La Toga Teatro: subir al escenario al bajar del estrado
Trece años lleva ya el grupo La Toga Teatro, surgido en el seno del Colegio de Abogados de Córdoba, alzando telones entre juicio y juicio. Trece años que han celebrado este sábado sobre las tablas del Teatro Duque de Rivas, en la Escuela Superior de Arte Dramático de Córdoba.
Lo han hecho, como siempre, apostando por la comedia como el género predilecto de esta compañía amateur que aglutina, para esta ocasión, un importante elenco artístico y técnico. “Veintisiete personas estamos. Creo que nunca habíamos sido tantos”, explica la directora de la obra, la abogada Marina Pérez, antes de continuar con el Ensayo General de la función, que tuvo lugar este viernes.
¿Y qué ensayaban? Pues la puesta en escena de Es mi hombre, una tragicomedia escrita por Carlos Arniches ambientada en el Madrid castizo de los años 20 y que narra la historia de Antonio Jiménez, un hombre bueno y apocado, comido por la miseria y agobiado por las deudas, que se ve obligado a desempeñar los más grotescos empleos para salvar del hambre a su hija.
La obra, estrenada en Madrid el 22 de Diciembre de 1921, tiene, según Marina Pérez, unas importantes lecciones de “ética y moral” ocultas debajo de un puñado de situaciones cómicas. El elenco conoce bien la obra, pues ya la han llevado a escena en otras ocasiones. Y no son pocos.
“Es difícil que un grupo de teatro haga una obra con 27 personas si no es una compañía de teatro aficionado”, reconoce Marina Pérez, que agradece el esfuerzo que hacen sus compañeros por aprenderse el libreto después de pasar horas leyendo códigos penales y civiles. Y van ya unos cuantos años haciéndolo. “Empezamos en 2007 y fuimos haciendo representaciones cortitas. Lo que pasa es que tuvieron mucho éxito y fuimos creciendo”, recuerda la letrada y directora de Es mi hombre.
El esqueleto artístico son unos pocos letrados del Colegio de Abogados de Córdoba. Pero no les cuesta, aparentemente, encontrar juristas que quieran subirse a las tablas cuando se bajan del estrado. Siempre, o casi siempre, buscando obras divertidas. “Ya que hacemos esto, queremos que la gente se ría y disfrute tanto en el escenario como en el patio de butacas”, remarca Pérez.
Porque bastante tragedia se ven a veces en los juzgados, apostilla el periodista, que aprovecha y pregunta: ¿Qué es más difícil, actuar delante de un juez o delante de un teatro? Marina Pérez no duda un segundo: “Hombre, actuar delante de un juez. Allí te juegas mucho más porque estás defendiendo intereses ajenos”.
Así que no esperen un alegato sobre la teatralidad que se esconde debajo de las togas. Quien quiera ver a un puñado de abogados hacer comedia, que se apunte a la próxima función de La Toga Teatro.
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