Luego, la otra puerta. ¿Qué pasa? ¿Que por no haberme puesto en la cola del escáner ahora voy a entrar más tarde? ¿Por qué no la han abierto todas a la vez?”, se pregunta.
“Pero hay más”, señala. “¿Ves a toda esta gente sentada?”. La joven se refiere a un grupo de personas que se encuentra ubicada en unos asientos de cemento no homologados ya que forman parte de un perímetro de seguridad. “Pues son personas que han llegado más tarde y se han puesto ahí sin problema. Y ahí no se pueden poner pero seguridad no les dice nada”. Finalmente, esas chicas son desalojadas. Como consecuente, también la prensa.
En ese momento, la malagueña interpreta Trampas, que previamente enlazó con Si me olvidas y Si pasa o no. Continuaba un concierto que Vanesa Martín comenzó con Nunca me conoció, de su último disco, Munay. Con el auditorio a rebosar, el público no cesa en loas hacia la cantante, que muestra su sorpresa. Reconoce que “ese recibimiento” no era el que se esperaba. Con el único concierto de la malagueña en Córdoba, hasta el auditorio se trasladaron personas de todos los puntos de Córdoba y de la geografía nacional. En primera fila, unas chicas llegaban directamente desde Málaga y otras, desde Barcelona.
La voz y fuerza de la cantante se hacen más patentes aún en Arráncame, una de las canciones más desgarradoras de la trayectoria de la artista. A este tema le sigue Polvo de mariposas con un público tan entregado que, junto a la espontaneidad de la artista, hizo que la de anoche fuera un encuentro entre amigos, un tú a tú.
Además del recuerdo a alguna de las canciones más señeras de su carrera, la artista también presenta Munay. Es el caso de Que se entere Madrid y Sucederá, canciones en las que la cantante se arranca a bailar y, con ello, las “risitas” de la gente, como ella mismo apunta. “Mi madre me apuntó a baile pero yo me fui para la clase de al lao, para la guitarra”, explicó Martín.
La sensibilidad extrema llega de nuevo con Ya y con No te pude retener, tema que la artista se acompañó con el piano. Y llegó el momento de Durmiendo sola, otra de las canciones más significativas de la malagueña. De nuevo, también al piano y acompañada en todo momento por el público.
Después de interpretar Porque queramos vernos, los músicos que acompañan a Martín realizan un solo mientras ella se prepara para la segunda parte del concierto que comienza con un popurrí de Sintiéndonos, Ropa desordenada y Aún no te has ido. Tras esto, llega el turno de Después de soltarnos, Descubrí -con un público alumbrado sólo por las linternas de sus teléfonos móviles- y Te has perdido quien soy.
Las dos horas de concierto van llegando a su fin. Dos años después del paso de la artista por Córdoba, la noche de ayer se hace corta para quienes llevan siguiendo a la artista desde sus comienzos, quienes gritaban a voz en grito canciones como Nueve días y Sin saber por qué.
Tras los bises correspondientes, la artista interpreta la canción Hablarán de ti y de mí, tema principal de la serie Las chicas del cable. Al cronómetro apenas le restan cuatro minutos. La artista llega al final de su concierto con Complicidad. El que fuera el primer single de Munay se convierte en el cierre a un espectáculo donde el auditorio se quedó pequeño. Decenas de personas se agolpaban a la entrada para poder tan sólo escuchar a quien esa noche revolucionó Cabra.
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